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sábado, 10 de junio de 2023

. Los 7 padres fundadores. (Los Manuscritos Muertos y las Vidas Creadas. Recopilación V)

 Los 7 padres fundadores. (Patres septem fundaverunt).



     

Viajaremos a la Florencia del año del señor de 1233 (perfecta fecha) con un grupo de amigos de grandes familias burguesas (como no), muy devotos de la madre del redentor y pertenecientes a la "Compañía de Santa María" o conocidos como "laudesi", alabadores de la Santísima Virgen (¿la Reina de los Cielos?), deciden abandonar su labores como comerciantes (¿adoradores de Mercurio, dios del comercio y de la astucia de los ladrones y mentirosos o sacerdotes herméticos?) para dedicarse por entero a la adoración y contemplación. Es en los relatos documentados de la época donde podemos leer entre líneas. Cuando de ellos se explica que eran integrantes de una cofradía constituída en honor a la Virgen, estaríamos en algo con apariencia de normalidad. Complementada por una gran fe fortalecida por la penitencia, en unos tiempos de disputas entre partidarios del poder papal (güelfos) y del Sacro Imperio Germánico (guibelinos) con la lucha sobre diferentes ramas del cristianismo señaladas como heréticas. Estas últimas eran consideradas peligrosas para la alta sociedad que dominaba la Iglesia y los poderes político-económicos; no tanto por cuestiones de fe, sino por una pérdida de control del poder sobre las personas que las profesaron, como aquellos que no tenían la guía de la jerarquía eclesiástica adecuada, que vimos en la primera parte. 



Y aquí comienza la leyenda. El 15 de Agosto de 1233 cuentan que tienen una visión de la Virgen, el día de la Asunción de María, la madre del redentor (fue llevada en cuerpo y alma al Cielo). Es cuando comienzan un periodo de preparación en sus respectivos hogares, con métodos llenos de mortificaciones, comidas demasiado austeras, muchas oraciones y ataviados con una sencilla túnica gris. Fue a raíz de la segunda visión de la Santa Señora, el 8 de Septiembre (día de la Natividad de la Madre del Hijo de Dios), cuando hicieron vida comunal. Es el resultado del carácter mendicante lo que motiva el siguiente suceso extraordinario. Los 7 miembros se encontraban en Florencia, por parejas, solicitando con humildad la caridad por amor a Dios, durante el día de la Epifanía ("Revelación" - 6 de enero) de 1234, cuando una multitud de niños, todavía en edad de no saber hablar, comenzaron a señalarles y se les escuchó un clamor: "He ahí los servidores de la Virgen. Dadles una limosna." Entre aquellos infantes se encontraba un bebé de apenas 5 meses, nacido el 15 de Agosto anterior, el día de la "revelación" de los 7 amigos (que es lo que significa "epifanía") y que sería el futuro San Fillippo Benizi y general, también, de la Orden de los Servitas de María (O.S.M.)

Podemos observar, de nuevo, la idoneidad y sincronicidad que atesora la Iglesia para encargar sus biografías oficiales en todo momento; incluso con ese leitmotive de señalar como beneficiarios de muchas limosnas a esa orden. Pero para "sincronicidades" las que vienen acto seguido. Con motivo de su gran  popularidad (o eso contaron) ya no les es útil quedarse en la populosa y ruidosa ciudad. El obispo de Florencia les cede una porción de terreno para que puedan instalarse en lo alto del Monte Senario, a unos 18 kilómetros de la urbe, alejados de lo mundano. ¿Qué día fue? Pues no podía ser otro que el 15 de Agosto de 1234. De nuevo el día de la Asunción de la Gran Señora a la que veneraban. ¡Un momento! ¿No fue justo ese día 300 años más tarde cuando aquellos otros 7 amigos fundaron en el Montmartre de París, la Compañía de Jesús




Sí, el 15 de Agosto de 1534, otros 7 padres fundadores en un monte, con escenario y fecha iniciática en común. El emplazamiento conocido en la antigüedad como Mons Martis, en honor a Marte, y cristianizado como Monte de los Martirios, tras la decapitación de San Dionisio (Saint Denis), quien llegó a evangelizar a las Galias a finales del siglo III junto a 6 compañeros más, otro grupo de 7, pues, y además con el sinuoso nombre de Dionisos, el dios de cuyos rituales embriagadores llevan a la locura y al culto de hacerse pasar por otros. A San Dionisio se le conoce como el santo descabezado que anduvo unos 6 kilómetros decapitado con su propia cabeza bajo el brazo (¿símbolo de controlar el poder?). Los martys martyrium, en griego testigos o testimonios; como el apellido de los santos hermanos pastorcillos de Fátima. Los 7 maestros que se necesitan para fundar una logia masónica como representación de las características atribuídas a los 7 planetas. Cabe relacionarlo con el Monte Carmelo, en Israel, donde en sus cuevas, unos eremitas cristianos adoradores de la Virgen, fundaron la Orden de los Carmelitas unas décadas antes.

Ojo, que estamos hablando del siglo XIII, pero los patrones ya se pueden ver muy anteriores. Debido a los datos establecidos a grandes rasgos y acoplados para encajar diferentes mensajes, por la hagiología (el estudio de los santos) entre los siglos XV y XVI; por tanto estaremos entre 200 y 300 años atrás de lo relatado. Estas notas son tomadas desde una crónica sobre la leyenda de los orígenes de la orden centrada en la figura de San Filippo de Bezini, escrito al parecer, unos 80 años después, entre 1317-18, y se acopla a las tesis oficiales para dar una explicación al encaje de la fecha de su nacimiento, la fundación de la Orden y su veneración por la Virgen en tan señalado día. Pero no, no cuela. La historia está escrita sobe renglones torcidos y este no lo han enderezado nunca. 




Los nombres de los 7 hermanos fundadores esconden algunas de las familias y los linajes de origen de sus miembros. A pesar de que algunos se lo cambiaran al entrar al servicio de Dios (o de la Santa Señora). +No ocurre esto con Bonfiglio Monaldi, líder (aparente) del grupo laico y primer general de la Orden Servita. Su familia, los Monaldi, o Monaldeschi en Italia, tuvieron su origen en los príncipes de Anjou, más tarde asentados en la antigua ciudad de origen etrusco Orvieto y desde la generación anterior a Bonfiglio, en Florencia. Apoyaban a los gibelinos, Considerado este miembro, el legislador, el patriarca de los patriarcas y el príncipe de los Padres Fundadores de la Orden. 

+Bonagiunta Manetti, conocido como Giovanni antes de pasar al servicio de Dios, perteneciente a una de las más ilustres y primeras familias de toda la Toscana. Segundo general de la orden y primero en abandonar este tortuoso valle de lágrimas. El Palazzo Manetti florentino del siglo XV, es una muestra de la categoría de sus descendientes. Entre estos, la figura del escritor Gianozzo Manetti, contemporáneo de Cosme, el Viejo, y opositor suyo. Entre sus obras historiográficas están la vida y obras de Dante, Petrarca y Boccaccio. Posible punto de enlace entre adulteradores de las historias de la historia.



+Manetto dell' Antella. De familia procedente de Persia (curioso), trasladada a Florencia a principios del siglo XII. Renunció al generalato de la Orden en favor de San Filippo Benizi. Bautizado como Benito Manetto. Nada más llegar al Monte Senario escogió su morada en una espantosa caverna, en la parte occidental del lugar. Como consejo del Cardenal Gualfrido, para "reconducir" su aspereza debía someterse a contínuos y excesivos rigores de penitencias. De esas torturas autoinflingidas, cambió su nombre de Benito, del cual no se sentía digno, por el de Manetto, una posible alusión al nombre del sacerdote e historiador egipcio durante la época ptolemaica, Manetón, nacido en la ciudad de Sebennitos (¿Benito?); o a los "manes", relativos a los antepasados romanos muertos y consideradas almas errantes. Tras sus duros "ejercicios espirituales" su gran virtud fue la obediencia.

+Amadeo de Amidei, bautizado como Bartolomé, por su noble y cristiana familia toscana, pero procedente de Roma. De hecho, los orígenes legendarios consideran a los Amidei descendientes de la Gens Julia, familia del mismísimo Julio César y emparentados a los Piccolomini, como el gran Papa Pío II. En una de las cuevas del Monte Senario "pasaba las noches y gran parte de las horas del día de rodillas, elevado en las más sublimes contemplaciones. Fustigaba su cuerpo con silicios y rigurosos ayunos." También se amenizaba el cuerpo con azotes armados de puntas de hierro. Su cambio de nombre se debió al amor a Su Divina Majestad. 



+Ugo de Ugoccioni, de familia noble descendientes de Uguccio, Conde de Arles, y Rey de  Italia a principios del siglo X. También era aficionado a rasgar sus carnes con silicios y a ayunos largos, sólo interrumpidos por gustosas hierbas amargas y por legumbres sin sustancia alguna, como aquellos amargos cardos de los pastorcillos de Fátima, vaya. Cambió su nombre de Ricovero Lippi por el de Fray Hugo, para dejar atrás su pasado ilustre. Empleó las horas sobrantes de sus ejercicios con los ministerios caritativos, siendo la compasión su virtud más considerada.

+Sosteneo Sostegni. De familia noble cultivada en las Ciencias, manifestó su mayor amor por la caridad cristiana. Fue llamado a la moderación en sus excesivos ejercicios de sacrificio en las cuevas del Monte Senario, debido a que aparecía herido y desfigurado en exceso. Girardino cambió su nombre por el de Sosteneo (yo sostengo), pues durante el mandato de Filippo Benizi, sostuvo el gobierno de todos los conventos de Francia de la Orden.

San Alessio Falconeri dejando este
valle de lágrimas a los 110 años.


+Alessio Falconeri. De la nobilísima y antiquísima familia Falconeri, de tendencias güelfas. Estudioso destacado en letras y en ciencias humanas contaba con la admiración de sus maestros, aunque destacó por su humilde modestia. Aplicado a los libros espirituales y al estudio del trato humano. Personaje escogido de entre los 7. Nacido en el año 1200, por tanto, tenía la edad de Cristo cuando fundaron el grupo. Renunció al derecho de ser nombrado sacerdote. Siendo el más viejo de todos ellos llegó a vivir hasta el año 1310, falleciendo después de cumplir los 110 años (sí, sí, 110); en pleno apogeo de los poetas del Dolce stile nuovo. Sobre su figura se beatificó y santificó a los otros fundadores. Su sobrina, Juliana Falconeri, fue la fundadora de la Orden de las Siervas de María. También llegó a la santidad. Su hermano Alarizzo donó una fuerte aportación económica para sufragar la construcción del Templo de la Santísima Annunciata y el convento principal. Se produce con este singular santo una contradicción. No habiendo sido ordenado sacerdote, parece que es el que mayor influencia produjo en sus 77 años de servicio a la Santa Señora. sin lugar a dudas gracias a sus poderosas influencias.




La "iniciación" la completan en un Viernes Santo de 1239, cuando de nuevo, la Gran Señora se les apareció para entregarles la regla de San Agustín como la que deberían seguir en su servicio y que habían de vestir el hábito negro como muestra del dolor de ella por su hijo. Otro Falconeri, Francesco, en el 1640, dejó una suma de 20.000 escudos de oro para sufragar los gastos de canonización de sus familiares. Todas esta citas y datos históricos, sabiéndose adulteradas, como así nos indica la propia experiencia investigativa, nos guían para el encaje de las verdaderas pretensiones del poder oculto. La oficialidad, incluso la religiosa, desinfla todas estas coincidencias de los relatos para hacernos ver que las crónicas de la época, querían dar una mayor visión al relato de esta particular compañía y construir un entorno "más legendario" sobre la figura de San Filippo de Benizi. 

Sí que podemos ver la larga mano de las poderosas familias florentinas, con muchas conexiones con el poder papal, en esta supuesta orden mendicante. Los filántropos de toda la vida de Dios. De cara a la sociedad se ofrece la cara misericordiosa, y de puertas adentro toman el mensaje del evangelio para su uso y disfrute, en concreto; algo parecido a aquel pasaje de Mateo 6, 3 y 4: "Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público." Asumen el papel del "Padre" y el reparto de las recompensas "en secreto", dejando para el público las migajas, faltaría más.

Basándonos en estos datos no vemos coherente esa renuncia a la primogenitura del heredero de una de las ramas de la saga Falconeri para vivir lleno de tormentos y restricciones. No eran unos inocentes pastorcillos manipulables, como los futuros videntes; eran directamente miembros de esas familias que dominaban el poder-religión. Aquí ya nos cuadra más que la intromisión del poder económico en los designios de las órdenes religiosas no sea baladí. Pongamos como ejemplo el año 1244 y los variados sucesos acaecidos ese año a nivel político-religioso en el mundo cristiano. En Oriente, se perdía de manera definitiva la ciudad de Jerusalén y los santos lugares en favor de los infieles del islam; y al otro extremo, en la Occitania, al sur de los francos, se pone fin a la mayor herejía que amenazaba cuestionando el poder eclesiástico de Roma. Acababa la cruzada albigense contra los cátaros, con el último reducto del castillo de Montsegur. No es de extrañar la visita del dominico Pedro de Verona en ese mismo año, según las crónicas, como enviado del Papa para comprobar el fervor religioso y si esa orden era fruto de la voluntad celeste de la Virgen, quien "le confirma" los hechos entre unas cuantas más experiencias supervisadas de ayunos y flagelaciones varias. También les "traslada" que el deseo de Su Señora era que portasen siempre el escapulario en su vestimenta. Esa prenda de dos piezas que cubre pecho y espalda, y que la Virgen María "ofreció" para quien lo portase una garantía para no ir al infierno. 



Este personaje tenía como origen una familia donde se practicaba el catarismo. Se integró en la Iglesia católica hasta el punto de ser nombrado Inquisidor General en 1232 por Inocencio IV, cargo que ejerció con gran efusividad dialéctica, según las crónicas religiosas, pero que acabaron con su vida por parte de una conspiración hereje. Fue asaltado en un bosque, donde le fue clavada un hacha en la cabeza; y aún tuvo fuerzas para escribir con sangre en el camino las palabras "credo in deum", ofreciéndose como sacrificio a Dios, lo que motivó que su asesino lo rematara atravesándole con una espada el corazón. Este suceso ocurrió el Sábado de Pascua de 1252, acentuando su autoofrenda como símbolo de muerte y resurrección. Los milagros atribuídos y su imagen icónica de brocheta de santo (perdonen la blasfemia) lo llevaron a batir el record mundial en conseguir la santidad en tan sólo 337 díasLa realidad de esta visita radica en otorgarle el beneplácito histórico oficial de la institución eclesiástica dependiente de Roma. Insertar otro santo, y mártir, como San Pedro de Verona, le da una credibilidad dificil de superar en cuanto a narrativa oficial. La santificación de los 7 no llegó hasta 1888, siendo patronos de las causas y proyectos en común. El 17 de febrero, día de la muerte del fundador Falconeri, pasó a ser el día de los Santos Padres Fundadores. Los podríamos considerar los patronos de las logias y sociedades discretas.

 



Todas estas similitudes comparadas no se quedan ahí. A poco que rasquemos en leyendas tratadas como históricas, por la oficialidad, nos encontraremos con un modelo fundacional bastante similar. Un patrón común que nos martillea a lo largo de los tiempos. Para desconectar un poco de tantos conspiradores con hábito (luego retomaremos, no lo dejaremos así), observaremos un cuento conocido por todos. No es otro que el cuento alemán de "Schneewitthen", la Blancanieves de toda la vida. En este relato, que se consideraría un cuento de hadas, rescatado por los hermanos Grimm, podríamos ver algunos de los simbolismos que encajan estos magos del engaño en la memoria de los niños de varias generaciones. Aquí la figura de una virgen, blanca como la nieve, con una belleza que emana espiritualidad, rodeada y venerada por 7 enanitos-sacerdotes del bosque que tratan de luchar contra los peligros de la herejía de la bruja-reina del mal, representada por ese espejo que desata su ira.



La reina madre de la doncella blanca sueña con tener una niña mientras cose. Se pincha en un dedo y derrama 3 gotas de sangre en la nieve, asomada a una ventana con un marco de oscuro ébano; lo que parece una verbalización de un hechizo: "Como quisiera tener una niña tan blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello oscuro como la madera del ébano." Las tres gotas de sangre representan a los tres intentos de matar a Blancanieves, aquella triple muerte que vimos en su día. La maléfica reina intenta matar mediante tres engaños: con una cinta apretándole la cabeza, un peine envenenado, y con una manzana con veneno mortal, también. Con la ayuda de los 7 pequeños maestros consigue salvarse de los dos primeros; pero con la manzana, no pueden salvarla, lloran su muerte durante 3 días y colocan su cuerpo incorrupto en un ataúd de cristal hasta que el hijo de un rey se lo llevó y logró sacar por "azar" (divina providencia), el trozo de manzana envenenado (fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal). La doncella de piel blanca volvió a la vida y el hijo del rey se la llevó a su reino de su padre. ¿Les suena?. En efecto, la Asunción de la Virgen María a los Cielos en cuerpo y alma.




Estos 7 enanos-sacerdotes, no hacen más que representar un microcosmos de una sabiduría ancestral. El bien luchando contra el mal; en apariencia, claro. Los 7 fundadores servitas al servicio de la Virgen con sus sacrificios personales, no es más que un reflejo de aquellos 7 sabios de la antigua Grecia, datados entre finales de siglo VII y mediados del VI antes de nuestra era, entre los que figuran Tales de Mileto y Solón de Atenas. Aquellos a los que aludian filósofos como Sócrates, a través de Platón, o Plutarco, para utilizarlos como ejemplo de la virtud de la sensatez humana en diferentes ámbitos de la vida. No se puede asegurar la existencia de la mayoría de ellos, así que el mito creado en su entorno hace sospechar que puede venir de una cultura anterior, como la mitología mesopotámica, con sus 7 espíritus sabios, los Apkallú, que fueron creados para asesorar a diferentes reyes. Tal como los 7 sabios chinos del bosque de bambú, del siglo III , en la época de los Tres Reinos, de influencia taoísta. En este lugar se reunían en un bosque cercano a la casa de uno de ellos, Xi Kang, en Shanyang, para realizar tertulias sobre armonías entre las artes y las ciencias. Se convirtieron en un símbolo colectivo de los ideales académicos en China.

Desde estas figuras de los "7 sabios" se plantea una especie de arquetipo en la memoria común a través de tradiciones religiosas o filosóficas. Desde los 7 preceptos de las naciones de Noé o leyes nohájides; o señalar "el número 7 por sus virtudes ocultas, dispensador de la vida y fuente de todos los cambios, pues incluso la luna cambia de fase cada 7 días: este número influye en todos los seres sublimes", como hizo Hipócrates, coetáneo de Sócrates; o también, en el comentario a la famosa traducción latina del Timeo de Platón, donde el filósofo cristiano hispano del siglo IV, Calcidio, disertó sobre el como "este número ha sido considerado el mejor, porque ha sido observado que es la regla de muchos fenómenos producidos por las leyes naturales." En dicho comentario, Calcidio, toma del Tratado de las Semanas, atribuído a Hipócrates, lo relativo a los movimientos críticos que se hallan reglados por septenarios. De esta visión del "aparente" funcionamiento, casi sagrado, del universo desde este número, se le añaden las cualidades del ser humano y la exposición del modelo de estas; véase tanto en las virtudes como en las faltas, agrupándolas de una manera intencionada para su uso regulado por aquellos administradores de la fe y el pensamiento del colectivo. 



Por tanto, en las figuras de ese patrón de "7 sabios" veremos reflejadas todas esas virtudes y, por contra, la lucha de cada una de ellas, personificadas en uno o varios personajes de estos sabios para pugnar contra las faltas o pecados del hombre. Un ejemplo de virtudes las tomaremos del Catecismo de la Iglesia Católica: Así tendremos a los sabios que encarnan a la fe para ganar la contienda contra el pecado del orgullo, que es la fe en las capacidades propias por encima de las de Dios; a los de la virtud de la esperanza de la voluntad de un Dios benevolente se usarán para acabar con la envidia; los virtuosos de la caridad (de estos van sobrados) vencerán a la ira, para no desear que otros experimenten dolor; aquellos cuya virtud sea la fortaleza de los que nunca se rinden prevalecerán contra el pecado de la pereza; los sabios poseedores de la virtud de la justicia nos ayudarán a superar a la lujuria, ya que tratando de manera equitativa a tus semejantes nos evitará la corrupción y desproporción; los prudentes reflejarán la victoria sobre la gula (recuerden los garbanzos con garbanzos); y los poseedores de la templanza moderarán sus actos sobre acciones innecesarias para eludir la avaricia. 

Establecer esta dicotomía entre virtudes y pecados es más propio desde una visión del medievo, sobretodo a partir de San Agustín de Hipona, finales de la Edad Antigua, que afirmó que "el alma es una determinada sustancia racional que existe para gobernar el cuerpo."  De esta manera, el cuerpo quedó bajo el yugo del alma y a merced de sus administradores en determinada religión de esos tiempos, lo típico de muchas otras, que vamos a contar. Estas aficiones a reprimir y dividir el cuerpo, salvando de la culpa y la represión incentivando el castigo, el azote, el apedreamiento y demás inclinaciones hacia la tortura física. Esto no va de si una religión es más verdadera que otra. Va del aprovechamiento de estos cultos, sus creencias y de la fe de las personas por parte de los que manejan los designios de las doctrinas. Incluso para establecer nuevos estados y nuevos órdenes políticos y económicos con apariencia de libertad. Matar al régimen antiguo, deponer las viejas oligarquías, pero con los mismos patrones. De este sutil modo los poderes de la economía y los que manejan los hilos de la espiritualidad siempre caerán del mismo lado que los utiliza; o sea, los mismos.



¿Cómo se llamaban aquel grupo de hombres valerosos que forjaron una nueva nación, desprendiéndola del yugo de un imperio y redactando una constitución dónde la libertad de los hombres estaba garantizada? ¡Ah, sí! Se les conoció como los 7 Padres Fundadores de los Estados Unidos de América. Thomas Jefferson, como figura del escriba; George Washington, como el valeroso militar; y John Benjamin Franklin, como el idealista; sin olvidar las figuras de Adams, Hamilton, Jay y Madison. ¿A qué sociedades discretas pertenecían todos, o casi, estos 7 sabios? A logias masónicas, sí. Que el monumento a esos Founders Fathers del Monte Rushmore puede recordar como símbolo al Montmartre o al Monte Senario. Que la proclamación de la independencia americana se firmara un par de meses después de la creación de los Iluminados de Baviera es uno de esos paralelismos temporales de la historia, que actúa de vez en cuando. A parte de que fuera en ese periodo de tiempo en que la Compañía de Jesús, aquella de los 7 fundadores del lejano 1534, estuviese suspendida de manera temporal desde 1773 hasta 1814 es otra ironía del destino. Las costuras de los forros interiores de las prendas históricas realizadas durante ese tiempo en occidente, es un ejemplo de como volver del revés el mundo en 40 años y aparecer con las vestiduras planchadas. La verdad es que estás 7 figuras fueron seleccionadas por el historiador Richard B. Morris en 1973, antesdeayer y dos siglos después.




Viajemos un momento a tiempos y tierras conocidas en proximidad, ¿Cuántas veces habrán escuchado o leído sobre los padres de la Constitución Española del Régimen del 78..., perdón ,de 1978? ¿Adivinan cúantos son? Pues sí, también son 7. Los Peces-Barba, Herrero de Miñón, Miquel Roca o el ínefable Manuel Fraga se alojaron en un parador nacional para concretar los designios del traspaso de poderes entre las familias del Gran Cortijo llamado "Las Españas", donde la especialidad es el "café para todos". Aquello lo denominaron el "pacto del mantel", sellado el el "salón del silencio"(¿mandiles y secretos?). Coincidencias de la historia de la historia, el Parador de Gredos fue el mismo lugar donde el hijo del dictador militar, Miguel Primo de Rivera, un tal José Antonio, junto a la cúpula de Falange española, plantearon una insurreción militar con el apoyo de generales como Franco y Mola, que nombrarían como jefe del gobierno al tal José Antonio. Hablamos de Junio de 1935, un año antes del estallido de la Guerra Civil. ¡Mira que habrá lugares en el país para ponerse de acuerdo en una constitución! Sí, piensen mal. Con el tiempo se construyó un modesto obelisco conmemorativo enfrente del acceso al lugar, símbolo que gusta mucho en la masonería para marcar localizaciones y delimitar territorios. Muchos de estos 7 padres fundadores de esta "conspiración constitutiva" pertenicían (y pertenecen) a diferentes logías masónicas. Esa repetición de 7 sabios, magos, sacerdotes, maestros, políticos, padres fundadores y virtuosos enanitos nos marca un control histórico-temporal para ensamblar mejor el relato a convenir.


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