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martes, 14 de julio de 2020

POR LA SENDA DE LOS RITUALES (II) Los Caminos de La Cábala.




POR LA SENDA DE LOS RITUALES. (II) (mayo de 2019)


 


LOS CAMINOS DE LA CÁBALA.


La MONTAÑA corresponde propiamente

al período originario de la humanidad
durante el cual la verdad era 
íntegramente accesible a todos 
(mientras que cuando) esa verdad
no estuvo ya sino al alcance de una
minoría más o menos restringida
(...) y se hizo oculta para la mayoría 
de los hombres, la CAVERNA fue un 
símbolo espiritual y, por consiguiente
para los santuarios iniciáticos que son su 
imagen.
                René Guénon ( La caverna y la montaña)




No viajaremos muy atrás en el tiempo. Tan sólo siglo y medio. Investigaremos si esa enorme cuadrícula que es el ENSACHE barcelonés también tenía algún tipo de relación con esa especie de “doble-obelisco” u “obelisco-sombra”.
Para ello que mejor que buscar en un libro-ensayo que trata sobre “La Barcelona de Cerdà”. De hecho se titula así, pero advertimos que el subtítulo es “La cábala y la construcción del Ensanche”. Puede parecer, a priori, que estamos delante de unos conspiradores buscando “illuminatis”, pero nada más lejos de la realidad. El autor principal es F. Xavier Hernàndez, historiador y catedrático de Didáctica de Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona. 



Este trabajo ha tenido el apoyo de la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España. Concretamente del Departament d’Economia i Coneixement (Economía y Conocimiento) y del Ministerio de Economía y Competitividad. El libro data de noviembre del 2015. Teniendo en cuenta esa fecha nos hacemos a la idea que el libro no está apoyado por bolcheviques radicales ni por ultras de extrema-derecha (al menos, en principio) sino por un gobierno nacionalista catalán y un gobierno central que aboga por la unidad de España.

Tanto el autor, Hernàndez Cardona, como la co-autora e hija de este, Mar Hernàndez, pertenecen al grupo de investigación y búsqueda de la Universidad de Barcelona, DIDPATRI (Didáctica del Patrimonio).

Como vemos no puede tratarse, en principio, de una exposición de ideas e hipótesis descabelladas. Si planteas una idea que no encaja con aquello que se considera historia oficial, intenta que ese nuevo concepto sirva de ayuda a la CREACIÓN de una imagen histórica en la que sean visibles los tratados de lo que conocemos hoy con la idea del Nuevo Orden Mundial (NWO). Algo parecido a las teorías de Darwin y lo bien que le vinieron a la idea del Capitalismo. En resumen, vestir al fiero león de amable maestro “iluminado”.



El libro plantea la vida de Ildefons Cerdà, el cuarto hijo de seis de una familia de potentados catalanes metido a ingeniero, político y activista en pro de las libertades de los obreros y del pueblo de Cataluña. Tanto él como sus coetáneos de la burguesía, a través de la francmasonería, dedicaban su vida a mejorar las condiciones de vida de las clases menos favorecidas y a construir un país más próspero que tenía como lastre una nación casposa y retrógrada que era España.

Empresarios catalanes, prácticamente socialistas, y movimientos obreros, juntos de la mano, en lo que se denomina en esta obra “una revolución transversal”... ¿Les suena? Pues eso es básicamente la “didáctica de la historia” subvencionada por la administración. Amoldar la historia a los intereses actuales de las clases dirigentes. Pero, un trabajo que expone una clara tendencia muy, muy nacionalista apoyada tanto por el gobierno central como el autonómico, de ideas se les supone antagónicas... ¿a qué estamos jugando?.



Desarrollan un pasado cripto-judío de Cerdà como si fuera lo más normal en la Cataluña del siglo XIX. Intentan construir los autores una analogía con la idea del viaje hacia una nación propia y el mito del éxodo judío, ambos pueblos en busca de la Tierra Prometida. Establecer una Nueva Jerusalén en la nueva Barcelona que se debía construir tras el derrumbe de sus murallas opresoras, al igual que el país que les encerraba. 

Dentro del marco cultural del romanticismo europeo y sus exaltaciones de las nacionalidades podría casi que entenderse, aunque no tan exagerado. Desde un punto de vista menos forzado se atisba un Ildefons Cerdà bastante diferente. Estudia ingeniería de caminos en la capital de la nación opresora, Madrid, donde se alista en la Milicia Nacional del ejército dominador. Consigue allí muy buenos contactos y amistades para su carrera profesional. Es reconocido ingeniero del Estado. 

Muy posiblemente fuese en la capital española donde fue “reclutado” por la masonería y no en Barcelona. En 1851 es “elegido” diputado a Cortes por el Partido Progresista. Lo califican como el ingeniero social del supuesto movimiento revolucionario que había de llevar a Cataluña a un esplendor liberal y cultural propiciado por la masonería catalana encabezados por el navarro Pascual Madoz ( otro profeta nacional-liberal proclamó un siglo después que catalán era aquel que vivía y trabajaba en Cataluña, pater Jordi Pujol).




Ya comentábamos, de manera irónica, como esos grandes potentados que como buenos filántropos, veían como la población obrera que trabajaba en sus industrias vivía de forma insalubre debido al afinamiento obligado por las limitaciones de la antigua muralla. Epidemias como el cólera y la fiebre amarilla debilitaron fuertemente la salud de una población que se amotinaba con frecuencia debido a su paupérrima vida. La falta de higiene y de aire junto a las nuevas fábricas llevaron a Barcelona a convertirse en una jaula pútrida que causaba limitaciones en el crecimiento capitalista de las clases altas. Que mejor solución que “ENSANCHAR” el corral del “GANADO-POBLACIÓN”. 

En 1854 se le encomienda a Cerdà un mapa topográfico para el llano de Barcelona tras el derribo de las viejas murallas. Para ello fue nombrado comandante del batallón de zapadores de la Milicia Nacional.


El "postureo" de Ildefons Cerdà.
Intencionadamente, los autores nos dibujan una creación del Ensanche barcelonés como una evolución histórica a la par que las teorías darwinistas (impulsadas en esa época). Comentan los autores:“ Una ciudad es un elemento vivo y en transformación, y lo que quería garantizar Cerdà era un diseño que asegurara el éxito y el liderazgo de la urbe en una perspectiva evolutiva”. 
En definitiva, “rabí Cerdarwin”, tenía el encargo de una nueva Jerusalén en el Occidente Mediterráneo.


De las estadísticas económicas de las distintas clases sociales sólo pudo realizar el correspondiente estudio sobre la clase obrera. Un testimonio contundente sobre las condiciones de vida del “populacho” barcelonés. Cerdà contabilizó un total de “333” categorías profesionales de obreros (3+3+3=[9]) y llegó a la conclusión que sólo “11” de estas podrían alimentar de una forma correcta a su familia si tenían un máximo de dos hijos y la mujer disponía de trabajo. Esas [11] categorías eran poco numerosas, encontrándose músicos y grabadores de primera entre ellas.



El único interés que manifiesta Cerdà sobre este estudio estadístico tiene un aroma diferente al “guiso” cocinado por los autores del ensayo sobre su figura. Un dulce estudio filantrópico que tenía como misión la erradicación de la amarga pobreza.

El estudio exhaustivo era sólo un medio para el ingeniero francmasón de culminar su CIENCIA URBANIZADORA. En sus propias palabras: --”(...)No teníamos aquí más objeto que reunir y exponer por un sistema de tablas pitagóricas o cuadros sinópticos, convenientemente ordenados y enlazados todos los datos aritméticos que han de servirnos más adelante para escribir la filosofía de estadística urbana, sobre la cual hemos de fundar la teoría de la urbanización.

Parece que el “ángel de la clase obrera” tan sólo miraba al pobre ganado del corral como fórmulas pitagóricas (11333 ... ahí lo dejo.)



Qué recuerdos aquellos de una novela distópica cuyo protagonista (Winston Smith) era consciente de la manipulación del pasado, aceptada por todos, “didácticamente” introducida en la memoria colectiva. Ese proceso lo llamaban “CONTROL DE LA REALIDAD”. “Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente CONTROLA EL PASADO”

Gracias a que todavía no están muy perfeccionados esos “AGUJEROS DE LA MEMORIA”, podemos contrastar algunas de las afirmaciones atribuidas a este ingeniero y comprobar que distan mucho de lo escrito de su puño y letra en su amplísima “TEORÍA GENERAL DE LA URBANIZACIÓN y aplicaciones y doctrinas a la reforma y ensanche de Barcelona”.
Los conductos de aire caliente que arrastran los documentos hacia los enormes hornos del ostracismo y la ignorancia parecen no funcionar del todo a la perfección. Aún se cuelan por algunas rendijas de aire fresco unos pocos “papelitos” que nos apuntan a una realidad pasada incierta que escapa al discurso del “GRAN HERMANO”.

Para planificar el diseño de una nueva urbe tuvo en cuenta sus antiguos trazados históricos romanos a los que accedió durante el trabajo topográfico que le fue encargado. Y como el encargo venía de muy arriba su proyecto se impuso en el concurso del Ayuntamiento de Barcelona de 1859. Pese a no ganarlo (ganó el arquitecto municipal Antoni Rovira i Trias) se impuso mediante “decretazo” real el 31 de marzo de 1860. Las costumbres no han cambiado demasiado en siglo y medio, como podemos ver. Cabe decir que también se presentó un arquitecto apoyado por la masonería nacionalista catalana, Josep Fontseré.  


La ciudad romana de Barcino se estableció a partir del PUNTO CERO en lo alto de la colina que llamaron Monte Táber, donde actualmente se ubican los restos del templo Augusto romano. Tiene una altura de 16,9 metros sobre el nivel del mar y está en el actual barrio gótico, muy cerca de la Plaza Sant Jaume. 



Cerdà centró el eje de la ciudad en un punto diferente, pero respetando el antiguo trazado de comunicaciones histórico. Se hace alusión en el libro al más que posible conocimiento de este ingeniero del estudio de la cábala judía, aduciendo al interés de la francmasonería de su época, a la que pertenecía, por las herencias culturales orientales. Algunos de ellos practicaban ritos cripto-judíos o judaizantes. Desde ese interés y para utilizar ese conocimiento esotérico de estas sociedades discretas, le podrían haber encargado un oscuro secreto a Cerdà. No parece probable que un empresa del tamaño que veremos fuera obra de un solo hombre. Ese turbio plan sería la plasmación de la figura del árbol de la vida de la cábala judía en el diseño de la nueva ciudad, acompañada de multitud de simbología masónica monumental. Eso sí, con un lavado de imagen “de luz y de color” teñido de prosperidad (evolución) y desarrollo cultural (masonería). “La nueva Barcelona había de ser una palanca para RECUPERAR, REHACER Y REORIENTAR la historia”. Nos trasladan los autores a rehacer la historia, cosa que
suena muy didáctica en boca de un historiador y profesor de universidad.




Para desarrollar esta teoría se basan en las medidas y formas de esas ISLAS de edificaciones del “ENSANCHE” proyectadas por el ingeniero hacia 1855. Las ISLAS tenían forma OCTOGONAL. Con una longitud de 113 metros la línea de edificaciones ( la manzana), 5 metros de aceras y 10 de calle. Un total de 133 metros de comienzo de ISLA a otra. Los autores insisten en ese 133 como referencia al Salmo 133 del Canto Gradual de David, que a su vez es utilizado en el rito de iniciación de los aprendices masones de ciertas logias. ‘La bienaventuranza del amor fraternal’.
Varios autores varían la medida a 133,33 metros o como en el libro mencionado con el 133,3 metros de eje de calle a eje de calle.

Tanto el 113 de longitud del OCTÓGONO, que puede equivaler a 11 por 3 dando 33; como el 133 de OCTÓGONO, más aceras y calle, daría igual resultado, uno por 33, redondeando así la hipótesis de simbología masónica con los números 11 y 33 ¿Otra vez? (Guardémonos en un rincón esa cifra del 113)




Ahora viene cuando la matan, con nocturnidad luciferina y masónica alevosía. Los autores comparan la longitud grupal de 5 ISLAS OCTOGONALES, que sumarían 666,5 (133,3 x 5 = 666,5) metros con la medida cercana a la CENTURIA romana equivalente a 20 ACTUS. Dando a entender que el ingeniero Cerdà quería de alguna manera plasmar la tradición romana, también. Pues bien, esos 20 ACTUS o CENTURIA romana equivalen a 710,4 metros. Es decir, una cifra menor, 19 actus, ya sobrepasaría los 666, harían 674,9 metros. Un claro ejemplo de la “Didáctica de la Historia” o como arrimar el ascua a la sardina de Lucifer.



Hagamos una pequeña aclaración sobre los conceptos que se le atribuyen a la cábala. Qué no parecen ser tan "ancestrales" como se le otorgan, ni tan "positivos" como lo quieren mostrar a lo largo de la historia. Partiendo de la base de que el "presunto" autor del 'Zóhar' o 'Libro del Esplendor', el rabbí Simón Bar Yochai (siglo II de.C), no fue tal, se pueden poner en duda muchas cosas. Se lo atribuyó a este, Moisés de León, rabino sefardí de la Castilla del siglo XIII. Estudios bastante serios avalan está teoría. De ahí surgió el árbol cabalístico de los sefirots (sephirots, a partir de aquí).



Según esos escritos, otorgaría un poder "creador" de Dios a la lengua hebrea, que se convertiría en un instrumento idóneo en manos del cabalista. A través de los ''senderos" pertenecientes a las 22 letras que unen las 10 esferas, o sephirots, creando "emanaciones" que pueden alterar la vida de los hombres.


Algo así como invocar a entidades intermedias para alterar el curso natural de la vida. La cábala ha sido adaptada del judaísmo, al cristianismo y el islam. Y tiene mucho 'punch' entre las almas crédulas de la "New Age". Utilizar la magia, vamos. Aunque los fines sean alcanzar una mejoria en la vida de los hombres, nada bueno podemos esperar de demonios y entidades (si es que existen, claro). En definitiva, la cábala, según los cabalistas, es la ciencia de lo oculto transmitida en secreto (como no) de generación en generación a sus "iniciados". Una ciencia a la que parecen profesar una fe inquebrantable aquellos que manejan los hilos de las marionetas que nos movemos en su teatro. Qué no quiere decir que sean eficaces, para nada. Pero la elección de fechas, lugares, cifras y repeticiones de patrón para sus construcciones y acciones de manipulación son, cuanto menos, dignas de análisis. Aunque estos a veces parezcan de locos.

Veamos las partes del árbol de la vida que corresponden a los SEPHIROTS con lugares y construcciones a través del tiempo en la ciudad condal.



Los límites del árbol de la vida cabalística los señaló entre el pie de la montaña de Montjuïc y el río Besós. Y sus tres columnas:

--Misericordia, será el trazado de carretera romana.
--Equilibrio, será el nuevo eje central de la ciudad.  
--Rigor o Severidad, lo formarán la línea de construcciones a pie de costa.

















Sephitrots:


1--KETHER: a la antigua Cruz Cubierta corresponde el sephirot de “CORONA” , la actual Plaza de España.


2--JOKMAH: el sephirot correspondiente a la “SABIDURÍA” se posicionó en la actual Plaza de Francesc Macià, venerado por los nacionalistas catalanes , presidente de la Generalitat de Cataluña durante la Segunda República. Proclamó la República Catalana dentro de la Federación de Repúblicas Ibéricas (o del universo mundial, para el caso de la improvisación, total...) y fue conocido en su época como “l’Avi” (el Abuelo) simbolizando a la sabiduría atribuida a las personas mayores.
Primero bautizada la plaza como Alcalá Zamora, primer presidente de la segunda república, más tarde se le suceden nombres de mártires nacionalistas. En 1936 “Hermanos Badia”(catalanes) y en 1939 Calvo Sotelo (españoles) para finalmente en el régimen actual rebautizarlo con el del AVI masón.



3--BINAH: este punto se sitúa bajo la plataforma que dio lugar al antiguo cementerio judío de Montjuïc. Parece una manera de mostrar respeto a los antepasados judíos de Barcelona y representar su “INTELIGENCIA” o raciocinio.


4-JESED: sephirot de la “MISERICORDIA”. Se sitúa en el cruce entre la antigua carretera romana y el Paseo San Juan, que hace de límite de la ciudad vieja. Aquí está ubicada una estatua de Fray Pedro Ponce de León, monje benedictino que dedicara su vida a enseñar a niños sordos durante el siglo XVI. Simboliza el pequeño monumento a una actitud misericordiosa.
  


5--GUEBURAH: el sephirot de la “JUSTICIA” cierra la ciudad vieja por la Ciudadela en el punto de la estatua del general Prim. Militar de origen catalán y uno de los más condecorados del ejército español. Jefe del gobierno en la revolución del 1868. Durante su gobierno se acordó el derribo de la fortaleza de la Ciudadela y la construcción de zonas ajardinadas en su lugar.



6--TIFERET: la Plaza de las Glorias Catalanas fue elegido como el sephirot de la “BELLEZA” y centro neurálgico de la nueva urbe. Tras multitud de reformas urbanísticas el símbolo más significativo en la actualidad es el edificio-fálico y multicolor llamado torre AGBAR, entrada al distrito 22@. Inspirado en la montaña de Montserrat y la arquitectura de Gaudí, más que posible masón, ilumina las noches de la ciudad con sus 4.500 puntos de LED. Estas forman “ventanas policromadas” cambiantes que recuerdan a los vitrales de una catedral gótica y sus colores cuasi alquímicos. Coincide ese 22@ con las “22 sendas de la cábala” correspondiente del flujo espiritual que emana de los 10 sephirots y a las 22 letras del alfabeto hebreo (según los cabalistas, claro). En una aún más loca elucubración, pareciera que la dirección de la torre multicolor iluminada diera muestras de señales cabalísticas: Avenida Diagonal, 211 (2*11=22) y el número de plantas: 38 (3+8=11). 22-11. A alguna mente retorcida se le pudiera ocurrir que el centro de ese árbol de la vida barcelonés es una suerte de emisor sephirótico o una especie de “antena-receptora”. Pero como decimos, elucubraciones de algunos locos... 



7--NETZAH: el sephirot de la “VICTORIA (de la vida sobre la muerte)” viene de la actual calle de Felipe II en el cruce con la avenida de la Meridiana cierra la columna de la MISERICORDIA.



8-HOD: el lugar escogido para la columna del RIGOR o SEVERIDAD con el sephirot de la “GLORIA” figura en el cruce de la calle Bac de Roda con el Paseo del Taulat. Se da la curiosidad que al otro lado del “tablero” del árbol de la vida, al comienzo de la columna de la MISERICORDIA, se encuentra el lugar del otro Francesc Macià, el president de la Generalitat en la Segunda República, marcando el JOKMAH, y la calle “Bac de Roda”, que es como se le conocía popularmente a Francesc Macià i Ambert (1658-1713) coronel de los “migueletes”, milicianos de carácter mercenario reclutados por las diputaciones de los reinos de la Corona de Aragón. Fue condenado a muerte y colgado en las postrimerías de la Guerra de Sucesión Española-



9--YESOD: límite de la ciudad urbana. El sephirot del “FUNDAMENTO” debería haber sido el límite del casco urbano planeado por Cerdà y el comienzo de la gran zona verde. Actualmente se encuentra casi al final de la Gran Via.



10--MALKUT: cerrando la columna del EQUILIBRIO, en teoría el punto más bajo del árbol de la vida que “recibe” todas las emanaciones, se proyectó el sephirot del “REINO” en el límite de la ciudad con el río Besós. Este lugar está relacionado implícitamente con el sephirot(invisible) DAAT. Explicando la “movida” historia del monumento que estaba llamado a “marcar” dicho sitio se puede entender mejor.




--DAAT: la esfera invisible del CONOCIMIENTO evoluciona al nuevo emplazamiento de la construcción de la Universidad de Barcelona, entre los años 1863 a 1889. Inició actividad docente en 1871. Un dato relevante es que la universidad en Barcelona fue “exiliada” de la ciudad a raíz de la Guerra de Sucesión(1714) a Cervera, y reinstalada en 1842, 128 años después en el Convento del Carmen, muy próxima a la Plaza Sant Jaume.
  
Convento del Carmen

Tras la venta de los terrenos de este convento por parte del ayuntamiento en 1871 se derrumbó el edificio. Su portada de finales del siglo XIII pasó a reconstruirse en lo que sería el décimo sephirot, el del “REINO”, junto al río Besós. Lo compró la marquesa de Moragas en 1873, donde lo trasladó a su finca Mas Tondo. La nueva ubicación del “PORTAL” del convento pasaría a ser el MALKUT del nuevo árbol de la vida barcelonés. Curiosamente se le concede el marquesado a María de la Consolación de Moragas y de la Quintana por parte del papa Pío IX (un encarnizado luchador anti -masonería, en apariencia, pues perteneció a la logia “Eterna Cadena”, de Palermo) en 1876. 100 años después el portal del Carmen es trasladado debido a las obras de las autopistas de entrada a Barcelona y no demasiado lejos de su anterior posición.





Podría parecer una especie de apuntalamiento de la columna del EQUILIBRIO con ese portal que antaño fue la sede de la Universidad de Barcelona. La alta sociedad catalana siempre parece estar atenta tanto a las ubicaciones de los puntos clave de este imaginario árbol de la vida, como de ser los mentores de los movimientos obreros de la ciudad. ¿Raro no? A estas alturas ya no creo que lo parezca. Familias potentadas en tareas re -organizativas de la ciudad social y económicamente. Utilizando los nuevos movimientos proletarios para sus “revoluciones” particulares. Esas nuevas construcciones del “ensanchamiento del corral” para sus corderitos será un patrón a utilizar más de un siglo después para mover las “fichas” en esos supuestos movimientos transversales.
  


El libro plantea, también, una rocambolesca hipótesis de una inversión del árbol de la vida manteniendo el orden de las columnas e invirtiendo el orden de los sephirots. De esa manera estarían representadas dos estrellas de David unidas. Dos hexagramas un tanto irregulares para potenciar más simbología masónica (escuadras, compases, cruces, estrellas) para aportar “luz al mundo”.
Una locura que pudiera parecer, tan sólo, unas “coincidencias de las alineaciones urbanísticas”, pero que las administraciones que deciden y regulan las construcciones arquitectónicas a lo largo del último siglo y medio, y los grandes eventos y manifestaciones de masas, parecen tomárselo a pies juntillas.








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