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viernes, 7 de mayo de 2021

EL SACRIFICIO DE LA HUMANIDAD 2.0


EL SACRIFICIO DE LA HUMANIDAD 2.0   
































¿QUIÉNES DAN  DE COMER A LOS DIOSES?





(…)Otros forman de mimbres entretejidos ídolos colosales
cuyos huecos llenan de hombres vivos, y pegando fuego a los mimbres
rodeados ellos de las llamas rinden el alma.

                         "La Guerra de las Galias" Caius Julius Caesar (s. I a. C)


"Somos alimento de los dioses". Esta chocante afirmación la podemos corroborar en diferentes pasajes de diversos libros sagrados de religiones a lo largo de la historia de la humanidad. Al menos, eso nos cuentan "los escribas" encargados de transcribir los dogmas de fe de estas supuestas entidades. En ellas se narran, también, los curiosos caprichos degustativos de estas "paternales" figuras. La lógica racional nos lleva a pensar que los sacerdotes, chamanes, magos-hechiceros y otros administradores de estos cultos-religiones, recurrían a la puesta en escena de diferentes "performances" lo suficientemente impactantes para influir temor a ojos del pueblo. No sólo para el que lo ve, sino para el que escuche el relato de la misma. 

Estos ritos normalmente eran llevados a cabo para "expiar los pecados"  de un pueblo, o parte del mismo, a través de algún animal, varios, cientos, o miles de cabezas de ganado, dependiendo del "apetito divino" del momento. Los sacrificios se realizaban con la ofrenda viva, dándoles muerte en lugar visible y acondicionado para la ocasión, intentando proyectar sobre el espectador, atemorizado o excitado, un pensamiento de supervivencia temerosa hacia ese dios o dioses. la sangre esparcida sobre el escenario es un buen activador para estimular la donación de ofrendas de ganado, alimentos y materiales preciosos a la "casta sacerdotal" de turno.

Ellos serán los encargados de ofrecer "las partes favorables" para el dios o dioses en cuestión y quedarse con "las partes correspondientes" que son distribuidas entre los diversos gestores de la religión profesada. Que se lo digan a la casta de los Levitas, allá por el Éxodo de aquel pueblo errante en busca de la Tierra Prometida, sino. Los hijos de Aaron, hermanísimo de Moisés, fueron un claro ejemplo de aquel dicho "el que parte y reparte, llévese la mejor parte". Amén.


Los "levitas" examinando el botín

--"Y traerás a Jehová la ofrenda que se hará de estas cosas, y las presentarás al sacerdote, el cual la llevará al altar. Y tomará el sacerdote de aquella ofrenda lo que sea para su memorial, y lo hará arder sobre el altar; ofrenda encendida de olor grato a Jehová. Y LO QUE RESTA DE LA OFRENDA SERÁ DE AARON Y DE SUS HIJOS; es cosa santísima de las ofrendas que se quemarán para Jehová".          
                                                      Levítico 2: 2-16


En román paladino, (el cual suele hablar su vecino), da a entender en esa parte y otras del libro tercero del Pentateuco, que la parte menos aprovechable de la ofrenda, ya sean vísceras, sangre y otros despojos, serían "churruscadas" en olor del Dios; y de puertas para adentro del Tabernáculo, al cual sólo tenían acceso los sacerdotes, daban buena cuenta del "chichamen" del bicho o bichos en cuestión. Hemos escogido este pasaje de este libro no por animadversión, ni mucho menos, sino por ser el compartido por algunas de las religiones más populares a lo largo de la historia. Su aplicación no dista mucho del funcionamiento de la mayoría de cultos. Vamos, el diezmo de toda la vida, pero con escenas gore. Con el tiempo estas prácticas han ido actualizándose en función del tipo de ofrenda "más adaptable a las circunstancias del momento", dios mediante, eso sí, del "buen criterio" de las castas sacerdotales.
                                    
Hasta ahí, comprensible. Pero, ¿y cuándo el dios, o dioses, pide sangre y sacrificos humanos a través de los mensajes "interpretados" por esos sacerdotes?¿Se les iba la mano, tal vez, en sus pretensiones intimidatorias hacia sus feligreses?¿O...había algo más?

"El hombre es el gran engañado del Cosmos", como bien señalaba el gran Juan García Atienza en su ensayo de 1981 "La Gran manipulación cósmica". Y ese engaño es producido por el miedo a ser devorado por lo desconocido; por esas imágenes proyectadas en los altares salpicados de sangre, o a través de las narraciones mitológicas que actúan de complemento sobre la mente de los hombres, quienes ven a esas entidades o entidad superiores como un protector etéreo y una especie de figura paternal represora. Este "producto" (llamémosle así) era vendido de alguna manera por la casta sacerdotal al pueblo como un ritual que aseguraba la renovación de la vida; ya sea vegetal, del ganado o para asegurar la fertilidad de su familia y garantizar la supervivencia. Ceremonias y rituales de año nuevo, generalmente en primavera, como el ritual de Akitu, en Mesopotamia, el Purili, de los Hititas, narrando su mito de la Creación con una puesta en escena de lucha de Teshub, dios de la tormenta, y Illuyanka, una serpiente gigantesca o dragón; matándola el primero por medio de una tormenta de rayos y lluvia torrencial.

Teshub da muerte al dragón Illuyanka. Leyenda Hitita














Estos relatos parecen unas de las más antiguas referencias al mito de la renovación vital y a la fuerza del poder divino. El mito regenerador o sus rituales pueden explicarse desde un punto de vista antropológico de las sociedades tribales y su creencia en una mágico-religión que garantice los recursos para la vida. Diferente sería, creo yo, la idea de utilización de los elementos extraordinarios para la creación de mitos o rituales. La tierra, el agua, el viento/aire son proporcionados por la misma naturaleza. Insuflan vida de por sí, en conjunto con más organismos y entre ellos. No así el fuego. Necesita de una técnica previamente enseñada o de unas circunstancias naturales especiales, como el impacto de un rayo en un árbol, por ejemplo; de ahí su rol con las encarnaciones de los dioses del trueno, del rayo o de las tormentas. Una fuerza primitiva de conocimiento ancestral relacionada con el fuego. 

En la historia de la historia, la que no se ve a simple vista, intentaremos subirles las telas a estos relatos relacionándolos entre sí, para ver qué o quién/quiénes puede haber detrás de todos estos chispazos de fuego, iluminación, incandescencia o a través de los escritos religiosos de la mayoría de confesiones. Iremos viajando dan do saltos espacio-temporales para conectar la "barbarie" de unos, con lo "místico" de otros.


Recreación del templo de Upsala 



















Comencemos por los bárbaros vikingos, en la Europa del norte cuando aún eran almas sin cristianizar: salvajes, sucios y que pasaban a cuchillo a todo bicho en movimiento. Reducto de las costumbres de los pueblos germanos y otros que dieron fin a los muy civilizados, organizados, limpios y de "buenas costumbres" romanos. Seguidores de la religión Ásatrú, politeísta. Como eran bastante cortitos de "alfabeto", habrá que fiarse de las referencias escritas más antiguas que han llegado hasta nuestros días. El Gesta Hammaburgensis Ecclesia Pontificum, su autor, Adán de Bremen (1050-1085?), historiador alemán de la segunda mitad del siglo XI. Narra en este documento, escrito de monjes para monjes, no hay que olvidarlo, una descripción de cómo fue la cristianización de aquellos pueblos, ya sea por el soborno de un príncipe o por la fuerza. 

En estos textos, en los que conviven la redondez de la Tierra, los abismos del fin del mundo y la lejana Vindland de Eric, el Rojo, da una versión de lo que eran los Blót: "Y así todos los dioses tienen asignados sacerdotes que ofrecen los sacrificios del pueblo (…). Suele celebrase en Upsala también cada 9 años (…). El sacrificio es así. De todo ser animado que sea masculino se ofrecen 9 cabezas, de los que es ley que la sangre de ellos aplaca al dios. Los cuerpos son suspendidos en el bosque que está próximo al templo (…). Allí también perros y caballos cuelgan con hombres, de los que en el montón de cuerpos suspendidos uno me contó haber visto 72 cristianos. De las demás exequias que se hacen de ese modo con el rito de la libación, variadas y deshonestas". La libación trata de derramar sangre sobre un altar o sobre el suelo a la vez que se pronuncia una oración, u otros berridos. "Uno me contó haber visto", también, a otros 72 cristianos en el evangelio de Lucas. "Después de esto, designó el señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí a todas las ciudades y sitios adonde él había de ir (…). Regresaron los 72, y dijeron alegres:--Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre--" Lucas 10


"Sincretismo" de la Última cena.






















Parece que el bueno de Adán de Bremen mezcla un poco ese pasaje con esos cristianos (supuestos mártires), primeros evangelizados en tan salvajes tierras. Lo mezcla o lo confunde (no pensaremos mal, o sí) con una liturgia espiritual de devoción del cristianismo. Tenemos los blót vikingos, que eran unos rituales que se celebran cada 9 años, durante 9 días y con 9 individuos macho de cada especie animal y humana. 

Ahora veamos la novena cristiana (9ª). Son unas oraciones realizadas durante 9 días para la obtención de alguna gracia o pedir por una determinada intención. Y fijémonos en su origen. La hora nona (9 horas después de la salida del Sol), las tres de la tarde fue la hora fijada como la muerte de Jesús en la cruz. Muerte, o sacrificio, que sirve de expiación por los pecados de todos los hombres, y que muere colgado de una cruz-árbol mientras se desangra a causa de las heridas propiciadas con anterioridad.. Al mismo tiempo, su madre, familiares y acólitos oran por su alma durante el proceso. Es por tanto el 9 relacionado con el dolor y sufrimiento. 9 días de oración de los discípulos y demás seguidores de Cristo reunidos entre la "Resurrección" del Maestro y el "Pentecostés", la "iluminación del Espíritu Santo". También proviene de ciertas costumbres griegas y romanas de 9 días de duelo por los difuntos o para apaciguar a los dioses.

Podríamos llegar a malpensar, dado lo expuesto, que el autor de esas descripciones de las costumbres vikingas tuviera unas intenciones capciosas. Proyectar una idea de salvajismo pagano de estos pueblos que estaban fuera del poder de la Iglesia.
Evidenciar las virtudes del humanismo cristiano sobre  las sociedades que vivían sin la protección eclesiástica. Para ello utiliza un ardid emocional, ya conocido por los lectores (escrito para monjes, recordemos), como el de la hora nona y las novenas. En el caso cristiano tiene un sentido positivo con la obtención de gracias y con la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Por contra, ese 9, es utilizado de manera negativa sobre las terribles ceremonias-rituales vikingas. Es cierto que el número 9 es considerado mágico según las tradiciones orales nórdicas que han llegado hasta nuestros días, con lo que no podemos saber a ciencia cierta lo que fue mito o tergiversación histórica de Adán, "el listo" de Bremen.

Listo, también, anduvo Bernardo de Claraval (1090-1153), principal artífice de la expansión de la Orden de los Caballeros del Temple tan sólo unas décadas después. Cuenta la leyenda que los 9 caballeros iniciales se pasaron 9 años en su guarida del antiguo Templo de Salomón orando y a otros menesteres. Mas otra legendaria historia dice que esos caballeros representaban a las 9 familias merovingias que firmaron el pacto entre el rey franco, Clodoveo, y la Iglesia de Roma con el bautismo de este, a finales del siglo V; retomando el acuerdo con el Papado y haciendo del Temple su brazo armado secular. El futuro santo parece que no fue el redactor, en contra de lo promulgado oficialmente, de la primitiva Regla de la Orden. Ya venía redactada de oriente y se reviso y aprobó durante el Concilio de Troyes, en 1129, donde si lo supervisó el futuro San Bernardo. ¿Saben cuántos artículos tenía esa legendaria regla de los templarios? 72. Ni uno más, ni uno menos.

Representación del genocida Julio César

























No fueron los cristianos del siglo XI los únicos en "blanquear" sus sacrificios o rituales, ni mucho menos. El gran Julio César, justo unas décadas antes del nacimiento de Jesucristo, tras conquistar los territorios ocupados por los celtas en la actual Francia y territorios aledaños, expuso bajo su puño y letra (eso me gustaría comprobarlo) una idea de civilización de bajeza moral y cultural del pueblo galo. Era necesario imponer las buenas costumbres y leyes del ejemplar pueblo romano. Con una descripción en tercera persona ejercida por el autor del libro De bello Gallico (La Guerra de las Galias) se pueden ir comprobando las atrocidades llevadas a cabo por las tropas lideradas por César. Aunque justificadas ante el lector romano, la visión descriptiva del pueblo sometido fue un pelín exagerada. Cuenta en el libro VI:

"Toda la nación de los galos es supersticiosa en extremo; y por esta causa los que padecen enfermedades graves, y se hallan en batallas y peligro, o sacrifican hombres, o hacen voto de sacrificarlos, para cuyos sacrificios se valen del ministerio de los druidas, persuadidos de que no se puede aplacar la ira de los dioses inmortales en orden a la conservación de vida de un hombre si no hace ofrenda de la vida de otro; y por pública ley tienen ordenada sacrificios de esta misma especie. Otros forman de mimbres entretejidos ídolos colosales cuyos huecos llenan de hombres vivos, y pegando fuego a los mimbres rodeados ellos de las llamas rinden el alma. En su estimación los sacrificios de ladrones, salteadores y otros delincuentes son los más gratos a los dioses, si bien a falta de ésos no reparan en sacrificar inocentes"


El hombre de mimbre 

Es la fuente más "fidedigna" contemporánea que ha llegado de este llamativo ritual que hallaremos con posterioridad en otras épocas de la historia. Apunta a que fue un ritual ofrecido al dios Taranis, divinidad del rayo, del trueno, de las tormentas y de las fuerzas sobrenaturales. Lo representaban como un hombre barbudo con una rueda en las manos, también con un rayo. Se le consideraba el protector del clan y era invocado por los druidas, la casta sacerdotal celta, mediante sacrificios. César, en su libro, narra que los druidas no solían ir a la guerra, ni pagaban tributos, estaban exentos de la milicia y de todas las cargas de la sociedad. Los privilegiados psicópatas de toda la vida. Aquí al general romano no le hizo falta exagerar. Las víctimas eran recubiertas con una gran capa de mimbre antes de ser introducidas en el hueco del muñeco de grandes proporciones y del mismo material. Esos animales e incluso humanos eran abrasados como ofrenda en el interior del gigante para "satisfacción" de Taranis. El ritual conocido como "hombre de mimbre" (wicker man).

Este dios formaba parte de una triada conocida como los "dioses de la muerte y de la noche", que la formaban Teutates, Esus y el mencionado Taranis. Estas deidades son mencionadas en el poema  inacabado "Farsalia"  del poeta cordobés, y sobrino del gran Séneca, Lucano; "Los que aplacan con horrendo sacrificio al cruel Teutates y al horrible Esus, el de bárbaros altares, y a Tarinis, cuyo altar no es menos cruel que el de la Diana escita". Es aquí donde nos topamos con el interesante sacrificio de la "triple muerte" o "threefold death". El historiador y arqueólogo, Martín Almagro Gorbea, nos explica en un brillante artículo que el ritual "consistiría en ahogar a la víctima, colgarla y quemarla". En una descripción más detallada nos cuenta: "Para sacrificar a Teutates se ahogaba a un hombre sumergiéndole en una tinaja; para hacerlo a Eso, la víctima era colgada de un árbol y se le desangraba; para Taranis, se quemaban vivas a las víctimas, encerradas en una estructura lígnea en forma de maniquí". También narra que no hay una homogeneidad a la hora de establecer las formas y el orden de los sacrificios. Que aparecen documentados en pueblos germanos del norte, eslavos, griegos, anatolios y persas, también. Corresponden a las divinidades de las tres funciones; la de los cielos, la de la guerra y la fecundidad, de los pueblos indoeuropeos. La triple muerte solía vaticinar por adelantado a príncipes o héroes por lo que se la consideraba una expiación por haber ofendido a los dioses. 


Odín colgado y atravesado por su lanza.

En el "Libro del Buen Amor" del español Arcipreste de Hita (primera mitad del siglo XIV), también se recogen un par de leyendas que hacen alusión a la triple muerte en las tierras hispanas con poblaciones celtas. Estas probablemente llegarían de las costumbres de Irlanda y demás pueblos gaélicos. En las leyendas recogidas en los ciclos artúricos, como la "Vita Merlini", describe como el druida más conocido de la historia literaria, vaticinó su propia muerte: despeñado, empalado y ahogado. Si para los celtas la triple muerte sacrificial consistía en colgar, quemar y ahogar a la víctima; los germanos del norte tomaron por costumbre  colgar, herir con un arma cortante y acto seguido ahogar al o los sacrificados. El "burrezno" dios Odín se ofreció él como ofrenda de sí mismo. Colgose en un árbol (alegoría del "árbol de la vida") atravesándose por su lanza y permaneciendo allí 9 días y 9 noches (volvemos a cantar una novena, aquí no pasa nada), para luego sumergirse en un caldero de miel. Diferentes poemas legendarios de estos pueblos nórdicos reflejan este hecho y que fue realizado como un renacimiento posterior de Odín con el secreto mágico de la escritura rúnica y el poder de la adivinación. Ese poder mágico otorgado a los sonidos emitidos de los fonemas pertenecientes a cada runa (o símbolo) me recuerda "muy mucho" a los poderes atribuidos a las letras hebreas, en la que cada una de ellas aportaba una carga energética venida del Mundo de la Creación. 

En el Este de Persia, bajo influencia musulmana chií, se ha conservado un mito relacionado con Iblis (Lucifer), y la triple muerte de su hijo, Khannas, a manos de Adán, por culpa de Eva. Iblis convence a la compañera del primer hombre que cuide de su hijo en su ausencia. Adán, enfurecido mató al niño, lo despedazó y colgó sus partes en un árbol. Se fue y regresó Iblis. Este pronunció su nombre y reconstruyó a su vástago. Se volvió a marchar dejando al pequeño otra vez con Eva y Adán regresó . Tras otra reprimenda a su esposa, este volvió a poner fin a la vida de Khannas. Quemó el cuerpo y lanzó la mitad de las cenizas al agua y la otra mitad esparcidas con el viento (Observamos aquí pruebas de regeneración con los elementos de la naturaleza y la utilización de sacrificios como "medio"). Marchó y regresó Iblis, nuevamente, rehízo a su descendiente gritando su nombre y lo volvió a dejar con una preocupada Eva, por el enfado de su marido. A la vuelta de la primera cabeza visible del heteropatriarcado, este vuelve a darle muerte al hijo del demonio, que había transformado a su hijo en cordero, lo asó y fue comido a medias por Adán y Eva. Iblis a su regreso contempló la escena y les dijo que era eso lo que precisamente pretendía. "Ya puedo entrar en el cuerpo de los hombres cada vez que quiera". Alegoría de la desobediencia a Dios y sus consecuencias; así como una muestra más  de ese inusitado interés por adueñarse de la voluntad de nuestras almas mediante engaños. (Estos nombres de Khannas e Iblis me suenan mucho a Caín y Abel, pero deben ser "elucubraciones" mías)


Santa Margarita, lo que el dragón
se come la cruz se lo quita.

Si hacemos caso a la datación oficial de "la guerra de las Galias", estas leyendas son anteriores a la vida de Jesús. Por tanto, los numerosos martirios de "santos" cristianos tendrían una influencia sobre los relatos de aquellos "escribas oficiales" de la iglesia católica. Pondremos el caso de Santa Margarita o Marina de Antioquía, víctima del cruel emperador Diocleciano. Esta joven muchacha abrazó la fe cristiana y sometida a numerosas pruebas para confirmarla. Renegó de la ofrenda de sacrificios a falsos ídolos; un demonio en forma de dragón (lagarto, lagarto) la devoró y esta logró salir cortando la tripa del bicho con su crucifijo (salvación del maligno gracias a la fe), rememorando a San Jorge, por cierto. Fue encerrada y sometida a diferentes "muertes": primero fue colgada del potro y "desgarrada con garfios acerados y peines de hierro", al tiempo que fue "abrasada con teas y hachas encendidas". Siguieron ahogándola en un estanque de agua "donde perdiese el aliento y respiración de la vida". Sobrevivió a todas estas muertes y el gobernador de turno optó por la decapitación para acabar con su vida. Podemos observar esta misma historia en la leyenda de Santa Marina de Aguas Santas en la Gaelica romana de evidentes influencias celtas. De ahí viene la influencia de la triple muerte de aquellos "pueblos bárbaros" y utilizada para enfatizar la figura de "mártir cristiano". 

Traslademos este patrón de "triple mortalidad" al Bagdad de los califatos. Allí fue condenado a muerte un "agitador de consciencias", Mansur Al-Hallaj, que promovía un sufismo piadoso que no parecía muy conveniente a ojos de los gobernantes. En el 922, y tras 11 años de cautiverio, dieron buena cuenta de este seguidor de Isa (Jesús ). Fue colgado y crucificado, herido y mutilado, quemado el cadáver y arrojado al río Tigris al tercer día. 




Por tierras hindúes tomaremos el ejemplo de la secta secreta Thug, también conocidos como "los Estranguladores", que apresaban a sus víctimas para sacrificios en honor a la diosa Kali. Estrangulaban a la "ofrenda", las destripaban para ofrecer la sangre a su diosa, las desfiguraban para dificultar su identificación y las arrojaban a un pozo o fosa. También realizaban una serie de rituales de danza y plegarias alrededor de los cuerpos. Esta secta fue perseguida y exterminada por los conquistadores británicos durante el siglo XIX. Como todo el mundo puede comprobar históricamente han sido un ejemplo de preservación de las costumbres y tradiciones de todas las etnias allá donde tuvieron el poder. La doble moral victoriana, será.
























En el "nuevo mundo" de las Américas, los españoles del siglo XVI parecían distinguir a dos clases de indígenas. Los pacíficos o "el buen salvaje", no agresivos, a los que consideraban sin religión y los observaban inocentes debido a que mostraban su desnudez, a la que consideraban símbolo de pureza y carentes de vicios de la civilización (podríamos encontrar algún paralelismo con la teoría del "Buen Salvaje" de Rosseau y su contrato social del ciudadano con el Estado doscientos años antes). Y los que no se dejaban dominar, "el mal salvaje", definidos como idólatras y antropófagos. De la multitud de narraciones recopiladas por Fray Bernardino de Sahagún sobre las costumbres de los méxicas pondremos un ejemplo llamativo. Unos sacrificios a un dios llamado Tláloc al que ofrecían gran cantidad de esclavos y cautivos subiéndolos a un altar de piedra. Descrito con sus palabras: "(…)echábanlos sobre ella y tomábanlos cinco, dos por las piernas, dos por los brazos y uno por la cabeza, y venía luego el sacerdote que le había de matar, y dábale con ambas manos con una piedra de pedernal, hecha a manera del ancon de los pechos, y por el ahugero que hacía, metíale la mano, y arrancábale el corazón, y luego le ofrecía al sol; echábale en una tinaja. Después de haberles sacado el corazón, y haber echado la sangre en una jícara (recipiente) la cual recibía el señor del mismo muerto, echaban el cuerpo a rodar por las gradas abajo. De allí tomaban unos viejos, que llamaban Quaquilli y llevaban a su capilla donde le despedazaban y le repartían para comer." (¿Otra vez la triple muerte y allende los mares?) Pese a que parecen haber pruebas arqueológicas de estos sucesos hay que recordar que las fuentes son unos ancianos nativos que se sientan a explicarle las batallitas de los sacrificios a Fray Bernardino. Es un documento llamado "Historia General de las cosas de Nueva España" realizado para justificar la evangelización y supresión de cualquier atisbo de las antiguas costumbres de aquellos salvajes sin alma. No está mal recordar a Adan de Bremen y sus tergiversados documentos. 

Un viaje a la China de la dinastía Shang, del segundo milenio antes de nuestra era, nos lleva a consultar la visión propia de la historia de Sima Qian. Este historiador de la corte de finales del siglo II a. de C., heredó la labor de su padre de confeccionar tres mil años (supuestamente) de historia de su nación. Aquí las alusiones a los sacrificios humanos se entremezclan con la fantasía y la realidad. La dinastía para la que trabajaba en ese tiempo, la Han, debía quedar en mejor lugar que sus ancestros. Por lo tanto, "esas particulares ofrendas" mejor las hacían otros. Fuente principal de la vida de Confucio, "Memorias históricas", así se llama su obra, nos narra que para apaciguar a los dioses y los espíritus miles de humanos fueron decapitados. También era común la quema de personas en vida como ofrenda. Lo más chocante es la descripción de la suerte que corrieron los hombres, mujeres y niños sacrificados a los dioses siendo cortados a pedazos pequeños o minuciosamente perforados , con mimo y tacto, para ser desangrados con lentitud en olor a esos curiosos dioses.





Aquellos que escribieron las historias sobre los cultos y ofrendas ejercidas por los sacerdotes-chamanes-magos, no sólo están relacionados directa o indirectamente con el poder, y tratarán de no dañar a esa casta privilegiada sacerdotal; sino que como el periodismo actual, buscan la manera de agradar y no dañar al poder vigente. Para eso ya está el malvado enemigo desconocido, no fuera a ser que de narrar historias algo incómodas pasaran a ser alimento "divino". Es posible que esa retroalimentación de historias y su adaptación a través de las culturas y civilizaciones sea la que oculta quiénes dan de comer a los dioses. 

No sólo se pueden atisbar una mezcla de datos entre ellas; sino que apreciamos una superposición del mito del pueblo vencedor, mostrando menos ferocidad a ojos de sus seguidores, sobre el mito del atroz enemigo conquistado o el vecino pueblo hostil, que será el reflejo de costumbres salvajes e injustificables. En caso de ser ocupado, la historia-religión de ese pueblo será reescrita de manera que sea "comprendida" y debidamente transmitida por el sacerdocio adscrito al poder. Que sea de fácil identificación y asimilación para crear una mala imagen sobre la religión a eliminar. Muy a pesar de que ambas creencias tengan similitudes muy notables. Un ejemplo: alguien habría tenido que malmeter contra los cristianos para que el pueblo de Roma jalee a los leones y otras fieras y los conviertan en chuletas en la arena de los circos. Y alguien ha tenido a bien mostrar esos relatos para crear un sentimiento de victimismo y rencor hacia las creencias del pueblo que jaleaba ese martirio y  sus crueles dioses. ¿Podemos creer que la conversión al cristianismo del imperio romano fue por devoción e iluminación divina de sus gobernantes? Véase que el catolicismo les quedó bastante paganizado, que digamos.


¿Oscura visión de El Greco sobre la Crucificción?



Hay autores, como el recientemente desaparecido, Salvador Freixedo (1923-2019), que se atrevieron a mostrar esas interacciones similares entre dioses y sus pueblos, aunque no para apreciar la "acomodación" de unos mitos sobre otros ; lo achaca sólo a la intervención de esas entidades o dioses menores y con malas intenciones. Veamos un fragmento que parece definir su punto de vista en el imprescindible libro de 1984, "Defendámonos de los dioses":

"Los creyentes que admiten (…) que esa es la única y total explicación de los orígenes de la existencia del hombre sobre la Tierra y de sus relaciones con Dios, deberían saber que todas la grandes religiones nos hablan de parecidas batallas entre sus dioses, o entre un dios principal, y sus dioses menores. Y los no creyentes (…) deberían saber que mitos y leyendas no son más que las historias distorsionadas entre el paso de los milenios. (…) esas batallas entre dioses que aparecen en todos los libros más antiguos de la humanidad (es decir, en las historias sagradas de todas las religiones) se siguen repitiendo hoy delante de nuestros ojos."

Aunque muy interesante planteamiento vamos a disentir del ex-jesuita y nos centraremos en las señales que nos conduzcan hasta una visión más detallada históricamente de estas manipulaciones. Observemos tres fragmentos de la biblia cristiana e intentemos recordar lo anteriormente expuesto dejando de lado nuestras creencias personales, muy respetables todas:

-"Y anda en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda de sacrificio a Dios en olor fragante"   Efesios 5:2

-"He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen: mas al tercer día resucitará"    Mateo 20:18-19

-"Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación de Jehová."       Jonás 2:9    

No seré yo quien diga que el martirio y "crucificción" de Jesucristo tenga influencias de todos estos rituales muy semejantes entre distintas civilizaciones (o las otras, influencias de este episodio histórico, también), pero...





Observando las relaciones culturales y tergiversadas entre las distintas narraciones sobre "el apetito de los dioses" podríamos establecer una intencionalidad sobre esa extraña "triple muerte" o recreación sobre la víctima o víctimas. Ya sean unas muertes simbólicas, proyectadas para el imaginario de las mentes a recibir el temeroso mensaje, o sobre un escenario real, este tipo de sacrificios múltiples tiene como idea el arrebatamiento del humano en todas sus formas: cuerpo, alma y espíritu. Esa idea de conseguir la capa más profunda del ser humano no puede venir del mismo Dios que ha creado el Universo, los mundos, la naturaleza y sus seres vivos, y a su creación más compleja: los hombres. Es más, se podría decir que las capas más externas de las personas son ofrecidas a seres de distinta magnitud de fortaleza o poder, dejando el espíritu, la parte que nos conectaría con Dios, como ofrenda mayor para una entidad o entidades que escapan a nuestra capacidad de definición. De buen seguro llevan mediando desde hace muchos milenios con unos intermediarios que pasan de generación en generación, y de unas tierras a otras. ¿Pero de qué manera lo harían y cuando?

Y hablando de intermediarios y de los que "más mandan" en estos asuntos y de triples muertes...¿sería posible que durante el entierro de los Papas de la iglesia católica se produjera una triple muerte simbólica? Sí, podría ser posible. Está debidamente estipulado que los restos de Su Santidad sean introducidos en tres cajas o triple ataúd. ¿Extraño? No, para nada. El simbolismo en las religiones es lo que tiene, y el Vaticano es la capital de las múltiples lecturas:





-La primera caja, (primera muerte o PRIMUM MORTIS) ha de ser de madera de ciprés. Este árbol simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, o el mundo de los vivos y el de los muertos. Ahí se deposita el cadáver. Se desprende simbólicamente de su cuerpo e inicia "el viaje".


                                                                                            Símbolo alquímico del plomo y astrológico de Saturno


-La segunda caja (o MORS SECUNDA), que alberga el primer ataúd, se debería realizar de plomo, soldada "herméticamente". Hacen referencia a la conservación del estado del cuerpo y a que no traspase la humedad. En cambio, el plomo era el metal que todo buen alquímico quería transformar en oro, el metal puro por excelencia. En esa antigua ciencia oculta a dicho metal pesado se le relaciona simbólicamente con Saturno, que en visión de los antiguos astrólogos era el límite de los confines del sistema planetario; y lo relacionado con ese fin, el planeta, la deidad, la "puerta de la trascendencia" del alma humana con lo desconocido... y comparte una sospechosa similitud con los sellos y logos de la orden jesuita.



-La tercera y última caja (o TERTIAM MORTEM) está hecha de madera de nogal. Según parece, para darle una apariencia de "normalidad" al féretro; aunque se me ocurren unos cuantos materiales aislantes de la humedad menos aparatosos que el plomo. El nogal era utilizado en algunas culturas del norte de Europa para celebrar el nacimiento de un hijo plantando un árbol de esta especie. Tiene como fruto-semilla, el junglans regia, lo que la mitología romana denominó "la bellota de Júpiter" (Jovis glans, derivado a jun-glans). Las múltiples capas que forman la nuez pueden representar perfectamente este triple enterramiento. Del producto de este árbol se extraía el mitridato, un universal antídoto contra infinidad de venenos cuyo nombre procede del rey de Ponto, Mitrídates, al que los romanos consideraban el mayor experto en venenos. Tras su conquista, cuentan que su tesoro más preciado era la receta que le hizo sobrevivir a múltiples intoxicaciones mortales hacia su persona: nueces secas, higos, hojas de ruda, enebro y sal (no al gusto, aquí). Pensando un poco mal...¿para qué querrían los santos padres un antídoto para venenos en sus viajes hacia la transformación en alma superior ascendida y perfecta? Los caminos del señor deben ser inescrutables, también por esas lides, y nunca se sabe quiénes te pueden pedir cuentas por tus actos en vida. (Elucubraciones pontificias. No tengan en cuenta este último dato) 

Y es lo que parece, más que un entierro simula un viaje iniciático. El cuerpo se deshace y se queda en el mundo de los vivos. Comienza su transformación del alma en una caja hermética para convertirse en la esencia pura, renaciendo en el mundo de los muertos como un ser espiritual. Una triple muerte simbólica inversa. El "jefe" de la casta sacerdotal tiene como premio a sus servicios la obtención de un espíritu superior a los demás, según se mire. 

Un poco retorcido, sí. También los nombres en latín alusivos a las sucesivas muertes son un pequeño subterfugio literario para meternos en escena. Permitámosnos esa licencia. Cipresso, piombo e noce (nombre de los materiales de los ataúdes en italiano), sería una definición más adecuada.


3 sarcófagos, 3 ataúdes



Echando un vistazo al funeral del último Papa fallecido, no son de extrañar las comparaciones con los fastos fuenrarios de los faraones egipcios. A propósito... ¿saben cuántos sarcófagos contenían a la momia de Tutankamón? Pues tres eran tres los sarcófagos-ataúdes que la contenían. Dos de madera chapadas en el metal dorado y la última en oro macizo. La humedad es lo que tiene... Es curioso como nos viene la idea del faraón déspota, endiosado y recurriendo a lo imposible para conservar su cuerpo "incorrupto" y con el vicario de Cristo en la Tierra se trata de proyectar una imagen de humildad, benevolencia y santidad. (¿Endemoniados bárbaros y cristianos romanos píos...?). 

Cabe mencionar aquí la leyenda-mito egipcia del engaño de Seth a su hermano Osiris con la ayuda de 72 conspiradores. Haciéndole introducir en un cofre de oro y maderas nobles realizado con las medidas exactas de este mediante sortilegios, los 72 ayudantes del codicioso Seth, sellaron el cofre-ataúd con ¿adivinen que material fundido para evitar humedades y simbólicamente relacionado con la transformación? Efectivamente, el plomo, tan querido por los Santos Padres para sus excursiones al más allá. El mito continua arrojando el cuerpo de Osiris al Nilo (símbolo de ahogamiento), llegando hasta las orillas de Byblos, donde las olas lo incrustaron en un arbusto de tamarindo. La planta lo absorbió y fue formando parte de ella hacia arriba (alusión a permanecer colgado). Más tarde, es encontrado por su esposa Isis y devuelto a la desaparición por parte de Seth, esta vez descuartizándolo en 14 partes (muerte por desmembramiento, aquí). Una vez más, su esposa Isis logra recomponer todas sus partes menos el falo; el cuál logra rehacerlo mediante poderes mágicos y, convertida en ave (veremos unos cuantos palomos) engendrar al hijo de ambos, Horus, renaciendo así tras pasar por tres fases de muerte. Yo le veo ciertas similitudes con las tres cajas sorpresa de los Papas, pero no hagan caso.

Para acabar con la mención a los entierros papales apuntar que a partir de la misa funeraria comienzan los "novendiali", 9 días de luto con sus misas organizadas por las distintas asociaciones eclesiásticas que se llevan a cabo en el Vaticano. El noveno día, se reúnen en cónclave los cardenales para la elección del nuevo faraón...¡uy, perdón! del nuevo sucesor de San Pedro. El origen de los 9 días de luto también es de la antigua Roma. Los familiares del fallecido guardaban luto para ahuyentar su espíritu y el último día se producía la novendiali caena (cena del noveno día), donde se realizaban unas pequeñas ofrendas y libaciones en honor al difunto. 

La curiosa triple muerte dando saltos multiculturales a través de la historia de la historia; englobada esta en el factor tiempo por la constante "9" y acompañado del sutil número 72, siempre aderezo de triquiñuelas históricas y legendarias.


Dante contemplando su amor platónico. Beatrix.


























Como telón a estas "novenas veladas" que mejor que regocijarnos en una obra que ensalza esta sugerente simbología del 9. Tratemos brevemente a la que se le considera el primer trabajo literario del gran Dante Alighieri (1265-1321), la "Vita Nuova". Muestra el amor platónico como tema principal, o al menos en apariencia; veamos el porqué de esa apariencia simbólica. Su primer encuentro con "su amada", Beatriz, (bienaventurada, portadora de beatitud o de felicidad) se produce cuando ambos tienen 9 años. El pequeño Dante queda totalmente prendado de la "visión" de esa niña, a la que no vuelve a ver hasta 9 años más tarde, cuando cuentan con 18 (1+8=9). Pudiéramos ver una alusión velada a la participación al sacramento de la eucaristía o primera comunión, poco dada en el siglo XIII por los infantes, así como a la confirmación religiosa a esos 18 años; pero optaremos por creer que es un periodo en el que Dante fue iniciado desde esa edad, 9 años, hasta la aparente integración como miembro de pleno derecho de su "comunidad", ya sea secreta o discreta, tras un aprendizaje de 9 años.

Dícese del poeta florentino, que fue miembro de los Fedeli d'Amore, sociedad secreta de poetas italianos que pretendían una renovación de la iglesia católica, denotada en órdenes religiosas dentro de ella como fueron los franciscanos, o movimientos gnóstico-heréticos, ya extintos en esa época, como los cátaros y, algunos ven a los templarios; no es de extrañar, son la salsa de todos los misterios mediavales. Una aparente revolución mística laica por la que asoman las cortinas de otras intenciones. Lo que parece una transformación iniciática hacia algún tipo de saber o secreto que deberían ocultar sumergido entre poemas y alegorías, como en esa "Vita Nuova" o "nove" (nueve en italiano). Salto del camino de la vida al "9" como nueva transformación (nueva-nueve) hacia algo elevadamente espiritual. Intentemos explicarlo.

Dante tiene unos encuentros "casuales" con su amada Beatriz, de los que destacamos uno bien curioso que llama nuestra atención. Hay que resaltar que los encuentros sólo se producen por contacto visual: "Aconteció un día que la gentilísima mujer hallábase en sitio donde sonaban alabanzas a la Reina de los Cielos, que yo me encontraba donde podía ver a mí bien. En medio de la recta que nos unía estaba una hermosa dama de agradable continente, la cual me miraba con frecuencia, maravillada de mis miradas, que a ella parecía enderezarse."  La descripción es más de una alineación de movimientos de cuerpos astrales que de miradas encontradizas de enamorados. Una superposición de un cuerpo aparente, engañoso, que parece estar como una sombra y no está realmente, pero influye de alguna manera en el conjunto del movimiento; como si estuviera observando y narrando un fenómeno astronómico. Esa "Reina de los Cielos" resultaría la madre de Dios dentro del concepto cristiano expuesto sin brumas por Dante; pero no. A todas luces hace alusión a la encarnación que toma la Luna de las diosas paganas como Innana, de Sumeria; la Astarté, de los fenicios y cananeos; la Ishtar de los babilonios y otras. Pero ¿es esa deidad en realidad su amada Beatrice?¿Qué figura oculta ese "Amor", como entidad, al que hace continua referencia?

El sueño premonitorio de Dante.

Prosigue: "(...)asegurando que mis miradas no hayan descubierto mi secreto". Su secreto. No el amor incondicional a su amada; sino a la Beatriz-Luna o Luna-Bellatrix que encarna los conocimientos secretos que está adquiriendo y que han de permanecer ocultos para los no-iniciados. Expuestos, pero oscurecidos. Y de oscuridad está hablando, como veremos. Aquella fuerza oscura (no confundir con el lado oscuro de Darth Vader) que hace silenciar a quienes acceden y se les concede conocerla. Tras este segundo encuentro descrito a modo de movimiento astral, que 9 años después, Dante, narra en forma de leve sueño o duermevela, insinuando, tal vez, un trance, como su señor "Amor" se le presenta en forma de nube de fuego con una dama casi desnuda cubierta por un paño rojo (alegoría de sangre y sacrificio) en sus brazos: su amada Beatrice. La imagen le produce alegría y horror. Se le presenta diciendo: "Yo soy tu señor" (Ego dominum suum) y le muestra el corazón del poeta en una mano: "Mira, he aquí tu corazón" (Vide cor tuum) y despertando a la "donna" se lo ofrece para que se lo coma, y mordiendo esta, el poeta sale del aparente trance. Esta imagen onírica muestra un ritual sacrificial de entrega absoluta del cuerpo, alma y espíritu de Dante.

¿Cómo podemos intuir qué ese movimiento es protagonizado por la Luna, y no por Venus u otro planeta del firmamento?  De nuevo por el "9". La clave la da casi al principio del relato: "Había transcurrido de su vida el tiempo que tarda el estrellado cielo en recorrer hacia Oriente la duodécima parte de su grado, y por tanto, aparecióseme ella casi empezando su noveno año y yo la vi casi acabando mis nueve años." Muy enrevesado, sí; pero no imposible. Primero de ese texto expone que el cielo ya había dado 9 vueltas al mismo punto, 9 años, por tanto. hasta ahí claro. Pero es en ese momento cuando aparece la "dama" ante su vista, y el fenómeno "transcurre" lo que tarda la duodécima parte de su grado. Estos sería una órbita que recorre el mismo movimiento de un astro 9 años o casi 9, y averiguando por tanto, esa duodécima parte. Pasando ese número de años a meses para facilitar su visión nos encontramos con 108 meses, divididos en 12 partes de la órbita resultan en, ¡oh, sorpresa!, 9 meses. No, no es una locura. Es un pequeño jeroglífico.




Hay un movimiento de la Luna por el que está fuertemente perturbada por el Sol (astronómicamente hablando, claro) y que hace variar la excentricidad de su órbita y su inclinación en la eclíptica del cielo. Llámese fuerzas gravitatorias, atracciones de cuerpos astrales o mejor, "cosquillas cósmicas" (Newton tampoco supo de donde venían). Esa "línea recta" es la que une el perigeo (punto más cercano de la Luna a la Tierra) y el apogeo ( el punto más alejado) y que se denomina línea de los ápsides. Su periodo es de 8.85 años o 3233 días (8 años y 10 meses y pico, "casi empezando su noveno año"). Su paso por cada signo zodiacal en la eclíptica es de aproximadamente 9 meses (aquella duodécima parte de su grado). Sí, bien; ¿pero qué tiene que ver esto con la "fuerza oscura"? 

















Es aquí donde hace acto de presencia una de las figuras mitológicas más antiguas y llena de sombras. Lilith, aquí en su versión astrológica. Es en ese punto del apogeo, el más lejano, donde nuestro satélite parece que se vaya a escapar de la energía de la Tierra y que nuestras denominadas "cosquillas cósmicas" lo atraen de vuelta. Ese punto virtual de lejanía y la distancia hasta nuestro planeta, esa recta oscura, establece lo que se llama Luna negra Lilith en astrología. Interpretaciones más o menos acertadas en ese aspecto, nos quedaremos con la leyenda mitológica de la que fuera primera mujer de Adán, y que aparece veladamente en las escrituras, como cara opuesta de la mujer u ocultación de lo que se está exponiendo. El doble opuesto. Representaría a la parte sombría de la historia. Aquello que realmente está expresando con la exaltación de la figura de la "donna angelicatta" es la culminación de un ser elevado y espiritual, a través del cual se puede llegar a la salvación. El dominio secreto de un conocimiento al que, como muchos otros, se llegaba por una iniciación bastante traumática.


Como ejemplo de "muerte iniciática", el poeta narra una enfermedad suya durante 9 días que culmina con el sueño premonitorio de la partida de este mundo de su "amada". Cuenta que muere Beatrice el día 9, del mes 9, de la manera de contar en Arabia y en Siria. Una manera de sugerir una sabiduría de origen oriental; aunque su explicación para tanto 9 casual es porque la raíz de 9 da como resultado el 3, en referencia a la trinidad cristiana. Y de paso cae en la cuenta que estos sucesos acaecían en la hora nona del día, acordémonos, la hora de la muerte del redentor. Un interesante ensayo de la filóloga de lengua italiana, Rosario Scrimieri Martín, trata de darle una explicación a estas reiteraciones del nueve en la "Vita Nuova" de Dante, a través de las sincronicidades de Carl Gustav Jung. Pues visto lo visto, y sin desmerecer su trabajo, bastante acertado en la disección de los cuatro elementos en esta misma obra, nos vemos en la obligación de sugerir que en este caso no va a ser ni el Jin, ni el Jung.

Dante "bebiendo" de las fuentes del saber.

Cabe mencionar la más que posible relación de Dante con la Orden del Temple y su más que aparente influencia, en lo que pudo ser un movimiento civil entorno a los Fedeli d'Amore impulsado por esta orden. Entre 1308 y 1310, el poeta florentino estuvo en el centro del drama que sufrieron los templarios y sus ejecuciones, mostrando su disconformidad con el rey de Francia y el corrupto Papa de turno. Se da la coincidencia (jin-junguiana, tal vez) que los aspirantes a caballeros del temple debían completar un periodo de 9 años para llegar a su investidura definitiva. Apuntar también, que los tres guías de Dante en su posterior, y obra cumbre, la "Divina Comedia", fueron representados por: el gran poeta de la Eneida, Virgilio, en el infierno y purgatorio; su "amada-iniciadora" Beatrice, para abrirle las puertas del paraíso; y el impulsor del culto a la Virgen María en la Edad Media y de la Orden del Temple (poca cosa), San Bernardo de Claraval, en la parte final de ese paraíso que describe la imagen contemplativa de Dios, y donde le invita a volver su mirada al rostro de la Virgen María como el rostro más parecido a Cristo, que alegoriza la culminación del ritual iniciático: (Virgilio-Beatitud-Virgo). Vemos como a Dante Alighieri le gusta jugar con la fonética de las palabras, que utiliza (al menos así lo apreciamos) como dobles sentidos velados. Los nuovo-nove-nona, para la simbolización del 9 y sus significados renovadores iniciáticos, el 9 y su relación con los ciclos alquímicos como fin de uno y comienzo de otro; el amore-mora-morte, el amor y la muerte, que ya trataron grandes poetas clásicos romanos, como el admirado Virgilio por el poeta florentino, y su vinculación con Eros y Thánatos, símbolos de creación y destrucción.

Petrarca y el "Áurea"


Y para complementar este despreocupado mini-ensayo de la primera obra de Dante haremos mención a una curiosidad implícita de los miembros de los "Fieles de Amor". Estos poetas impulsores del "Dolce stil nuovo", volvemos al juego de palabras, se acogen a la "musa inspiradora" para sus creaciones de un modo que trasciende lo racional para impregnarse de sentimientos. Eso a primera vista, claro. Se dejan llevar, o se ponen en manos de Eros, esa entidad-divinidad activa, Amor. Todos los componentes de esta sociedad lírica-secreta difuminan en el nombre o referncia de sus "amadas" una cualidad alusiva al conocimiento velado-iniciático. La donna angelicatta que hemos comentado anteriormente. Veamos:
 
Para uno de los primeros poetas conocidos del grupo, Guido Cavalcanti (1255-1300), y amigo de Dante, la mujer a la que se refiere como "donna mi prega" (la mujer me ruega) es una dama que encuentra durante su peregrinación en el Camino de Santiago y que la describe como "de su poder a menudo sigue la muerte". Peregrinación para renacer.

Seguimos con el gran humanista y poeta del trecento italiano, Francesco Petrarca (1307-1374). Su amada recibe el nombre de Laura. De laurus, laurel, poeta laureado en Roma..., pero a causa del juego de palabras utilizado por estos autores veo más correcto la separación l'aurea o el áurea, como áureo, el número de la proporción divina. Aunque más sorprendente es la valoración matemática que realizan algunos estudios de sus sentimientos hacia su "Áurea"., incluyendo ecuaciones diferenciales, como la propuesta por el italiano, Sergio Rinaldi, sobre los 366 versos que le dedica Petrarca en su "Cancionere". Deduce que hay un comportamiento cíclico de los dos amantes cada cuatro años durante los 21 años de "relación" entre ambos. 366 versos como días del año bisiesto. Hecho que comenzó el Viernes Santo de 1327, que era 6 de abril. Y que finalizó con la muerte de esta otro 6 de abril de 1348 (la peste negra se alineó con Jung, aquí). Otra mención a la muerte de Cristo como iniciación. Y un ciclo de 21 años (a saber).

Su discípulo, Giovanni Bocaccio (13013-1375), conoció a su "gran amor" el Sábado Santo de 1331. La que fuera su "musa" durante algunos años fue llamada por este poeta, "Fiammetta" (Llamita"). Que mejor apelativo para la inspiración del conocimiento.


Un guiño a las estrellas.

Repiten en sus poemas la figura evocadora de la "stella" (estrella-luz-luminosidad) adornado con las "nubecillas de fuego" que transmiten mensajes de "entidades" propiciadoras de sabiduría a cambio de sometimiento del alma. No se me ocurre otro mejor puente para enlazar con la temática de la segunda parte de esta investigación.


















¿QUÉ SON ESOS FUEGOS QUE NOS HABLAN?






En la mayoría de religiones a estos seres se les llama "espíritus",
de una manera general, aunque tengan variadísimos nombres,
dependiendo de las diferentes religiones
y dependiendo de los diferentes "espíritus"
                                                             
                                                     Salvador Freixedo: "¡Defendámonos de los dioses!" 1984


Columnas de fuego, zarzas ardientes, estelas luminarias, rostros incandescentes, pequeños fuegos sobre las cabezas de los agraciados, e incluso fuegos salvadores. Estos hechos relatados son el reflejo de una "comunicación" divina. Muestras de "diálogo" entre unas entidades emisoras de un "mensaje"(aparentemente) y unos receptores "elegidos" por las mismas para la "propagación" de las directrices "reveladas". Seguiremos limpiando de polvo y paja esas escrituras y documentos; unos oficiales, otros no tanto, pero que nos servirán para comprobar que las similitudes entre los cultos religiosos distas entre el espacio y el tiempo, tal vez no coincidan entre sí por causas metafísicas, las intrínsecas de los colectivos humanos; sino que pueden deberse a propósitos tendenciosos más terrenales y provechosos para esos "patrocinadores" de dogmas. Expondremos los dictámenes o relatos religiosos desde el punto de vista de la fuente de donde es recogida, aclarando las neblinas que podamos despejar en esos textos, u oscureciéndolos para entrever desde un ojo más sombrío esos detalles que se dan por inalterables y que nos puedan conducir a unas respuestas de las causas de esos sacrificios, ya sean sus autores humanos o de otra naturaleza. Viajemos por las señales de este denominador común: el FUEGO... y sus iluminados receptores.

Atendiendo a las narraciones históricas, legendarias o histórico-religiosas, todo parece indicar que aquellos que estaban en posesión del elemento "que había que crear" (y dominar) de los 4 principales, estaban en posesión de dominar al resto de la población. En todas sus formas: en su forma física, como fuente de energía; o en su forma alegórica, como fuente de conocimiento y sabiduría. Por ende, permitiría "controlar" el desarrollo tecnológico a aquellos que poseían esa información.

Ese FUEGO, por tanto, comprenderá uno de los elementos "emisores" clave que ha utilizado ese poder-religión, manejado por unos pocos (no está mal recordarlo), como "vía de comunicación" con las diferentes entidades divinas y sus escenificaciones, unas teatralizadas (cada cual lo entienda como guste) y otras narradas (incluso fabuladas), para lograr la comprensión más sencilla e intimidadora al receptor. Y quiénes mejor para usar el "telefonillo celestial" que aquellos "elegidos" por descendencia según las escrituras escritas, valga la redundancia, pertenecientes a la casta sacerdotal. Todo grabado a fuego (entiéndase, inalterable).




Nimrod, constructor legendario de la Torre de Babilonia


Comencemos por la historia-narración-leyenda-mito de Abraham, o Ibrahim, "patriarca" de algunas de las principales religiones del mundo. En su versión islámica; por tanto debería ser la última en tiempo (debería...). Tenemos al hombre justo Ibrahim encerrado durante largo tiempo por Nimrod, el rey de Babilonia y según las malas lenguas, bisnieto de Noé, por haber destruido a los ídolos inanimados que adoraban las gentes de esa tierra por obra y gracia de los sacerdotes del primer rey poderoso del mundo. Al parecer, el poder dominante notó algunas dudas en sus súbditos y puso en marcha un plan para hacer desaparecer toda sombra de duda sobre la adoración al rey y sus dioses. Mandó Nimrod amontonar la mayor pira de madera construida jamás, para que su potente fuego apagara para siempre la idea de un sólo Dios creador todopoderoso que insistentemente promulgaba el bueno de Ibrahim.

El patriarca esperaba con resignación su muerte encomendando su alma a su Dios, Allah. Este no le iba a dejar morir y ordenó al fuego que fuera un lugar fresco y pacífico para Ibrahim, que salió de entre las llamas sin una gota de sudor en sus ropas por el fuego y sin rastro de halo de humo en sus ropas. El fuego tan sólo quemó sus cadenas. Todos los presentes gritaron: "el dios de Ibrahim le ha salvado del fuego". Nimrod ya no puede seguir con el engaño de su falsa idolatría frente a su sometida población. Representa al que se rebela contra Dios e intenta imponer unas falsas deidades, el que no se somete a la voluntad divina. El que intenta construir la Gran Torre de Babel como desafío a Dios, el que no acepta su ley, el mal salvaje. El sacrificio-ejecución a través del potente elemento que simboliza el conocimiento, se vuelve en su contra y hace que la visión impactante, a modo de trauma, de la salida de Ibrahim de las enormes llamas, ilumine cual es el conocimiento a seguir. Paradójicamente, lo que trata de transmitir esta leyenda, es la idea del fuego que debería haber apagado para siempre la creencia monoteísta, se convierte en la que acaba con las falsas idolatrías contrarias a aquel hombre que surge de las enormes llamas (simbología del renacer o pasar a una nueva vida) . Su Dios pasa a ser el controlador del verdadero conocimiento a ojos de ese pueblo. 

Así ardió Zaratustra


Prosigamos con uno de los aspirantes a ser el primer culto monoteísta de la historia, con el permiso de Akhenatón, que en la gloria de los olvidados se halle. Nos referimos al zoroastrismo, el mito-hombre reformador del culto a Ahura Mazda, dios Creador no creado. Zoroastro es el personaje al que se le atribuye la exaltación de esta deidad suprema, entre una indeterminada fecha entre los siglos XII y VI antes de Cristo. El símbolo para representar y que reconocen sus seguidores es el FUEGO. Los zoroastristas rezan frente a alguna forma de fuego o una fuente de luz. No se adora al fuego-luz en sí, sino que es tomado como símbolo de divinidad. 

Pero es el mito del personaje de Zoroastro o Zoroaster (el Zaratrusta, tomado prestado por Nietzsche), el que nos llama la atención. Aquí entrará en escena un joven francés, Abraham  Anquetil-Duperron (1731-1805), orientalista que se aventuró a conseguir escritos originales de las antiquísimas religiones de la India. Este pretendido "maestro de las instituciones de toda Asia", aupado por personalidades como Voltaire (veremos porqué). Llegó al sudeste de la India en 1755, con la intención de aprender sánscrito y así poder tener acceso en mejores condiciones a viejísimos textos vedas hindús. Es en esa parte de la India donde se concentraban los parsis, el grupo más importante de seguidores zoroastrianos. Aquellos que huyeron de Irán cuando el Islam conquistó la antigua Persia. Anquetil recoge la información de los sacerdotes parsis. Del catecismo que escucha impartir a niños y a los que creen en esa religión. 

A partir de ahí, escribe "Vida legendaria de Zoroastro". Lo que conlleva a que la primera fuente de información que arriba a la Europa de la Ilustración sobre el mito de este profeta, sea lo que dice-escribe el autor que le dijeron los sacerdotes parsis. Veamos que dice que le dicen; no seamos malpensados.

Nació un 21 de marzo, el equinoccio de primavera y año nuevo persa. Dohodo, su madre, es visitada por un ángel anunciador en sueños que le comenta que está embarazada y que dará a luz un profeta. Mucho trabajo y que poco originales son los ángeles anunciadores a lo largo de la historia, parece ser. Quizá los escribas no estén "muy atentos" a la hora de plasmar las revelaciones divinas, pudiera ser. La criatura no llora al nacer; sino que rio a carcajadas. Este suceso llegó a oídos de los magos de la antigua religión, que intentaron matarle (siempre lo antiguo es peor comparado con lo nuevo). En este mito, los Reyes Magos, se convierten en secuestradores y asesinos de niños. El jefe del grupo de esos malvados magos, levanta el cuchillo para dar muerte al recién nacido Zoroastro, cuando queda parado al escuchar al bebé decir: "Conmigo, no podrás". Una tergiversación de la matanza de los Inocentes...¿o aquella de esta? El niño es arrojado un día por estos magos a un fuego. Ese símbolo de Ahura Mazda parece protegerlo, y hace que el pequeño salga, sano y salvo, y por su propio pie, de las llamas. Se hizo un Ibrahim contra Nimrod... ¿influyó esta historia sobre la del patriarca de las tres grandes religiones monoteístas, o aquella sobre esta? O tal vez, sólo talvez, Anquetil-Duperron, "mezcló", o se dejó llevar un poco por sus estudios de teología. 

Zoroastro

Tras varias anécdotas para eliminarlo, como situarlo en mitad de bueyes y vacas para ser pisoteado, al igual que entre caballos, que tuvieron nulo resultado sobre aquel niño, que era protegido por los animales. La historia que dice-escribe que le dicen, y cuando "lo peta", Anquetil, viene al narrar como intentan deshacerse, del aún bebé Zoroastro, abandonándolo a su suerte en mitad del bosque. Aquí, Zoroastro, es amamantado por una loba, cual Rómulo y Remo (cosas de la mitología), aunque por la zona más bien la referencia sería Cirio, rey de los Medas que fue amamantado por una perra salvaje (cosas comunes de las leyendas de los fundadores). Ya crecidito, intentan envenenarlo a través de un supuesto remedio para una enfermedad que contrajo. Este lo rechazó y se curó por sus propios métodos. Todos estos episodios o intentos de asesinato se asemejan mucho a una superación de "triple muerte", según los testimonios casi todos de niño, y varias más, que hemos visto anteriormente. Vemos que; inventada, influenciadas, genuinas o no; Zoroastro, supera un proceso iniciático "mortal" que culmina con su viaje de estudios a Caldea. Allí adquirió conocimientos de matemáticas, astrología y ciencia. Regresa a tierras persas a profesar sus conocimientos a la edad de 30 años. Hecho que nos lleva a pensar en otros profetas y personajes históricos que culminaron su proceso iniciático a esa edad. ¿Se acuerdan de Napoleón y su noche en la Gran Pirámide aquel 9 de Av del calendario hebreo, tres días antes de cumplir los 30?

Zoroastro, comienza su andadura en su Persia natal cruzando un río caminando sobre sus aguas con unos cuantos de sus seguidores. Y no fue en el mar de Galilea ni sus discípulos iban en barca como contaban al menos tres evangelistas de su maestro. Tanta influencia pudo venir inducida por un personaje interesado. Uno de los motivadores del viaje de Anquetil en busca de esas informaciones fue Voltaire, que andaba empeñado en demoler todo lo establecido de una manera sistemática, para la instauración de lo que él y sus secuaces llamaban "el progreso". Aunque ya se conocía bastante de la filosofía zoroástrica o mazdeísta, un relato como el del pretendido orientalista francés, lleno de "coincidencias forzadas" con pasajes del cristianismo y el antiguo testamento, sirvieron de pólvora a la lengua torticera del rey de la sátira, snob ilustrado y "caballero galopante" en pos de las víctimas de la intolerancia religiosa (valiente mamón). La pseudo-traducción chapucera del Avesta, el libro religioso que supuestamente contenía las enseñanzas de esta religión tampoco ayudó a aclarar sus muchos misterios. Y digo supuestamente, porque de esos 21 libros originales que contenían esas enseñanzas compiladas, tan sólo ha llegado a nuestros días uno. El resto son compilaciones que se suponen de tradición oral. La destrucción del resto de libros se la atribuyen a Alejandro Magno, que a su llegada a Persépolis, considera este que no cuentan la verdad y manda destruirlos. No cuadra mucho que un alumno de Aristóteles, como fue el joven rey macedonio, cometiera tal fechoría, pero así es la historia de la historia, llena de redes cautivadoras de mentiras.

Teotokeno, Mensor y Saiir
Teokoteno (Media), Mensor (Caldea) y Sair (¿Kuwait?) ¿Reyes Magis?



Toda esta ocultación histórica puede que tenga que ver con la casta sacerdotal encargada de profesar y administrar las creencias y rituales del zoroastrismo, los poco conocidos Magis o magiis, que recuerda en parte aquellos levitas del judaísmo (o aquellos a estos). Depositarios de antiguas creencias, que se pierden y velan en el tiempo. Según Heródoto, historiador griego del siglo V a.C.: "los magis eran una casta sacerdotal numerosa que constituía una de las seis tribus Medas." Contaba de ellos, también: "Adoraban al aire, la tierra, el agua y, sobre todo, el FUEGO, cuyo culto se celebraba bajo unos techos, donde noche y día mantenían la LLAMA SAGRADA". Y las actuaciones de estos a tener en cuenta: "Se proclamaban mediadores entre Dios y el hombre, y ofrecían los sacrificios (...) e interpretaban los sueños, los presagios, pretendían poder preanunciar el porvenir."  Otros autores, como Robert Charles Zaehner, en el siglo pasado, escribieron que los magis era los vigilantes de los asuntos religiosos nacionales, independientemente del culto religioso. Ellos debían de estar presentes para permitir, limitar y; como no, cobrar, de bien seguro, religiosamente, la parte acordada de la ofrenda ritual. Incluso participaron en celebraciones invocadoras del espíritu oscuro de Ahriman, la maldad opuesta a Ahura Mazda. A parte de las menciones en los territorios y civilizaciones del entorno (Persia, Parthia, Medas, Sakas) aparecen alusiones a estos magis, magus, magavan, en tierras lejanas como Arabia, Etiopía y Egipto. Esto nos hace sospechar que la tribu de los Magis fuera algo más que una simple casta sacerdotal. Tal vez, fueran unos hechiceros del fuego que portaban sus lucrativos rituales y leyendas a través del mundo y del tiempo. Tabernáculos, Oráculos, Círculos megalíticos,... fuego, sangre y sacrificio que conecte o medie con la entidad de turno. Quedémonos con este nombre, "magis", porque volverá a aparecer de mano de cierta orden religiosa.

Zoroastro mimetizado en un "palomo"



Una última observación sobre los fuegos "zoroastrianos". Se llegaron a clasificar, con el tiempo. Siempre se ha dicho que ha habido "clases y clases"; pues del fuego, también, faltaría más. ¿Acaso estaban pensando que si unos "magos sacerdotales" tomaban un símbolo divino sencillo de realizar iban a dejar que cualquier simple llama tuviera el mismo valor? Claro que no. Se han clasificado 3 tipos de fuegos. El llamado Farnbag, relacionado con el clero y que se mantenía en la región de Chorasmia o Jorasmia (norte de Irán, sur de Turkmenistán y gran parte de Afganistán). Aluden a una llama de emplazamiento estable; pero movible, que es transportada en varias ocasiones hasta la fijación de la religión (supuestamente por Zoroastro) en el siglo VI a. de C, y llevada a un santuario llamado Kariyán (no localizado), en alguna parte cercana a Fars (sudoeste de Irán). El fuego Gushnasp, cuyo origen lleva a los magis de Media, que controlaban y custodiaban como símbolo de poder y de la monarquía. El fuego menor sería, como no, el perteneciente al elaborado por los campesinos, el llamado Burzen-Mihr, para consumo propio. Esta manera de clasificar las llamas no deja de ser es otra cosa que un diferenciador de acceso al conocimiento. No todos los fuegos calientan igual.

El obediente Abraham




Retomando momentáneamente al justo Abraham/Ibrahim, para ilustrar de una manera ejemplarizante para todo aquel que vea-escuche-imagine, la escena del inminente sacrificio sobre su primogénito; ya sea Isaac para judíos y cristianos, o Ismael para los seguidores del Corán. Ambos, padre e hijo, suben a un monte "con un fuego" para realizar un holocausto (o sacrificio) en olor de Yahvé. A la pregunta de su hijo sobre donde estaba el cordero para la ofrenda, su padre le respondió que corría a cuenta del altísimo. Lo dejaremos en este punto porque el lugar tiene una localización curiosa. Antes veremos unos pasajes anteriores.

Viene a confirmar una especie de pacto de obediencia ciega al ser superior, roto con anteriores ascendientes de este pueblo. Pacto que comenzó en el Edén; donde los primeros seres humanos, Adán y Eva, deberían asumir los 7 elementos o condiciones para vivir eternamente en el paraíso que se les otorgó. Entre las condiciones de poblar la tierra, arreglar el huerto, comer deliciosas frutas y hierbecillas del campo, se les condicionó no probar el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, so pena de muerte. "Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás." Génesis 2, 17. A modo de pedagógico pareado, al primer hombre le han enseñado. Como del árbol comieren, no la  muerte; pero sí el destierro sufrieren. 

Rota la baraja por el dios Jehová, les estableció un nuevo pacto con 7 elementos nuevos por mil años. En este, el sufrimiento por la vida es la tónica, la mujer pasa a la sumisión del "macho" y a parir entre dolores, y la tierra es maldita para ser producida por el hombre, que eso de estar ocioso está mal visto entre las deidades, entre otras condiciones. Tras el "enfado" con la humanidad y el Diluvio Universal, Noé, desde su arca, esperó a comprobar si las aguas volvieron a su cauce tras sendos envíos de palomas, esperando entre vuelo y vuelo 7 días en ambos casos. Luego estableció esta divinidad el pacto anterior con un nuevo pliego de 7 condiciones, donde ya se promulgan gobiernos de unos humanos sobre otros dependiendo de su estirpe (menos mal que eran hijos del mismo padre) y unos cuantos sacrificios de animalitos en olor a su gracia y como expiación de sus pecados. Para que viesen que no era tan rencoroso, Yahvé, el impredecible (o dependiendo de la predilección del escriba del momento, más bien), les promete que ya no volverá a destruir la humanidad con agua. Como prueba de buena voluntad les mandará su "arco de luces" cada vez que se retiren las nubes de lluvia. Luces, agua, aire y tierra fértil y un bonito arco iris de 7 colores.



"Mi arco he puesto e las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra". Génesis 9, 13

Volvemos ahora con Abraham y su hijo preparando el altar para el sacrificio. Atando al muchacho se dispuso a proceder a su degollamiento. En la versión del Corán, Ismael, es conocedor de las intenciones de su padre y actúa de buena voluntad en el sacrificio. El arcángel Gabriel desde los cielos llama al patriarca justo cuando levanta el cuchillo sobre su hijo para detener la acción; en el relato del Génesis hebreo. No así en la versión musulmana donde Abraham intenta cortar el cuello de su primogénito. Acto impedido por Allah, que ordena al cuchillo que no corte. En ambas versiones le comunican al profeta que ha demostrado de soberana su sumisión total a Dios. "En verdad la prueba evidente." El cordero ya entradito en edad apareció justo detrás, enredado en un zarzal, y a este animal que venía de pastar por 40 años en el jardín del Edén, si que dio el cuchillo de Ibrahim buena cuenta de su cuello. No deja de sorprender ese "fuego" que llevaban consigo para la oblación (ofrenda). Este acontecimiento dio lugar al pacto renovado de Yahvé con Abraham, que entre las 7 condiciones, destaca la promesa de una nación para sus descendientes y su protección. Vamos alternando la versión de la Biblia con la del islam para una mejor localización del suceso que se señala en el monte Moriah, en lo que después fuera Jerusalén y enclave sagrado que se repetirá en lo sucesivo.

El "nacimiento" de la piedra negra.



No obstante, Ibrahim y su hijo Ismael (versión islam), tuvieron el encargo de su Dios para "construirle" una casa sagrada para ser alabado por todos sus fieles. Ese lugar fue la Kaaba (el Cubo). Edificio de forma cúbica que fue "complementado" por una misteriosa piedra negra, especie de meteorito de origen indeterminado, alegoría de piedra fundacional, que según la tradición, se la entregó Yibril (Gabriel), arcángel para todo. Veremos el porqué de las rocas/piedras fundacionales y comunes. La Kaaba/Cubo, con su piedra mágica en la esquina oriental (donde sale el Sol, como no), fue instalada en el valle de la Meca, bastante alejado del monte Moriah, la escena del no-sacrificio del primogénito de Abraham. Una distancia más que mágica. Dicha piedra está envuelta en una explícita vagina de plata, simbolizando de alguna manera el momento del alumbramiento de un niño desde el interior del Cubo. El llamado "metal de la Luna", toma fuerza si tenemos en cuenta que la plata es el metal que combina la más alta conductividad térmica junto a la mayor conductividad eléctrica. ¿Un nacimiento de alta frecuencia saliendo de esta casa sagrada? Cubo de piedra que permanece velado por una cortina de seda negra (kiswa), que pareciera tapar las vergüenzas de una mujer durante el parto, y que "vela" el ritual de las 7 circunvalaciones al edificio. Las 7 órbitas planetarias según la visión del cielo de la antigüedad, tratando de tocar o besar la mágica piedra, en cada una de las vueltas, por cada peregrino como si de una atracción cósmica se tratara. Según la tradición islámica, esta piedra será testigo y juez el día de la Resurrección (Mashara). Nacimiento energético, resurrección tras juicio divino. Curioso ritual iniciático amparado en un objeto y lugar cuyo culto se presume mucho más antiguo de lo que resulta a ojos de la historia.

Escalera hacia el Cielo y la Tierra.



De tan lugar curioso nos desplazaremos nuevamente hasta el monte Moriah, donde nos encontraremos con Jacob, nieto de Abraham, que tras una huida por tal de evitar males mayores con su hermano, pernocta en ese enclave sagrado. Toma una piedra como almohada y tiene lugar un sueño visionario de una escalera (su escalera), que está apoyada en tierra y por la que veía como subían y bajaban hasta los cielos a ángeles de Dios. Al final de ella, se le apareció Yahvé, que le habló acerca de la protección que le daría a él y a su descendencia para que tomara aquellas sus tierras. Después del sueño, vertió aceite sobre aquella piedra y llamó a aquel lugar Betel (casa de Él), que anteriormente se llamaba "Luz". 

Jacob, el padre fundador de las 12 tribus de Israel, viene a ser una figura más terrenal que Enoc, el sumo sacerdote celestial, que pudo mirar a los encendidos ojos de Yahvé en su larga estancia en los cielos y que describió a este Dios envuelto de fuego. Tal y como se le aparecería generaciones posteriores a Moisés, y a su pueblo errante. En forma de columna de fuego o de humo, según la hora del día, para guiarlos hasta la Tierra Prometida; y en forma de zarza ardiente, en la intimidad con el profeta que guiaba el Éxodo. Parecido fue, el viaje del pueblo azteca o méxica, con su Dios guiándolos en forma de águila por las Américas, y que Fray Diego Durán explicó así: "Traían un ídolo que llamaban Huitzilopochtli, el cual traía cuatro Ayos (sacerdotes),que le servían ya quién él decía muy en secreto todos los sucesos de los itinerarios y camino, avisándoles de todo lo que les había de suceder, y era tal la reverencia y temor que a éste ídolo tenían, que ninguno de ellos lo osaba tocar. Este venía metido en un arca de juncos, que hasta el día de hoy no hay quien sepa ni haya visto la forma de este ídolo. A este hacían estos sacerdotes adorar por Dios, predicándoles la ley que había de seguir y cumplir, las ceremonias y ritos con que habían de ofrecer sus ofrendas. Y esto hacían en todos los lugares que se asentaban, a la misma manera que los hijos de Israel lo usaron todo el tiempo que lo usaron por el desierto". Muy "levítico" todo, ¿no? Sin trampa ni cartón. Si una historia funciona bien, para que cambiarla, ¿verdad Fray Diego? No se anduvo de poner ni colorado este dominico escribiendo su códice "Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme" durante la segunda mitad del siglo XVI; aunque viendo el siguiente texto pareció muy apenado por la desaparición de documentos originales este "tergiversador" histórico: "No ignoro el excesivo trabajo que será relatar crónicas y historias tan antiguas, especialmente tomándolas de tan atrás, porque allende de haber los Religiosos antiguos quemando los libros y escrituras y haberse perdido todas, faltan ya los viejos y antiguos que podrían ser autores de esta escriptura, y hablar de fundación y cimento desta tierra, de los cuales yo habré de tomar el intento de sus antigüedades." El mismo modus operandi histórico-tergiversador de toda la vida. Ah, y fuente bibliográfica "veraz" de investigadores como Salvador Freixedo y Andreas Faber-Kaiser (parece mentira).


Mahoma en la Kaaba con la "piedra negra"


Enlacemos a Jacob, y su escalera, con el profeta impulsor del Islam, Muhhamad o Mahoma. Y sin rodeos vayamos a su viaje nocturno. Este se encontraba en la Mezquita prohibida de la Meca, la Kaaba, cuando el ángel Yibril, quien sino, le hizo de guía y lo subió a lomos de Buraq, un asno o burro con alas enjoyadas y rostro de mujer, por los cielos hasta la Mezquita "más lejana", lo que sería por aquella época las ruinas del Templo de Salomón. Eso se conocería por el Isrâ. Una vez allí, se produjo la Ascensión por los 7 niveles del cielo, donde Mahoma pudo conversar con todos los profetas de Dios, y en su último nivel se hallaba el trono de Allah. Desde Adán, Moisés, Abraham, hasta el mismísimo Jesús. A eso se le llamó la Mirach. Se describe la no visión del dios al estar "velado por luz", o simbología de un misterio inabarcable. También Yibril y el burrito Buraq  lo llevaron a conocer los 7 infiernos

 ¡Gloria a quien una noche hizo / viajar a su siervo desde la Mezquita / Inviolable hasta la Mezquita más lejana, aquella cuyos / alrededores hemos bendecido, / para mostrarle parte de Nuestros signos! / Verdaderamente El es Quien oye y Quien ve”. Sura XVII, al-Isrâ. 

Stairway to heaven


Ese viaje "horizontal" a través del espacio-tiempo nocturno, a parte de mitología, se da el caso que dista 666.666...millas náuticas o minutos de arco, ya mencionados en anteriores trabajos, que producen una especie de escalera iniciática sorprendente al pasarlo a la "medida natural" del metro. tal que los 1851.85185185...metros de la milla náutica se convierten en la sucesión 1.234.567,9012345679012345679012345...metros. Ojo con esta sucesión que salta del 7 al 9, para luego comenzar desde 0 y volver a saltarse el 8. Número que se considera simbólicamente como comienzo, o transición entre el cielo y la tierra (nunca mejor dicho); no en vano, para la iglesia católica es símbolo de resurrección. 


La cuadratura del círculo de la Cúpula de la Roca

Pero no nos andemos por las ramas y visualicemos esa curiosa sucesión numerológica como una "escalera matemática", de esas que se utilizan para enseñar a los más pequeños de una manera gráfica a realizar operaciones de cálculo. En dicha escalera echamos a faltar el 8, ya lo hemos visto. ¿Dónde está? Podríamos elucubrar bastante sobre teorías diversas simbólicas, pero resulta mucho más sencillo visualizar el punto de conexión entre el trayecto horizontal y la "escalera vertical" hacia los cielos: la Cúpula de la Roca. Un vistoso edificio octogonal (8 lados), con unos anillos geométricos que envuelven a la "Roca sagrada" a modo de espacios anulares en el interior del edificio y que juega, visible e invisiblemente, con "anillos" cuadrados, octogonales y circulares. La pared del muro octogonal y el pórtico interior paralelo, de 8 pilares y 16 columnas, forman dos octógonos que envuelven al círculo, de cuatro pilares y 12 columnas, que soportan el tambor sobre el que se eleva la cúpula recubierta de cobre. Esto sería la parte visible. Los círculos imaginarios que formarían los vértices de ambos octógonos y los dos cuadrados que se trazarían, con ángulos de 45 grados entre sí, desde las 4 entradas (cada una correspondiente a un punto cardinal) darían lugar a la parte invisible de la construcción. Este conjunto aúna un esoterismo geométrico herederas del pitagorismo, que expresaba las leyes del microcosmos para expresar el macrocosmos del mundo ideal. Por tanto, esos círculos y cuadrados simbolizarían la unión del cielo y la tierra; que a su vez está representado por los "visibles" octógonos, figura geométrica que está a medio camino entre el círculo y el cuadrado. La cuadratura del círculo.  

El "Pozo de las Almas"

Si en el otro extremo de la "escalera horizontal" tenemos a una piedra venida de los cielos, que parece salir de un misterioso cubo "cargado de energía", al otro tenemos lo que parece que denominan varias culturas "la Roca fundadora del Mundo". Testigo de los pactos de obediencia de Abraham y su hijo, Jacob, David y Salomón, Mahoma y en sus laderas el sacrificio del Cordero de Dios, véase Jesús, en expiación de toda la humanidad. Justo debajo de esta Roca, existe una cueva, excavada en un hueco natural, de la que corren todo tipo de leyendas sobre su contenido. Una pequeña cripta que atesora un pequeño altar dedicado a Abraham y otro a Elías y un mihrab (nicho que señala la dirección de la Kaaba). Es conocida por el "Pozo de las Almas".

La "Transfiguración" de Jesús.

Y llegamos al profeta, mesías, hijo y Cordero de Dios, rabino atípico y revolucionario, cuya biografía está enterrada en una madeja de contradicciones. No trataremos de su existencia real o no; sino que analizaremos un par de pasajes relacionados con la luz yt el fuego, que nos está conectando unas historias con otras. Jesús, Jesucristo, el Hijo del Hombre o, como fuera su destino, el Cordero de Dios. Nos centraremos en la llamada "transfiguración" (cambio de forma o apariencia), el cambio de Jesús o culminación de la iniciación que representa. El "maestro" se lleva a sus tres discípulos más aventajados, Pedro, Santiago y Juan, a orar al Monte Tabor. Este suceso denota diferentes niveles iniciáticos dentro de sus seguidores. Unos más iguales que otros. Durante la aparente meditación el rostro y las vestiduras de Jesús empiezan a iluminarse y resplandecer, mientras el resto de iniciados que se hallaban con él se encuentran en aparente trance ritualístico. En este proceso "anunciador" se les aparecen Moisés, representando la parte legislador, y Elías, como la parte profética, para comunicarle su partida muy próxima de Jerusalén. Un anuncio de prueba final iniciática. Como culmen del ritual luminoso nada mejor que estos dos versículos de Lucas para explicarlo: "Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. Y vino una voz desde la nube que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd." (Lucas 9. 34, 35)


La invasión de las mentes por el "Espíritu Santo"

Seguimos con Jesús, y su manifestación desde los Cielos a sus seguidores más cercanos. Un claro ejemplo de puesta en escena relatada que deja a las claras que puede representar ese "Espíritu Santo", que alecciona a los fieles con el atrezzo adecuado y de una manera bastante eficaz. "Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados" Hechos 2, 2. Fijar la absoluta atención del espectador-receptor mediante la utilización e los elementos.

"Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose en cada uno de ellos" Hechos 2, 4. Esta escenificación milagrosa de las lenguas de fuego dotando de poderes extraordinarios para comunicarse en las diferentes lenguas de aquel mundo conocido, lleva a pensar en la influencia cuasi universal sobre las escrituras de las castas sacerdotales "itinerantes"; tanto en el espacio como en el tiempo. La imagen alegórica del "Espíritu Santo" penetrando en el ojo de manera, a la vez benigna y atemorizadora, "enciende" los mecanismos del cerebro que impregna, al tocado por este "fuego" de una profunda obediencia que han alterado desde tiempos remotos, y que para nada tendría que ver con el libre albedrío otorgado al ser humano por derecho divino (elucubración carente de toda validez teológica, tranquilidad) 


Pablo de Tarso recibiendo una imposición de manos "iluminadora".


La figura de uno de los personajes clave en la formación o composición de los dogmas de la Iglesia cristiana es San Pablo y su "conversión". Saulo de Tarso, judío fariseo de la tribu de Benjamín. Un inciso en lo representativo que puede tener una interpretación de la pertenencia a dicha tribu específica. Benjamín fue el último de los hijos del patriarca Jacob (el "padre" de las 12 tribus de Israel) y su mujer Raquel. La mujer murió tras el parto, poniendo punto y final a la saga. Vendría a decir que los pertenecientes a esa tribu son de alguna manera los que cierran la descendencia, no en vano, los benjamines ocuparon una muy pequeña porción de Palestina, pero con los importantes emplazamientos de Jerusalén y Jericó. Ya lo dejó caer Jacob a modo de bendición-profecía en su lecho de muerte refiriéndose a sus hijos: "Benjamín es lobo arrebatador; a la mañana comerá a la presa, y a la tarde repartirá los despojos" (Génesis 49.27). Ahora podemos entender mejor el símbolo de la espada que siempre acompaña a San Pablo. A mi modo de entender (siempre elucubrador, faltaría más), el anterior perseguidor de cristianos primitivos y luego principal cabeza visible de los seguidores de Cristo, "devoró" toda la organización y la "regurgitó" para que sus fieles "se comieran" los dogmas de fe producidos por Revelación Divina; las "papas" fueron gentileza de Constantino, el Grande, allá por el Concilio de Nicea (325). El problema era que Saulo no conoció al Mesías y estaba en inferioridad de condiciones frente a Pedro, la Roca sobre la que construir la Iglesia que señaló Jesús, y el resto de discípulos. Estos fueron tocados por el fuego "que es invocado". Él no. No pasa nada. Se construye  'ad hoc' una una iniciática conversión-exprés siguiendo los patrones habituales. Lo importante es construir un mito sustentable a lo largo de los siglos.

Saulo de Tarso se dirigía a Damasco para dar caza a unos cristianos. Cerca de esa ciudad, "vi una LUZ en el cielo que sobrepasaba el resplandor del SOL". Esa luz, hablaba y le preguntó, llamándole por su nombre y en lengua hebrea, según San Pablo: "¿por qué me persigues? Dura cosa es dar coces contra el aguijón". Ese aguijón se denominaba a una vara puntiaguda con la que se pinchaba a los animales, tales como bueyes, para guiarlos por el camino a seguir. Un pequeño detalle a tener en cuenta es que ese dicho proverbial es de origen griego; lengua que para nada dominaba el Hijo del Hombre... pero lo importante es el mito. La LUZ lo dejó ciego y tuvieron que acompañarlo en su viaje. En otro "mensaje revelador" le comunican que tiene que buscar en Damasco a un tal Ananías, que había sido uno de los 72 discípulos de Jesús que nombró Lucas en su evangelio, para que le devolviera la vista. Al tercer día localizaron al "sanador". Durante este tiempo, Saulo, no pudo ni comer, ni beber, a parte de no poder ver. Este "ayuno ciego" parece ser una prueba de iniciación, aunque sea un mito, claro. El tal Ananías lo bautiza y le realiza una imposición de manos, que uno de sus usos es el rito de la confirmación de la fe, otorgándole el Espíritu Santo dentro de su cuerpo (y resucite al tercer día). Este nombre del discípulo suena mucho al héroe Eneas, que en su viaje al Averno para buscar a su padre fue guiado a sus puertas por Sibila, quién le obsequió con una rama dorada para poderse guiar por el Inframundo. ¿La rama dorada y la vara-aguijón simbolizan el mismo camino a seguir? Puede que sí. Que indiquen el camino para después de morir, como hombre, guíen el nacimiento para otra vida.

San Ignacio de Antioquía y su peculiar representación
 a modo de escudo heráldico. 

Los tres viajes evangelizadores de Pablo por Asia Menor y territorios griegos parecen estar bien documentados por esas famosas epístolas a las iglesias de las nuevas colonias cristianas. Parecen, sí, digo bien. Las 7 cartas dadas por auténticas por los expertos en la materia, y las 7 pseudo-epigrafías (cartas escritas en su nombre) que se le atribuyen a él de diferentes autores; pero que no son aceptadas en la actualidad, parecen mezclarse en nombres, lugares y hechos con las cartas y sucesos últimos de San Ignacio de Antioquía. Se ponen de manifiesto unos sucesos similares en la narrativa de su "viaje final", presos ambos, a Roma. Históricamente los sucesos de Pablo se sitúan unas seis décadas antes que los de el obispo de Antioquía, cargo anteriormente ocupado por "la piedra sobre la cuál se sostendrá la iglesia"; véase San Pedro, el rival de Pablo por la hegemonía ideológica de la recién creada secta. Los dos son ciudadanos romanos, y tras su detención, ejercieron el derecho de apelar al emperador (al menos eso deducen los "expertos"). El viaje de Pablo a la ciudad imperial, se pierde en las narraciones evangélicas, no haciendo mención de su martirio. Sí lo hace, Ignacio, en referencia a San Pablo, en sus epístolas, escritas estas durante el tortuoso viaje hacia su destino, condenado ya a muerte, en Siria. El de Antioquía, recorre casi todos los lugares descritos en los viajes del apóstol de Tarso, en un extraño camino escoltado de diez guardias romanos. Es como si este tuviera que pasar por aquellos asentamientos cristianos evangelizados por el rival de Simón Pedro, a la vez que redacta 7 cartas, igual número que las 7 epístolas paulinas.

En una de esas cartas, San Ignacio, ruega a los cristianos de Roma que: "Por favor. No vayan a pedir a Dios que las fieras no me hagan nada. Esto no sería para mí un bien sino un mal. Yo quiero ser devorado, molido como trigo, por los dientes de las fieras para así demostrarle a Cristo Jesús el gran amor que le tengo". Aquí está mostrando a Cristo como Pan de vida, realizando una alegoría con el trigo molido antes de hacerse pan, recordando al pasaje del Libro de Isaías que hace referencia al futuro mesías y la expiación de sus pecados para salvación de su pueblo.

"Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por sus llagas fuimos nosotros curados"  
                                                                                Libro de Isaías, 53, 5

Pero es la continuación de esa carta la que nos llama la atención por contener una evocación de varias muertes, anteriormente tratadas en esta pequeña investigación. Prosigue: "Y si cuando yo llego allá (Roma) me lleno de miedo, no me vayan a hacer caso si digo que ya no quiero morir. Que vengan sobre mí (atención) FUEGO, CRUZ, CUCHILLADAS, fracturas, mordiscos, desgarrones, y que mi cuerpo sea hecho pedazos con tal de poder demostrarle mi amor al señor Jesucristo". Desea ser quemado, colgado y hecho pedazos...¿triple muerte?. Es posible. También pudiera ser una "interpolación" histórica para acabar de rematar el relato final de San Pablo, el cuál no se cuenta en los Hechos de los Apóstoles, su martirio, y así ponerlo a la altura de su rival, Pedro . El obispo de Antioquía fue arrojado a la arena del circo romano, donde dos leones hambrientos dieron buena cuenta del anciano y sus carnes en el año 107. En la mayoría de representaciones y grabados de este personaje que junto a los leones parecen formar un curioso escudo heráldico. Corrían tiempos del emperador Trajano, originario de Hispania, curiosamente de allí donde quería llevar el Evangelio, Pablo, después de su paso por la capital del Imperio. Cuenta, Eusebio de Cesárea, dos siglos más tarde, que al recoger los verdugos los restos del santo dejados por las fieras, del corazón roto se pudieron ver marcadas las siglas de I-H-S, mostrando así el nombre de Jesús. Cabe destacar que a este santo se le adjudicó ser el primero en adjetivar a la Iglesia cristiana como "católica" (universal).Como veremos más adelante, este relato no nos sorprenderá viniendo del primer historiador de la iglesia cristiana y gran aficionado a la tergiversación histórico-religiosa.

7 trompetas, 7 sellos, 7 estrellas...



De esos tiempos convulsos donde los Padres de la Iglesia hubieron de "fijar" evangelios, construir relatos convincentes para los nuevos adeptos; hacerlos más amenos sincretizando paganismo con la nueva fe; la inminente llegada del mesías, tantas veces anunciada por el "ganador" de la doctrina a seguir por el cristianismo, San Pablo, dan lugar al considerado libro más controvertido de la Biblia cristiana: el Apocalipsis de San Juan. Una suerte de relato-visión-iluminada cargado de simbolismo de todo tipo: mítico y pagano, astrológico y geográfico, y unos cuantos más que podrían acercarse bastante al gnosticismo hermético que convivía con el cristianismo de sus primeras fases. Hete aquí que vemos una relación entre los hechos narrados de los viajes de Pablo, el viaje redentor de San Ignacio de Antioquía por la mayoría de esas ubicaciones, las 7 epístolas paulinas con las 7 cartas del obispo sirio y las constantes menciones a las 7 iglesias de Asia menor.
Las llamadas 7 iglesias hermanas forman parte de una red de comunidades proto-cristianas situadas en la provincia romana de Asia. Es en el Apocalipsis, o Libro de las Revelaciones, donde vamos a ver una relación encubierta  (o no tanto) de cultos como el hermetismo, gnosticismo, maniqueísmo, orfismo, neopitagorismo con ese primer "cristianismo", que parece esconder un interés por la astrología y la magia. 

-Y miré, y vi que en medio del trono de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba de pie un CORDERO como inmolado, que tenía 7 CUERNOS, y 7 OJOS, y los cuáles son los 7 ESPÍRITUS de Dios enviados a la tierra." Apocalipsis 5, 6.

Puede verse una prioridad en estos cultos (véase la casta sacerdotal) por la comunicación e invocación con los dioses; o Dios, uno y trino. como en el presente libro, que sobre la teología; así como atribuciones a los 7 astros-planetas del firmamento en forma de virtudes, otorgadas todas al Hijo de Dios, representado por el Cordero sacrificado, dios mediante los cuatro elementos principales. Aquí, el aire, es simbolizado por los 7 cuernos del carnero, de los que son utilizados para la elaboración del shofar, esos instrumentos de viento sagrados, que a modo de 7 trompetas, conectan-invocan los espíritus "divinos" con sus receptores-emisarios en la Tierra.
  
-"que decían a gran voz (millones de ángeles): El CORDERO que fue inmolado es digno de tomar el PODER, las RIQUEZAS, la SABIDURÍA, la FORTALEZA, la HONRA, la GLORIA y la ALABANZA"

Aire, fuego, tierra y agua son convertidos en los medios a controlar, y sus técnicas o rituales pasaran a ocultarse de forma más velada, si cabe, entre esos textos religiosos convenientemente adulterados según los tiempos manden.

-Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono de Cristo, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos." Apocalipsis 5:12-13

Aquellos que poseen el domino de las fuerzas elementales, tendrán por tanto, la capacidad de hacer y deshacer a voluntad. 


Las 7 hermanas invertidas



-"El misterio de las 7 estrellas que has visto en mi diestra, y de los 7 candeleros de oro: las 7 estrellas son los ángeles de las 7 iglesias, y los siete candeleros que has visto son las 7 iglesias" Apocalipsis 1, 20. 

Y eso es lo que nos lleva a elucubrar la simbología de las 7 hermanas de las Pléyades, las también llamadas , las 7 cabrillas, las 7 palomas (peleiades), para los griegos. 7 estrellas bastante jóvenes (unos 100 millones de años, poca cosa) que para una importante cantidad de civilizaciones fueron consideradas el centro de las galaxia o el Universo. Ya los babilonios, a su estrella más brillante, Alcione, la llamaban "la piedra fundamental (Temennu)"; los árabes, "el centro" (Al Wasat) y para las culturas hinúes eras "la madre" (Amba). Eso sí, remitiéndonos a la mitología; que tanto debe para las explicaciones de movimientos y cálculos astronómico-astrológicos, el "cazador" Orión, en su persecución de las 7 hermanas, hijas de Atlas y Pléyone, fija su arco hacia su izquierda en la bóveda celeste a vista de espectador, donde se puede ver su cúmulo estelar. Pues bien, si esa visión se reflejara en la tierra, la plasmación inversa de la disposición de las 7 estrellas se asemejaría mucho a la colocación en el mapa de la localización de las 7 iglesias de Asia mencionadas en el Apocalipsis. Puede parecer forzado, pero les aseguro que el dibujo de la constelación de Virgo, plasmada en el mapa de las catedrales góticas francesas, que planteó Louis Charpentier en su "El enigma de la Catedral de Chartres"(1969) es muchísimo menos definido. Y ya sabemos como gustan de invertir objetos e imágenes, sean quienes sean, estas criaturas.


Mención alusiva a mediciones sagradas, en el libro apocalíptico, relacionadas con una anterior investigación, nos invita a medir los 12.000 estadios del cubo que forma la "Jerusalén Celestial" (¿culto a Saturno?). Los 185.185185...metros del estadio equivalentes a una décima parte de un minuto de grado terrestre, nos porta a la mágica cifra de 2.222,222... kilómetros de arista (o lado del cubo). Haciendo un cálculo total de las 12 aristas resulta 26.666,666... kilómetros. ¿duplicidades del número de la bestia?...Puede, hablando del libro de las Revelaciones sería normal, pero hay otro cálculo natural intrigante. Esa distancia total del cubo pasada a millas náuticas o minutos de grado, son 14.400 . La décima parte de los 144.000 elegidos de los 12.000 de cada una de las 12 tribus del pueblo de Jehová o simbólicamente de las 12 aristas del cubo. Pareciera que a esa cifra de la ciudad cúbica de los cielos le faltara un grado en la escala decimal, esa que sirvió para "medir" el perímetro del planeta llegando a la unidad natural de la 10 millonésima parte del cuarto de meridiano; cuyo perímetro "redondeado" de 40.000 kilómetros y su 18ª parte (1+8=9) equivaldría exactamente a una arista del cubo (2.222,222...km) de la Jerusalén de los cielos, tantas veces mencionada en el libro del Apocalipsis. La longitud de la docena de aristas daría lugar a los 2/3 del perímetro terrestre. ¿recuerdan la Kaaba-cubo de Abraham, la piedra negra y el "viaje-escalera" del profeta Mahoma? Pues de la división de la longitud de la arista de este profetizado cubo entre aquel número mágico en millas náuticas (666,666...) en kilómetros, distancia de la Kaaba al Templo de Jerusalén, nos da como resultado 1,8 (1+8=9). Una última anécdota, para no cansar con tanta cifra, es la medida de esa arista llevada desde la Kaaba hacia las 7 iglesias-estrellas caería hacia el centro de esta extraña constelación terrestre. ¿Cuántas vueltas rituales se hacen alrededor de la Kaaba?

Sobre la Nueva Jerusalén y sus luces:
"La ciudad no tiene necesidad de Sol y de Luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera." Apocalipsis 21, 23





Ignatius plagiadorum
Ignatius et distorter


De la conversión de Pablo de Tarso pasamos a la no menos mítica de Ignacio de Loyola (1491-1556). El futuro líder religioso de la Contrarreforma católica y primer general de la Compañía de Jesús, tuvo un episodio traumático a los 30 años cuando fue herido gravemente como soldado. Podemos ver como se repite esa edad en la construcción de personajes-mito como punto de inflexión en sus vidas (todos quieren parecerse entre ellos, debe ser).  En su convalecencia de meses la lectura de textos sagrados y vidas de santos fueron la chispa que encendiera su transformación espiritual. En ese tiempo escuchará la llamada de Dios a través de una "visión" de la virgen María y su niño en brazos. Siente la necesidad de peregrinar a Tierra Santa. Antes, empero, hace una "pequeña" parada en Manresa de 11 meses, donde se establece como ermitaño y entabla contacto con los monjes del cercano monasterio de la orden benedictina de Montserrat. Tenemos, pues, al futuro San Ignacio, aún polvoriento de su peregrinaje, a punto de pasar su noche más larga junto a la Virgen morena, llega justo para el equinoccio de primavera, el 21 de marzo de 1522. Cuentan, en sus biografías, que andaba aún a primeros de marzo en Logroño. Se cascó en apenas dos semanas alrededor de 500 kilómetros, lisiado de las piernas y tirando de una mula. Hay que comprender que las leyendas no se forjan con ligerezas. Atisbamos un simbolismo concerniente al laberinto en ese deseo extremo de llegar a Tierra Santa, símbolo iniciático de "peregrinación" previo al renacer, donde no todos pueden llegar.

Pasa tres días de confesión y la víspera de la Anunciación de la Virgen María (25 de marzo), procede a despojarse de sus vestiduras y avatares militares y se viste con un sayal de penitencia que se mandó confeccionar. Se pasa la noche orando junto al altar de la "moreneta", de rodillas con el báculo en la mano, como si fuera ya un obispo consagrando santos lugares. Una "vela de armas" de caballero a monje. Una iniciación de 3 días para renacer, cual Saulo en San Pablo, como siervo de Dios y el Papa. Abandonar al noble Íñigo y convertirse en el peregrino mendicante hacia Tierra Santa, Ignacio.


Los éxtasis de Loyola


Allí tiene acceso a la lectura del "Exercitatorio de la vida spiritual", (salido de la imprenta de la basílica montserratina en 1500) del abad García Jiménez de Cisneros, no confundir con su primo el cardenal que gobernó para los Reyes Católicos. Una obra ascética para alcanzar la unión divina con Dios para  "hermanos exercitadores y varones devotos" en un plazo relativamente corto de tiempo. Una alegoría a través del fuego describe de forma sencilla el proceso en tres fases de esa iniciación:

"(..) el FUEGO, según que veemos, por humo escomença; después desto viene juntamente la llama con el humo; después el FUEGO PURO, claro y lúzido en el carbón."

Estas son las tres vías espirituales, ya descritas anteriormente por otros doctores de la Iglesia, que Cisneros expone: la purgativa como principio, la iluminativa como medio y la unitiva como fin. Son importantes estos detalles descritos por este abad benedictino que luego parecen resurgir en la vida y obra de Loyola. Veamos un poco más de esta obra:

"E assí el que ha de subir a la vía unitiva y contemplativa en su comienço no puede tener perfección, mas antes le conviene primeramente alcançar humo de displicencia de la su vida pasada, y llorar amargosamente, y él mismo turbarse sin alguna consolación; después verá la llama del amor con el tal humo juntamente; a la postre el amor puro sin humo".

La cueva de la transformación de San Ignatius


Fue precisamente durante su estancia en la cueva de Manresa, y varias visitas a Montserrat, donde Ignacio, tuvo sus experiencias ascéticas y visiones que le permitieron más tarde escribir sus "Ejercicios Espirituales". Una especie de guía espiritual, algo más desarrollada que la anterior, que permitía igualmente alcanzar la unión con Dios, aquí en un plazo de un ciclo lunar. Lo que viene siendo 28-30 días. "(...)todo modo de preparar y disponer el alma, para quitar todas las afecciones desordenadas con el fin de buscar y hallar la voluntad divina". ¿Quién puede pretender preparar tu alma durante una Luna? Loyola se pasó 11 lunas (11 meses) en una cueva de los alrededores de las montañas montserratinas "ejercitando" su espíritu. Que mejor sitio para renacer, simbólicamente hablando, que una cueva, la caverna iniciática tantas veces vista. El lugar donde dejar atrás sus oscuros sentimientos interiores y llegar a la conclusión, como en la caverna de Platón, cuántas sombras hemos seguido en nuestra vida anterior. Y desde su cueva-caverna-interior, a pocos kilómetros hacia el sur, tenía una inmejorable visión del macizo de Montserrat, como visión simbólica de la montaña-celestial, el más visible de todos los lugares; en contraposición con la caverna, pero complementarios un símbolo de otro. O eso nos contaba René Guénon.

Al menos eso cuenta en su biografía, en tercera persona (a lo Julio César), dándole una perspectiva impersonal, tan impersonal como que la Compañía de Jesús, hizo desaparecer dicho relato una década después de su muerte y durante casi 400 años, hasta bien entrado el siglo XX, en español e italiano en la misma obra, como se supone era la original. Se publicó en latín durante el siglo XVIII. Dicen las malas lenguas de la Compañía, que por contener material que pudiera ser motivo de sospecha de "iluminismo" en su época. Dato curioso, aquí, son los 11 capítulos 11, de los que componen la "autobiografía", dictada a santa viva voz al padre Luis Gonçalves da Camara (confesor del rey portugués Juan III). Oficialmente este padre, elegido por el santo, quien tomó nota de la narración y luego pasó a un amanuense (copista de las notas a limpio) que pasó los 8 primeros en castellano, en Roma. Después, otro amanuense italiano, en Génova, pasó los tres capítulos restantes a su idioma, no habiendo ninguno que lo pudiera hacer en la lengua de los primeros, en ese lugar. Resulta un poco extraño que una obra tan importante para la recién fundada orden, que gozaba con el beneplácito papal, hiciera tan magnánima biografía de forma tan chapucera. Da la sensación de ser un corta y pega adulterado por múltiples manos. Este hecho deja a las claras, la tergiversación de estos personajes de negro de la que tienen bien encaminada una más que posible autoría de parte de la que llamamos la historia de la historia. Un ejemplo: la narración va desde el inicio de su conversión, a los 26 años, hasta su llegada a Roma. San Pablo 2.0.



Paulo III, Alejandro Farnesio (de los Farnese de toda la vida), escribió relativo al libro de Loyola: "Exertitia spiritualia ex sacris Scripturis et vitae spiritualis experimentis elicita" (Ejercicios Espirituales, a partir de las Sagradas Escrituras y la vida de experiencia espiritual provocada). Ignacio fue un soldado aplicado, pero carecía de conocimientos de latín, sin formación espiritual y sin haber podido tener acceso a la biblia de primera mano, porque en esas fechas sólo la hubiera podido leer en esa lengua, porque ya en griego, ni hablamos, con el poco letrado Ignatius. No obstante, podemos atribuirle una amplia gama de recursos en esa época a dicho personaje (y mucho, muchísimo "rostro", no precisamente ilumninado); con lo podemos concederle la virtud de que San Ignacio, "sabía latín", antes de aprenderlo (¡milaaaagro!). Una cosa que hacían los benedictinos de Montserrat es tomar nota de todo. De entradas, de salidas y de sucesos en su monasterio. Y claro, se pilla antes a un mentirosillo como Loyola (o sus secuaces), que a un cojo, que también lo era. Loyola no comenzó sus estudios de latín hasta la edad de 33 años, y a partir de ahí, a la Universidad; primero dos años en Alcalá de Henares y posteriormente en París, por algo más de siete (nunca es tarde si la "bicha" es buena).  

"Los 7 Magníficos

Y es aquí donde entra la figura del padre Anselm Maria Albareda (1892-1966), archivero de dicho monasterio benedictino. Buen conocedor de la época del paso del "Ignacio peregrino", no en vano escribió "La bibliografía de los monjes de Montserrat. Siglo XVI", donde aparece bien documentado el tratado espiritual "inspirador" de Loyola, realizado por el abad Cisneros. Y sobre todo, una obra titulada, "San Ignacio en Montserrat", de 1935. En esta, parece echar una mano a las críticas de órdenes rivales; que a lo largo de la historia atacaron a la Compañía de Jesús de plagiar o copiar, en gran parte, el "Exercitatorio" de Cisneros para la elaboración de los tan aclamados "Ejercicios Espirituales". Alguna cosa debió encontrar este teólogo-archivero, extraordinariamente preparado, que no le cuadraba con el relato oficial del santo. El relato al que nos referimos es justamente después de la vela de armas junto a la Virgen: "en amaneciendo se partió, por no ser conocido, y se fue, no el camino derecho a Barcelona, donde hallaría muchos que le conociesen y le honrasen, más desvióse a un pueblo que se dice Manresa." (Hay que reconocerle su fe en que iba a ser un personaje reconocido históricamente, pues siendo un mindundi ya daba señales de "no tener abuela".) Albareda, no admite este testimonio de la autobiografía ignaciana, porque contradice "los testimonios múltiples y solventes que afirman la presencia de Ignacio en Montserrat después del 25 de marzo". Hace una alusión al asesoramiento del padre Chanon, en ese monasterio, al recién convertido, sin formación espiritual, sin ninguna iniciación en la oración metódica, que los ejercicios "manresanos" tuvieran un gran parecido con el "Exceritatorio de la vida espiritual", que allí se manejaba. Sea como fuere, advertencia u otro motivo, al año siguiente, unos días antes del inicio de la Guerra Civil española, llamaron a Roma a Albareda para ser nombrado prefecto de la Biblioteca Vaticana ("casus fortuitos"), donde modernizaría sus instalaciones y métodos y tendría un papel protagonista en la salvación de importantes bibliotecas durante la Segunda Guerra Mundial.


"Asunción de la Vírgen". Visión a través de Juan, el Evangelista realizada por El Greco. (Véase en posición horizontal).



Dato altamente sospechoso es la creación de la Compañía de Jesús por parte de los 7 miembros fundadores en París (los 7 hermanos), por el día de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) del año 1534Concretamente en la cripta de la capilla del "Martyrium" de la iglesia de Saint Pierre de Montmartre, doble juego de las palabras "martirio" y Marte, con sus restos de un antiguo templo dedicado al dios de la guerra, como no. Cuerpo y alma son trasladados al Cielo... o un final a un proceso iniciático de Loyola y sus compañeros: Francisco Javier, Fabro, Laínez, Salmerón, de Bobadilla y Rodrigues. Puede que trataran de elaborar los planos del Gran Arquitecto Del Universo. ¿Cómo? Sí, para que una logia funcione a la perfección y en armonía debe tener un mínimo de 7 maestros masones. Trabajando en ella las 7 fuerzas planetarias principales, aportando su energía y sus atributos: las normas de Saturno; el poder de Júpiter; la fuerza de Marte; la voluntad del Sol; la armonía y belleza de Venus; la inteligencia de Mercurio; y la imaginación de la Luna.  Esos fueron los 7 "primi fundatores" de la Compañía. Los 7 magníficos.

Para muestra el lema de la Societas Jesu: Ad Maiorem Dei Gloriam (para la mayor gloria de Dios); en comparación con el nombre simbólico de Dios utilizado por la masonería: el Gran Arquitecto Del Universo. Comparemos las siglas de los primeros con la de los segundos:

A.M.D.G. - A simple vista se muestra en su logo una mezcla de caracteres en griego y latinos en los cuatro ángulos de una cruz. Al menos en una de las múltiples versiones de este y la que más nos ha llamado la atención por su curiosa composición: α (alfa minúscula); seguido de "m" latina minúscula, cuya traza se parece mucho a una omega griega minúscula
boca abajo o invertida; en los ángulos inferiores, δ (delta minúscula), nos puede sugerir algo que la inicial correspondiente a Dios (Dei) se encuentre minusvalorada; y la inicial perteneciente a la "gloria", sea recalcada con una "G" mayúscula. La "gloria" representaría algo más poderoso que ese Dios. Al menos para los que han encriptado el mensaje.

Una pista para resolver este elucubrador misterio vendría de la observación de los cristogramas, que del griego de las iglesias bizantinas, se fueron latinizando con el paso del tiempo. Un ejemplo es el IHΣ; las tres primeras letras de Jesús, en mayúscula griega, (ιησουζ- ΙΗΣΟΥΣ) acabaron en el IHS adoptado por la Compañía de Loyola. Aquí, los hombres de negro, la reinterpretaron como las siglas de Iesus Hominum Salvator (Jesús Salvador de los Hombres). A su vez, esta abreviatura venía de la latinización de la frase del emperador Constantino I,  "In Hoc Signo vinces" (con este signo vencerás), en referencia a las primeras letras de Cristo, en griego, ΧΡ (Χριστος) cuya visión en el cielo se le supone le hizo ganar la batalla del Puente Vilmio (312), hecho histórico clave para el devenir del cristianismo como futura religión oficial del Imperio. Y remata San Bernardo 
de Claraval, el gran promotor de los antecesores soldados del Papa, en el siglo XII incitando a la 
devoción del monograma IHS, simbolizando la palabra Jesús, como representación de divinidad en sí mismo. Relacionando el símbolo de victoria; victor o invictus, con el "Sol invictus", podemos mezclarlo tranquilamente con el logo jesuita del IHS con sus rayos solares. Hay quienes apuntan a esas tres iniciales como las divinidades de Isis, Horus y Seth. Pudiera ser...

Ya tenemos todos los elementos para conjeturar que ese logo dedicado "para la mayor gloria de Dios", mezcla intencionadamente grafías latina y griegas, con alguna sorpresa oculta en su mensaje. El alfa y el omega (aquella "m" invertida), la manera de denominar a Dios con el alfabeto griego, el principio y el fin, la tenemos fijada. Igual que en la representaciones de casi todos los crismones, que portaban ese alfa y omega, esta última generalmente en su grafía minúscula, flanqueando el habitual travesaño horizontal del cristograma, convertido con el pasar del tiempo en un círculo de ocho radios. Démosle la vuelta otra vez a la omega para convertirla de nuevo en "m", y veamos su equivalente en  griego, la "mu" (
μ), algo parecido a una "u" latina. Con todas las letras convertidas al alfabeto heleno, nos iría quedando unas iniciales con α (alfa), μ (mu), δ (delta) y γ (gamma). Ilegible totalmente. Pero si 
alternamos consonantes y vocales, dándole un valor de "u" a la apariencia de la "mu" griega nos quedaría algo más sonoro y familiar como  λ . α. δ. μ., el conocido G.A.D.U. de la masonería. El supuesto Gran Arquitecto del Universo siguiendo el trazo de los tiempos disfrazado de Sol, de fuego, de luces cegadoras y otros deslumbramientos para esconder la verdadera naturaleza de Dios. Es el juego de la superposición de símbolos e ideas, el arte de engañar. Lo más probable sea, que la fantochada de Constantino, sea fruto de una propaganda "made in" Eusebio de Cesárea (263-339), el autor de "Historia Eclesiástica" y de la biografía de este Emperador. 

Estos crismones fueron evolucionando dentro de círculos que, grabados en sus paredes, pasaron a consagrar puertas de templos y altares. Este tipo de círculo-sacro, con diferentes formas subjetivas, pasó a "divinizar" otros conceptos, como veremos más adelante. El "engaño" o doble exposición resulta intrínseco en todo asunto relacionado con la Compañía de Jesús. El mostrar una cara o acción misericorde; cuando la realidad sea otra muy diferente. Una "trampa" para la mente. 

La apertura celestial " fake"  en la Iglesia de San Ignacio de Loyola en Roma.






























Para muestra unos botones; las pinturas del magnífico pintor-ilusionista, a la par que jesuita, Andrea Pozzo (1642-1709), que supo dotar de profundidad a través de trampantojos (trampas para los ojos) pictóricos una sobria iglesia como la que lleva el nombre del primer general jesuita en Roma. Falsas cúpulas, techos mentirosos que aparentan una subida hacia los cielos lejos, muy lejos, de Loyola, que es atravesado con un fuego luminoso enviado por Dios, a través de Cristo y distribuido desde el espíritu del Santo en cuatro rayos a los continentes del mundo. Presbiterios de formas distintas a la real. Falsear, en definitiva, la apariencia, se vislumbra como constante en este ejército del Papa. El nombre de "Ignacio", etimológicamente viene a decir "el nacido del FUEGO". Se comete el error de
confundirlo con Íñigo, el nombre con el que fue bautizado el fundador de los jesuitas, escogió ese nombre en honor a San Ignacio de Antioquía, del que hemos hablado anteriormente. Su atribuible pasado como perteneciente a la secta mística "los alumbrados" no está del todo clara. Loyola era un conquistador de almas (de sus saquitos de monedas, más bien), "meter la red", lo llamaba. Un enredador enredando a ricas viudas dadas a la mística espiritual (por decir algo). 

Incluso les puede resultar familiar el término que le atribuyen a la espiritualidad ignaciana: el "magis", Adverbio "más" en latín. Aluden a un mayor compromiso de los jóvenes novicios jesuitas. Ofrecer "más" a los demás, "ir a más" en cada circunstancia. Una especie de redes territoriales conectadas de futuros jesuitas. Como bien indican el símbolo "+" es el de la "cruz" cristiana; pero como buenos tramposos del lenguaje simbólico juegan con el "magister", "maestro", "clase magistral", procurar trascender y encontrar felicidad en el propio desprendimiento voluntario y en el compartir con el prójimo. . Bien, pero... ¿se acuerdan de los "magis"; aquella clase sacerdotal que elucubramos como una tribu de los Medas y que parecían "arrastrarse" por diferentes épocas y territorios, dejando, al parecer, ritos y creencias comunes? ¡Nooo, no puede ser! Sería elucubrar demasiado.


"Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos"

Juan 10:8-9
  




¿DÓNDE QUEDARON AQUELLAS VOCES Y ESOS FUEGOS?


























Si (como afirma el griego en el Cratillo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de "rosa" está la rosa
y todo el Nilo en la palabra "Nilo".
                                                            "El Golem": Jorge Luis Borges (1958)




Eco, escritor encriptado, ascendiendo por la escalera del conocimiento.


Una última vuelta de tuerca al FUEGO-CONOCIMIENTO la intentaremos desarrollar, con más o menos fortuna, a través del mundo de la herencia cultural (o mundo tercero de Karl Popper). Utilizar una ficción que atesora innumerables síntesis de literatura, arte y pensamiento científico para arrojar un poco de luz sobre las tinieblas y divagar, a través de una historia creada sobre metáforas y códigos de la filosofía tardo-mediaval, "El Nombre de la Rosa", del escritor italiano Umberto Eco, y experto en semiótica (derivada de la filosofía que trata los sistemas de comunicación dentro de las sociedades humanas). Una novela que comienza con el primer versículo del evangelio de Juan: "En el principio era el Verbo y el Verbo era en Dios, y el Verbo era Dios" (supuestamente el mismo autor que tuvo aquella visión en la isla de Patmos). Una referencia al paso del mito al logos (en este texto otorgándole una dimensión "personal"), un paso de épocas oscuras anteriores a tiempos iluminados más cercanos a la razón. Ya hemos visto, que todo lo anterior es peor, más cruel y más severo. Lo nuevo y lo que está por venir siempre es mejor visto. 

En una nota aclaratoria inicial, que subtitula "Naturalmente, un manuscrito", Eco, nos relata que esta novela está basada en un libro de un tal Abate Vallet, de la Francia del siglo XIX, que a su vez era el manuscrito fiel traducido por otro abad francés, Jean Mabillon, este del siglo XVII y que aseguraba ser "copia fiel" de un manuscrito de un monje alemán que escribió en latín su obra en las postrimerías del siglo XIV. Un tal Adso de Melk (leche en neerlandés y símbolo de pureza). 

Jean o "Dom" Mabillon, reformas de papiros a montón.

Pero no es la veracidad del manuscrito lo que nos ocupa (que no lo es, dicho sea de paso), sino la similitud con el planteamiento del origen de su obra con otra surgida hace casi tres siglos atrás, y que ya tratamos en la anterior investigación. "La Historia y Vida de Sethos", del abad Jean de Terrason, data de 1731, y que inspiró la liturgia de casi todas las logias de la francmasonería a partir del siglo XVIII. Allí también se aludía falsamente a un antiquísimo manuscrito como licencia para "sobrevalorar" dicha obra. No creo que sean casuales las referencias de los abades Vallet y Jean Mabillon que pueden dirigirse a Jean de Terrason, y su obra inspiradora de los cultos de la masonería. La existencia de Vallet se llega a poner en duda. Mabillon, en cambio, fue el fundador de la paleografía y la diplomática, ciencias ambas relacionadas con los estudios de los documentos antiguos y su restauración. muy acorde con el trabajo realizado por los monjes que figuran en esta trama.

Umberto Eco trata de ponerse una máscara, para narrar con libertad (que no le hace falta, por cierto) un texto escrito por la copia de la copia de una traducción de otra persona. Lo que se llamaba y se utilizaba en las novelas de caballerías como el procedimiento del manuscrito encontrado, bien para evitar críticas posteriores a su narración; como hiciera Cervantes en su glorioso "Don Quijote", el "digo que dicen que dejó el autor escrito"; o bien para ocultar de manera sutil algunos conceptos de carácter más profundos adquiridos por este, a través de sociedades intelectuales de costumbres iniciáticas. Velar, por tanto, señales de ideas "esotéricas" y exponerlas mediante mensajes encriptados en narraciones que mezclan datos biográficos reales, casi contemporáneos del autor, con situaciones y personajes ficticios que parapetan a este profesor italiano para no reconocer ideas algo irracionales.  Veamos algunas de ellas al levantar la bruma.



El bibliotecario ciego Borges-Burgos.


Como decía "el guardián de la bibliotecaJorge de Burgos (in honore et Jorge Luis Borges) sobre su oposición a la divulgación del conocimiento: "Parte esencial del trabajo de nuestra orden es el estudio y la custodia del saber. La custodia, no la búsqueda, porque el propio saber, cosa divina, es el que está completo y fijado desde el principio por el verbo que se expresa a sí mismo. La custodia, digo, no la búsqueda, porque lo propio del saber, cosa humana, es el haber sido fijado y completado en los siglos que se sucedieron entre la predicación de los profetas y la interpretación de los padres de la Iglesia". Es muy interesante la comparativa simbólica del bibliotecario, de Burgos, anciano cuya ceguera parece haber sido ocasionada por las débiles luces frente a centenares de manuscritos. El conocimiento es el causante de haber apagado la "llama" de sus ojos. No obstante, es el encargado de atajar toda fuga de "aquellos saberes que no son destinados para todos los oídos". Aunque narrado a modo de ficción, por tanto hipotético, la expresión "completado en los siglos que se sucedieron" nos lleva a pensar en los añadidos (e invenciones, porqué no) de muchos, pocos, infinidad, o tan sólo algunos, de los pasajes de aquellos que se les supone "revelaban por inspiración divina", y trasladaban a las sagradas escrituras de las religiones que han llegado hasta nuestros días

Pero sin duda, el símbolo central del libro es la enorme biblioteca que atesora ese monasterio, perdido entre montañas fronterizas. Zona tan sólo accesible al bibliotecario y su ayudante; cuyo celo lleva a impedir el acceso a toda persona ajena a ella. La estancia donde se custodian una enorme cantidad de valiosos libros y pergaminos, con acceso restringido. Antagonistas en esta historia, y de manera exponencial a distintos pasajes de varias épocas y territorios variados, los bibliotecariosArchiveros del saber que ordenan y clasifican miles de textos para una eficaz búsqueda de todo aquel "degustador de conocimientos"; son señalados en instancias superiores como una suerte de cancerberos de aquellos estudios que son vetados al gran público. Una clave para el acceso y el desplazamiento por el laberinto que supone esta enigmática biblioteca es la posesión de unos saberes adquiridos sobre múltiples materias y sobre el mundo conocido de esos tiempos. Sigue siendo un acceso para unos pocos, entonces.

El laberinto-biblioteca con su oculto "finis africae"

La resolución de los misteriosos crímenes de monjes benedictinos en la abadía pasa por una búsqueda, dentro y fuera del enigmático laberinto de libros vedados por una suerte de minotauro imaginario, que parece seguir en sus asesinatos unas directrices basadas en las 7 profecías de las 7 trompetas referidas en el Apocalipsis de Juan. Unos sacrificios que siembran la oscuridad entre los habitantes del monasterio, alentando al milenarismo y el fin de los tiempos ya cercano; bien diferenciados en las 7 partes de una centena de páginas cada una, correspondientes a los 7 días y a las 7 muertes que se producen en la obra. Puede recordar a la ofrenda de los 7 efebos y 7 doncellas atenienses para ser devorados por el minotauro del laberinto de Cnosos, como pago de esa ciudad al rey cretense, Minos, cada 9 años (¡otra vez 9!).

La marcada relación de maestro-discípulo se hace patente a lo largo de la investigación, que se convierte en un suceso de pruebas iniciáticas para el joven Adso, pero que sólo se ven de manera simbólica. En primer lugar, ambos encuentran un trozo de papel que está escrito con extracto de limón, que al aplicarle el calor de una llama, muestra la clave donde se encuentra aquel conocimiento por el que se están produciendo las muertes: el "secretum Finis Africae", encriptado entre símbolos zodiacales y planetarios. El universo como clave. Es el fuego el que ha de iluminar las ideas oscurantistas que mantiene a la masa en la ignorancia (pero no del todo, claro). Prosiguen hacia el interior de la biblioteca con un buen sobresalto del joven Adso frente al espejo, cuya visión propia deformada lo asusta y alude al mundo de las emociones; las visiones que le provoca el libro "Apocalipsis mozárabe", abierto por una página donde se puede leer "mujer frente al dragón", símbolo sexual referido a sus votos de castidad y al mundo sentimental, y que se deben al humo de aquellas hierbas quemadas similares a las que les hacia aspirar "el Viejo de la Montaña" a sus hashshashin antes de una misión; o su preocupación por el viento producido por las troneras, para simbolizar al mundo intelectual. Veremos como se asume el temor a una maldición del diablo y a un reconocimiento colectivo de culpa, arengado por voces que señalan a las profecías apocalípticas, entre ellas la del antiguo bibliotecario, Jorge de Burgos.



Borges, posando como "llave de la oscura cerradura del conocimiento" 
dentro de un Sol negro, en el hotel parisino donde murió su admirado Oscar Wilde. 



Adaptamos aquí la figura a modo poético de Borges, el bibliotecario ciego, como de Burgos. Con personalidades contrarias, en principio: el primero divulgador de una filosofía muy particular a través de su prosa y poesía, el segundo, centinela de la sabiduría antigua que no duda en utilizar todas las malas artes que tiene a su escasa disposición para conseguir su objetivo, esconder de ojos ajenos aquel conocimiento que  piensa "dañino para mantener la disciplina sobre la moral de los hombres", siempre dispuestos a rebelarse ante la severa doctrina de Dios. Se dio la paradoja con Borges que el año del nombramiento como director de la Biblioteca Nacional Argentina (1955), este se quedó ya casi completamente ciego. "Un lento crepúsculo de más de medio siglo", diría el autor. Paradoja compartida con otros dos directores más de esa biblioteca, José Mármol y Paul Groussac, que a modo de maldición irónica por la regencia del saber, se les fue apagando la "llama" de la visión durante el ejercicio de sus funciones. Invidentes bibliotecarios que poseen la llave de la oscura cerradura del conocimiento escrito. La figura de Jorge de Burgos convertida en el legendario minotauro del laberinto. Cosa curiosa es que Eco acerque la visión de ese mito con Jorge Luis Borges... o quizá, no. Veremos. Si que se denotan unos paralelismos con el "mundo borgiano" de este autor plasmados en esta novela con conceptos como el laberinto, Babel, bibliotecas, catálogos o memoria.



El libro "extraviado", una suerte de peregrinaje iniciático, o búsqueda del manuscrito perdido, y trama oculta de esta historia, es el "Segundo Tratado de Poética" que le atribuyeron a Aristóteles, y que trataba sobre la "comedia", el uso del humor y la risa como manifestación y condición única del ser humano, que lo diferencia del resto de animales. De la risa y el humor desde dos visiones diferenciadas como el aristotelismo y el platonismo. Un combate dialéctico se disputa entre el franciscano Guillermo de Baskerville, defensor de las bondades de la risa y de la comedia para la salud y el ánimo del hombre; y el benedictino Jorge de Burgos, que apoya aquellas doctrinas de los doctores de la Iglesia, poco favorables a las exaltaciones de carácter jocoso, como la risa, el canto e incluso la poesía, consideradas como manifestaciones subversivas que pudieran convertirse en armas contra el poder establecido. Muy de la cuerda de Platón, personaje que antepuso la rectitud y el estado más justo, no así el más feliz. A lo largo de la obra se muestran referencias a una y otra posición por boca de ambos sabios. Puyas lanzadas entre uno y otro donde exponen su visión de la vida; una que trata de resaltar la racionalidad y los estados pertenecientes a la afectividad, como la amabilidad y la benevolencia, muy cercanas a la alegría y a la risa. Argumentos estos defendidos por Baskerville en base a los tratados de Aristóteles, y otros seguidores eclesiásticos de su filosofía adaptada al cristianismo, como Santo Tomás de Aquino (1225-1276).

De la erradicación de la risa en todo ámbito social trataría la obsesión de Jorge de Burgos. Una alegoría donde podemos pensar que el autor está velando de alguna manera las formas por las cuáles, las sociedades secretas, por llamarlas de forma coloquial, impiden mediante barreras y controladores, siempre sutiles y fuera de la vista de los ojos profanos, el advenimiento de la libertad de pensamiento. Esos que pudieran desviar el orden establecido y reconducir de manera recta, a esas ovejas descarriadas que serán altamente reprobadas y señaladas por ser peligrosas (sin ellas saberlo, claro está) para el sometimiento, el miedo al orden y el dominio de las oligarquías. Se los hará pasar, según nos hace entender Platón, en su "Filebo", por cosas de esclavos, bufones y locos (libre reflexión, esta, por cierto). La risa es, por tanto, transgresora de la armonía, de las medidas y de la conciencia social de los hombres libres. La "desaparición" histórica y real de todas las copias del segundo tratado de Aristóteles a la Poética, nos sugiere, a través de lo expuesto por Umberto Eco de manera ficticia, lo que suele ocurrir con determinados saberes que son "arrinconados" fuera de la enseñanza habitual, y debidamente alterados, en beneficio del "progreso por el bien común de la humanidad del mundo mundial para unos pocos más humanos que el resto (los capulli in extremum)".




Buscando a Aristóteles dentro del laberinto.






















En el momento de superar todas las pruebas para acceder a la cámara secreta del "finis africae", maestro y alumno, pasan a ella con la sorpresa, o no tanto para Baskerville, de encontrarse al cancerbero del libro prohibido con este entre sus ancianas manos. En ese lugar, el narrador, es testigo de una batalla intelectual entre los dos antagonistas de la historia. La figura de dos sabios que entran en un juego de oratoria y retórica en la que una de las partes conoce su destino. La que representa al "toro-minotauro" que ha de ser sacrificado para salir del laberinto, del que ya fueron advertidos por un monje, "si lográis entrar, podríais no salir". La biblioteca es un laberinto. "Aristóteles" espera encerrado en el laberinto, en el centro, y su custodio, no dejará arrebatarse la sabiduría que corromperá a los humanos, aquella que los puede convertir en "malos salvajes" fuera de la sumisión señorial. 



El maestro franciscano supera la prueba del libro envenenado por el benedictino, de Burgos. El cancerbero invidente confiesa que aprovechó las circunstancias de las primeras muertes de aquellos curiosos que osaban leer el "libro de conocimiento prohibido", para desviar de manera sutil la atención hacia la figura del diablo, y la venida de las profecías apocalípticas de las 7 trompetas. Nunca faltan los milenaristas que colaboran de manera inconsciente a través de sus miedos inculcados, de una forma, llamémosla, traumática blanda , con este tipo de acciones del poder. Conozcamos el método de "sacrificio" de los considerados por Burgos como pecadores. La impregnación del veneno en las tapas del libro que al pasar sus hojas con los dedos, humedeciéndolos de saliva llevando la sustancia mortal a la boca, entrada al cuerpo físico del "alimento", es toda una alegoría de como aquel saber que es prohibido a personas profanas se paga con la muerte por "intoxicación" del saber vedado. También un guiño a la trompeta del séptimo ángel del Apocalipsis:

"Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre" Apocalipsis 10:10


El buen iniciado sabe Cuando no tiene que escuchar,
ni hablar y llevarse su visión a la tumba.




Y como no, la forma de simbolizar la destrucción de esos conocimientos que no pueden salir de la cripta, ha de ser la de un inmenso fuego. Los arrebatadores del libro prohibido no podrán sacarlo del laberinto iniciático. Puedes superar las pruebas de acceso, tener la oportunidad de conocerlos, pero no puedes divulgarlos al mundo profano. La oscura y ciega alma de su guardián es la que sella, de alguna manera, tragándose las páginas del libro envenenado y evitando su propagación con su muerte. La biblioteca, el laberinto, el minotauro y su enorme cripta, son sepultados bajo las llamas, producidas de manera casi fortuita a modo de metáfora de guardián del tiempo, que quema todo aquello que no ha de trascender a la mayor parte de la humanidad.



Existe una alusión al FUEGO INQUISIDOR, descrito como una suerte de conexión de carácter maligno que maneja bajo presiones del dolor y otros atemorizadores métodos, las mentes de aquellos que se salen de la versión del oficialismo religioso, en este caso de la novela, pero que puede servir para otras situaciones, en las que el sistema, a través de sus "guardianes", utiliza  para obtener acciones o testimonios favorables hacia la entidad o hacedor de una manera, digamos, inquietante. El personaje de Baskerville comenta: "Cuando te torturan sientes lo mismo que cuando estás bajo los efectos de las hierbas capaces de provocar visiones. Todo lo que has oído contar, todo lo que has leído, vuelve a tu cabeza, como si estuvieras arrobado, pero no en un rapto celeste, sino infernal. Cuando te torturan no dices sólo lo que quiere el inquisidor sino también lo que imaginas que puede producirle placer, porque se establece un vínculo (este sí, verdaderamente diabólico) entre tú y él..." . El franciscano reconoce un pasado como inquisidor. Esperemos que Eco no quiera expiar algún pecadillo a través de esta reflexión de su personaje. Quién sabe.

Nombre de personaje en "modo incognito"

Como nota final de esta obra nos fijaremos en el enrevesamiento que ejerce el autor con las palabras y nombres para establecer "juegos" y, de paso, encriptar conceptos, habilidad en la que se manifiesta todo un especialista. El profesor José Luis López Calle mostró algunos ejemplos en un interesante artículo. Expondremos alguno, aunque nosotros haremos una segunda lectura de los mismos. La primera referencia al narrador enmascarado, Dom Adson de Melk. Ese título de "Dom" alude a "señor" o en este caso a "padre de la iglesia", o "maestro", o al otro nombre por el que se conocía a Jean, "Dom", Mabillon, aquel fundador de la paleografía y que, de manera ficticia, tradujera los manuscritos del monje protagonista, por tanto. "Adson", parece un compuesto de la preposición latina "ad" (hacia) y el término en lenguas germánicas (como el origen del narrador) "son", para nombrar a "hijo". "De Melk", traducido como leche, veremos una concepción diferente a la de "pureza" o "infancia" de este profesor. Más adecuado sería la simbología dada en diferentes pasajes del Nuevo Testamento como alimento metafórico de los Hijos de Dios, para la "enseñanza", para la "sabiduría", como "crecimiento" para la salvación y, la mejor, señalada por Clemente de Alejandría y adecuada para el texto referido en la novela, "Nosotros bebemos el Verbo, alimento de Verdad". Quedaría un estimulante mensaje: "del padre hacia el hijo el conocimiento de la verdad". Algo escondida esa transmisión de sabiduría de maestro a aprendiz, uno de los nexos de la narración, pero ¿por qué tendría que velar Umberto Eco un hecho tan evidente dentro de su novela?¿Acaso está indicando el autor que hay diferentes niveles de ocultación dentro de esa enseñanza transmitida? Pues sí, muy probablemente. 

Otro mensaje multicapa sería el nombre del protagonista, "padre" aparente del relato, Adso. Así se le llama durante toda la novela, y que López Calle apunta a unas posibles iniciales de Anno Domini Sesenta e Otto (año del Señor 68), como fecha que indica Eco de su "hallazgo" documental. Vemos bien hallado el velo de la datación, pero no así (con permiso de este profesor) lo que esconde detrás. El autor narra que se encuentra en Praga una semana antes de la invasión de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia, cuando llega a sus manos el libro y escapa con él hacia el otro lado del "Telón de Acero" o "Iron Curtain". Puede ser una forma de simbolizar una época de cambios sociales (dirigidos desde las sombras al más alto nivel, todo hay que decirlo) que se dieron en gran parte del mundo en ese año de 1968. Veríamos una analogía de estos años de cambios en el siglo pasado con la lucha que llevarían a cabo la Iglesia católica, con el poder político que ejercen las familias nobles y las élites financieras, apoyando a un bando y a otro, en el Sacro Imperio Romano Germánico por lo que se conoció como el Dominium Mundi y su lucha de poderes universales y dentro de la misma institución eclesiástica en sí; que en el siglo XIV se vieron amenazados por el nacimiento de potentes nuevos estados y naciones. Sucesos en el transcurso de la novela de Eco. Un cambio, por tanto, de paradigma político-social en ambos tiempos, que para unas mentes elucubradoras, sugieren unas manos directoras muy familiares. El poder Papal, político y espiritual, que podríamos trasladar a la utópica Unión Soviética, ambos proyectos fracasados, corruptos y totalitarios; si es que alguna vez hubo intención desde sus comienzos de ayudar al pueblo (que no). Por otro lado tenemos al poder del emperador Luis IV de Baviera, como ejecutor del poder terrenal, con pretensiones espirituales y extrapolable al imperialismo de los Estados Unidos de América, su colonización cultural y ejecutores policiales del planeta.

"La Expiación intelectual" de Umberto Eco.

Podemos entender, de este modo, que el autor quiere "disfrazarse", de alguna manera, de narrador de su historia. Contar en "modo incógnito" su proceso iniciático en su primera novela. Por la edad a la que realiza la obra, en plena madurez, sería más acorde identificarlo con Guillermo de Baskerville, el sabueso franciscano, reflejo este, del Sherlock Holmes de Conan Doyle, y pseudo-representación en la época de la narración del también franciscano inglés, Guillermo de Ockam, el de la famosa "navaja" y también conocido como Doctor Invincibilis. La novela puede parecer bastante compleja desde un punto de vista común, no por eso deja de ser entendible con un cierto esfuerzo intelectual, que parece que a priori es lo pretendido por Eco. Introducir al profano en una primera excursión iniciática de comprensión de símbolos intemporales. A través de la figura del joven novicio (aprendiz), como aquel joven Dante de la "Vida Nueva" (nuova-nova-nove-nueve), que pudimos analizar en la primera parte de este pequeño trabajo, que tratará de explicar los capítulos más difíciles de su obra para llegar a un público más amplio, pero en palabras suyas, Eco explica que "no me toca resolver toda duda, ya que entonces mi lenguaje resultaría demasiado inútil y verdaderamente superfluo". Pues sí, superfluo sería señalar que se dan unas formas de matar que pueden coincidir con la ya visionada con anterioridad, triple muerte, aunque de manera individual: el desmembrar, herir o despeñar, el ahogo o veneno, y el morir quemado; pero como dice el autor de esta novela, sería explicarlo todo.



Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otra ya recibió en otras borrosas 
tardes los muchos libros y la sombra  

                                           Poema de los Dones (1959) Borges.


Borges y Eco, nos acompañan en este tramo final de la investigación para desatascar un poquito las cañerías laberínticas de la historia de la historia, de la que vemos enredados a esa casta sacerdotal en marañas de textos presuntamente señalados como "herméticos", pero que parecen vislumbrar segundas y terceras capas o cortinas que dejan ver, sólo un poco, un poco del misterio guardado por estas. El primero, por mostrar a través de una literatura, digamos poética-onírica, un simbolismo de creación en diferentes pasajes del ser humano en distintas épocas a través de sus obras; el segundo por ofrecer respuestas desde un punto de vista racional, desbrozando el bosque para señalar las tendencias que se ocultan tras estos grupos.

Borges buscando el hilo del tiempo en el laberinto de Cnossos.

Dijo Borges en una entrevista a modo poético-críptico: "Yo soy el que era cuando publiqué mi primer libro en 1923, 'Fervor de Buenos Aires', y creo que en mi primer libro está todo lo que haría yo después, salvo que está entre líneas,  sólo para mí, en una escritura secreta, que está entre las líneas de la escritura pública. Ahí está todo, salvo que nadie puede verlo, sino yo". Pues miraremos entre líneas y más allá, que le vamos a hacer, Jorge Luís. Un ejemplo es como le gustaba referirse al tiempo: "El hilo se ha perdido; el laberinto también. Ahora ni siquiera sabemos si nos rodea un laberinto, un cosmos, o un caos azaroso"



El profesor piamontés nos explica que el pensamiento neo-platónico cristiano tratará de explicar que no podemos definir a Dios de manera unívoca a causa de lo inadecuado de nuestro lenguaje. El pensamiento hermético, por el contrario, nos dirá que cuanto más ambiguo, polivalente y se sirva este de símbolos y metáforas, nuestro lenguaje será para nombrar un "Uno" en el que se realizará la coincidencia de los contrarios. Pero donde triunfa la coincidencia de los contrarios cae el principio de identidad. Todo encaja.

Una revelación inédita, una verdad aún secreta y profunda. Así se identifica a la verdad con lo que no se dice de manera sombría u oscura y deberá de comprenderse más allá de la apariencia y de lo escrito. "Los dioses hablan" a través de enigmáticos mensajes y jeroglíficos; que por supuesto, sólo esa casta sacerdotal, o maestros-magos, han descifrado y plasmado (cuidado, porque siempre se pierden los manu scriptum originales), bajo supuesta revelación divina efectuada a los profetas, y estos primeros efectuarán la interpretación de estos "divinos mensajes". Si la búsqueda de una verdad alternativa surge de la falta de credibilidad del conocimiento contemporáneo, algunos habrán proporcionado esa ausencia de confianza en dichas creencias, digo yo. Esa otra verdad deberá ser muy, muy antigua; tanto que su búsqueda deberá convertirse en una quimera. Eco explica de manera algo irónica: "la verdad es algo que habita en nosotros desde el principio de los tiempos, pero la hemos olvidado (¿la hemos olvidado?, ¡Vaya tela, Umbertino!). Si la hemos olvidado, alguien debe haberla conservado para nosotros, pero nosotros ya nos somos capaces de entender sus palabras. Esta sabiduría debe ser, pues, exótica". 

Jung, fumando en una pipa "arquetipo".


Es aquí donde entran los sabios-intemporales-sacros, para "iluminarnos" con "nuevos", pero a su vez, "viejos" tótems. Alude Eco a Jung para explicar su posición sobre esta causa. Decía el suizo que cuando una imagen divina se nos hace demasiado familiar o rutinaria pierde su misterio o magia. Que somos empujados hacia imágenes de otras civilizaciones, porque sólo los símbolos exóticos conservan un "aura sacra". ¿Seguro, her Jung?¿No querría usted vendernos la idea de una divinidad cambiante al gusto del "impostor" que desea imponer su exótica y a la vez, viejas y falsas divinidades? Acaso esa técnica de la imaginación activa creada por este psicólogo profundo, "llevar a la consciencia los contenidos inconscientes", a través de imágenes simbólicas, pero desde un estado casi de vigilia, pueda recordarnos a una suerte de ritual sacerdotal para dar entrada, o establecer comunicación, con algún guía espiritual de otra, digamos, dimensión. Como a él le sucedió en sus prácticas de este método con una entidad que se le aparece durante estos "viajes activos" y que  llama Philemón (amable, hospitalario). Una poco original figura de guía iniciático, tantas veces vista, como arquetipo, sí, viejo sabio o senex, y que le ayudaba en los "diálogos" que mantenía con él y le daba las claves para avanzar en su universo interior (¿pensaríamos que en realidad Dante viajó a los infiernos de la mano del poeta Virgilio?); aunque más tarde plantearía de una manera correcta en su definición el concepto de inconsciente colectivo. Una hipótesis que ha servido de parapeto para rechazar muchas teorías "elucubradoras" acerca de las cosmogonías y escatologías de amplitud de religiones. Dejaremos al "abuelito esotérico de Heidi", y esposo de la rica heredera de la firma helvética de relojes de lujo, IWC, en sus bosques suizos con sus "jungfrauen" para otra ocasión.

¿Hermetismo o manipulación histórica?

Pero para poder comprender de manera correcta estos dobles lenguajes histórico-temporales vayamos a conocer una pizca de ese conocimiento envuelto en brumas, que nublan un tiempo, en apariencia verdadero, con unos espacios y personajes que se mueven entre esa tierra donde acaba el mito y comienza la razón. "El tres veces grande" (las tríadas de toda la vida, nada nuevo-nove-nueve), como lo conocían desde siempre a la traslúcida y mitológica figura de Hermes Trismegisto. Sincretismo del espíritu egipcio con el griego. Culto nacido en las postrimerías de la tradición de la cultura de los faraones. Influencia de los que entienden al ser humano como el reflejo del cielo que se acerca a Dios; a la divinidad, a su acto creador. Presentar al hombre junto al gran milagro de la creación.

Según la Doctora en Arqueología, egiptóloga, especialista en el Egipto grecorromano, la española Marina Escolano-Poveda, los escritos atribuidos a este culto serían una colección de textos llegados desde distintos lugares y tiempo. Casi todos atribuidos a Hermes Trismegisto o a sus discípulos; y difundidos a través de generaciones pertenecientes a estos. Uno de ellos, el "Corpus Hermeticum", místico, mítico... o no tanto, quizá. 17 tratados en lengua griega y el Asclepio, en latín; otros escritos se han encontrado en fragmentos en griego y copto, en los papiros de Nag Hammadi; y definiciones y frases sueltas en lengua armenia que han llegado hasta nuestros días. Los textos herméticos más antiguos hallados son los llamados "textos de Viena", muy fragmentados; pero su interés parte en la conexión con los posteriormente editados. Compuestos entre el siglo I. d.C y el siglo III. Se irán compilando posteriormente y traduciendo al copto, al armenio y al árabe.  No sólo se recopilan textos filosóficos y religiosos, sino también más técnicos, como tratados de astrología y astronomía. La alquimia es considerada el arte de Hermes. La magia escrita por las mismas manos que esos tratados de ciencia. Estos textos "mágicos" se remontan al siglo II a. C. y llegan hasta el siglo V de nuestra era.



Los textos herméticos más antiguos están escritos en griego y los podemos situar en el entorno de Alejandría, como capital cultural del Mediterráneo oriental en esas fechas. A este personaje divinizado se le conoce como "Hermes, el egipcio" por los propios narradores antiguos. El contexto era el Egipto romano. Recordar que el griego era la lengua "mediática" de la época. Escritos con toda probabilidad por los sacerdotes de los templos egipcios del momento. Conocedores de la cultura faraónica contenida en las bibliotecas de esos templos ancestrales. Presuntamente, los sacerdotes recibieron elementos de esta sabiduría del lugar e incorporaron la filosofía griega; esa que según la opinión de personajes como Platón: "desde hace mucho tiempo tengo entendido que han aprendido ellos (los egipcios) esta verdad que nosotros estamos formulando ahora: la juventud de la ciudades ha de ejercitarse en las bellas figuras y en las bellas melodías; en consecuencia ellos fijaron el carácter y la naturaleza de estas, y luego expusieron los modelos de las mismas en los templos". La reflexión es, como mínimo, curiosa. Recordemos, una vez más, que sólo se transmitían ciertos saberes entre iniciados, que a su vez trabajaban para aquellos gobernantes de turno de los diferentes reinos, imperios y territorios, a modo de "comando itinerante" del espacio-tiempo histórico a lo largo del planeta. Sí, es una hipótesis no muy definida, para la cuál deberíamos ampliar la historia de la historia casi una decena de milenios más. Todo se andará. 


Similitudes entre los campamentos de Ramsés II 
y el tabernáculo del éxodo.

Tan sólo rascaremos un poquito en esa casta sacerdotal de unos supuestos "pueblos huidos" , en estos casos serían "castas huidas", después de haber expoliado algún territorio, o bien, siendo perseguidos por aquellos expoliados. ¿Recordamos a los "magis" medas, controladores de todo lo que tenía que ver con la religión y el poder en la zona?¿El "magis" relacionado con los soldados de Loyola y su ansiado control del poder y conocimientos a lo largo de todo el planeta (más control, más conocimiento)? Se da una circunstancia filológica con una conocida tribu bíblica que se dedicaba a la custodia de la religión y los saberes ritualísticos de aquel pueblo escapado a la "Promise Land", esclavizado y liberado a lo largo de la historia antigua (o al menos así lo reflejan en sus papeles): los famosos levitas, aquellos del clan de Moisés & family. Pues bien, basándonos en estudios recientes, relacionan a esta tribu un origen egipcio, la raíz del nombre "Leví" (לת)se traza en las mismas escrituras a partir de la raíz verbal "Lavah" (לבה ), que significa "unido para beneficio mutuo", "juntado a", "atado a". Son estos los que reflejan la cultura material egipcia en la biblia. Ejemplo de ello es la similar formación de los clanes alrededor de los tabernáculos hebreos del éxodo y de la tienda del faraón Ramsés II en el campamento de batalla. También haría sospechar, según este estudio, que los levitas no aparecen en la lista de clanes del Libro de Números (lo hacen fuera, como "ajenos")ni en el Cántico de Débora, en el libro de Jueces. Como también es sospechosa la procedencia egipcia de los nombres de los levitas (Fineas, Hofni, Hur, Merari, Moisés/ Pinjás, Jofní, Jur, Merarí, Moshé). "Los Venidos". ¿De dónde?.

Números 1:49: "Solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomaré la cuenta de ellos entre los hijos de Israel".
Números 2:33: "Mas los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, como Jehová lo mandó a Moisés".

De la misma manera que ocurrió con la cultura helénica, los árabes también identificaron la mítica figura de Hermes con una historia propia de sus leyendas y tradiciones, el profeta Idris, una constante en el Corán e identificado como noble sincero. Más tarde fue cogiendo fuerza la figura de Enoc, para este mito. Estos saberes o conocimientos denominados herméticos, podríamos situarlos en varios grupos elitistas a lo largo de diferentes civilizaciones y coincidentes en el tiempo, incluso. Sólo habría que fijarse en el comienzo oficial de la llamada "Ruta de la Seda", allá por el siglo II antes de nuestra era. En un período temporal prácticamente similar, se produjo el comienzo de lo que se denominaría la ciencia alquímica, en dos territorios alejados entre sí a más de 7000 kilómetros. El Egipto helénico y China. Coincidencias temporales en diferentes espacios, aseguran algunos expertos historiadores. Sí, de esos que se ciñen a un meticuloso guion académico explicando una y otra vez la misma historia con ligeros matices de diferencia. Los mismos que nos tachan de ver conspiraciones donde no las hay y tirar de cifras y fechas especulativas sin base de ninguna clase; pero el hecho de asomarse y comprobar el rigor de ciertos datos les haría estremecer su dura disonancia cognitiva. Cosa que mostraría a mentes "lógicas", que no sólo se comerciaba con bienes materiales, también habría una conexión de compra-venta, o "robo", de todo ha habido, de "conocimiento oculto". Esa misma "coincidencia temporal" sería la que pudimos plasmar en una anterior investigación donde se puede ver como se produjeron unas mediciones del arco de meridiano terrestre por parte del Imperio Chino allá por el siglo VIII y, prácticamente 100 años después, las realizó el Califato de Bagdad, y que les permitieron conocer distancias reales de todo el mundo.



Veamos la visión de Umberto Eco sobre este tema: "Esa manera de pensar que llamo semiosis hermética ha adaptado formas reconocibles y documentales en los primeros siglos de la era cristiana, se ha ido desarrollando de manera bastante clandestina en el periodo medieval, ha triunfado con el redescubrimiento del humanístico de los escritos herméticos, se han fundido en la más amplia corriente del hermetismo renacentista y barroco, no ha desaparecido con el afirmarse de la ciencia cuantitativa galileana y ha ido a fecundar las estéticas románticas, el ocultismo decimonónico y, sostengo. muchas teorías críticas contemporáneas." Este autor que nos acompaña, analiza muy bien los símbolos de la hermética a través de las diferentes épocas. Eso sí, señala una sobreinterpretación de ciertos autores que quieren buscar tres pies al gato en este tipo de textos y desenmascarar una relación esotérica con masonería y rosacrucismo, inexistente, según él, en la mayoría de casos; y/o por una afortunada casualidad puedan acertar. Los "adeptos al velo" (nos) los llama. No en vano, es autor de una novela donde ironiza en grado sumo a los saberes esotéricos y sus divulgadores, a las teorías de la conspiración, pero con un alto conocimiento de todas estas, que haría de Dan Brown, un personajucho de medio pelo y dejaría a cualquiera de sus abominables novelas como textos escritos sobre papel higiénico reciclado. Se trata de "El péndulo de Foucault" (1988), donde a uno de los principales protagonistas lo llama como al filólogo y erudito clásico ginebrés, Isaac Casaubon (1559-1614), que fue quien puso datación de origen al famoso "Corpurs Hermeticum", atribuido a tiempos de Moisés, a una fecha más cercana al hermetismo de los siglos III y IV de nuestra era .

"Vivió 75 años, 3 meses y 20 días"
Fue la órbita del cometa "Cosimo".
Carta astral atribuida a Cosimo, Il Vecchio.




Antes de adentrarnos en el "resurgimiento del hermetismo" al comenzar el Renacimiento, su supuesta mítica Academia Platónica en la Villa Careggi en la Florencia de los Médici, y propiedad de esta filantrópica familia, echaremos un vistazo a ese lugar con los ojos de un "adepto al velo", que dice Eco. Villa que poseía en la entrada un busto de Platón, con su lámpara votiva, de permanente llama, donde 9 "escogidos" humanistas, con Marsilio Ficino de maestro de ceremonias celebraban panegíricos discursos de alabanza y festejos rememorando el "banquete de Platón" (rituales, vaya). Dato curioso es el día seleccionado. El día de la muerte y nacimiento del filósofo, el 7 de noviembre, curioso que le sea otorgado el mismo día, el 311 del año y con 54 (5+4=9) para finalizarlo; así como los años de su muerte, los 81 (8+1=9). Estancia donde se reunían regularmente para leer su obra y desentrañar su sentido oculto. Dato menor sería su distancia de la Acrópolis de Atenas, lugar que el filósofo griego conocía bien, 666 millas náuticas, esas que se miden a través de los grados de arco terrestre (por las estrellas, quizá). Pero lo dicho, veamos a modo de enredo semántico-numerológico la relación entre los tiempos y personajes de Platón-Plotino-Pletón. Atisbamos un patrón de vida semejante al primero de ellos y más influyente, que comienza con la enseñanza de un maestro-filósofo, que no deja huella por escrito, seguido del viaje iniciático en busca del conocimiento a tierras lejanas y el regreso y creación de una escuela-hermandad filosófica (podemos olfatear aromas pitagóricos, también). Cojan aire y luego veremos quién es quién (o todos los mismos).

Plotino viaja a Alejandría para aprender de Ammonio Saccas a los 28 años, los mismos que tenía Platón en el momento del fallecimiento de su maestro Sócrates (¿suena a Sakkas?), que comenzó trabajando de cantero, como su padre, como aquel Sakkas, derivado de Σακκσφορος (Sacoforos, ahora suena más parecido), transportista de sacos (175-242) que fallece entorno a los 66 años, como Ficino (que nació el año 33 del Quattrocento y murió en el 99 de ese siglo), tampoco se le conocían escritos a Ammonio, como al autor del dicho "sólo sé que no sé nada". El filósofo de las "sacas"(nombre de tribu nómada, también, de origen escita o iranio), al que conocían por "el instruido por Dios", era un gran conocedor de la teúrgia, práctica ritual mágico-religiosa que tenía como intención de invocar la presencia de fuerzas, dioses, ángeles, esas cosas de la magia, vamos. También fueron usuarios de esta magia-magis su discípulo Plotino, al que se le atribuyeron dotes místicas de visionario; Porfirio, que lo era a su vez de este; y Jámblico, que lo fue de este último. Plotino,(204-270)  fundador del neoplatonismo, con permiso del "sacoforos", que como el Pletón del siglo XV, estuvo interesado por el zoroastrismo o mazdeísmo, y marchó a Persia en una campaña romana en busca de conocimiento, allá donde los magos de Oriente. Fundó una escuela en Roma que gozaba del beneplácito de la corte imperial. Fallece de lepra a los 66 años, como Ficino y Sakkas, fue autor de las Enéadas, grupos de 9 tratados cada uno. Similar a la Enéada, que se utiliza para designar a 9 divinidades con lazos familiares relacionados con la creación. En griego, nueve es "ennéa", como "neos" es nuevo (ennéa-nueva-nueve-neos), curioso.

Como curioso es el nudo de la historia de Platón-Plotino-Pletón, al que le podemos sumar Plutón, el dios romano del inframundo, en un endiablado juego de palabras. Platonismo, neoplatonismo o neoplutonismo, tal como plutocracia (gobierno de los ricos y poderosos). Recordar que Platón defendía la oligarquía como mejor forma de gobierno. Las palabras, símbolos y números esconden aquí una intencionalidad guiada, en apariencia. Y que mejor apariencia que la de un rico filántropo. Un benefactor de la humanidad que antepone sus intereses económicos a expandir por el mundo todo tipo de conocimientos y artes. Un rico banquero que sabía valorar como su familia, de la nada, y desde una banqueta de la parte trasera de una cuadra,.. que digo cuadra, ¡una pocilga! construyeron un pequeño negocio de prestamistas que los llevó a ser una de las dinastías familiares más ricas e influyentes del Renacimiento y la Edad Moderna europea. No suena creíble, ¿verdad? ¿Se imaginan a un humilde sastre de batas de un pueblo de finales del siglo XX, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del mundo? No hay que pensar mal. Recordemos el hilo de oro invisible del cuento de "El traje del Emperador", y como todo el mundo de alrededor callaba por no salir del discurso oficial, por muy obvia  que fuera la mentira. Si nadie grita que el Emperador está desnudo... todos felices. ¡Vivan las batas!¡Vivan las cadenas! 

Giorgios Gemistos, alias "Pletón",
con mirada altiva a lo Vladimir Putin.

Ironías a parte, sólo pretendemos mostrar los distintos discursos de la historia de aquellos que han sufragado el relato oficial. Tras esta pequeña parábola, asistimos al encuentro de un oligarca de Florencia, Cosme de Médici, Cosimo, "Il Vecchio", para los florentinos del siglo XV, departiendo conocimientos de arte y filosofía con un enviado griego de la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Constantinopla para el Concilio de Basilea-Ferrara-Florencia, durante la década de los 30 del Quattrocento. Ese fue Giorgios Gemistos (1356?-1452), alias "Pletón", parecido a la traducción en griego de su apellido al latino, "pleno o relleno", pero la historia dice que él se hacía llamar así por su admiración hacia su filósofo favorito. Un personaje poco conocido, con una biografía hecha a retales de otros, pero que es uno de esos elementos históricos bisagras para enlazar varias épocas y lugares. De joven tuvo la influencia de un desconocido judío cabalista llamado Elías, del que poco se conoce, durante su estancia en la ciudad de Adrianópolis, que lo inició en el conocimiento de la filosofía de oriente, en los llamados "oráculos caldeos", atribuidos en ese tiempo a Zoroastro, en las enseñanzas de Platón y en el hermetismo. Hasta aquí parece una historia paralela a la del neoplatónico Plotino (los parches de la historia, que le vamos a hacer). Fue destinado al Peloponeso como gobernador, asentándose en el castillo de la localidad de Mistra (nombre que recuerda al culto de origen persa Mitra), donde llegó a fundar una comunidad-fraternidad filosófica neoplatónica. Todo muy superpuesto. 

Pero lo interesante aquí es el traspaso de conocimiento "oculto", por llamarlo de alguna manera, de este personaje hacia el banquero florentino, que sufragó de su bolsillo el Concilio trasladado a su ciudad. En la historia habrá quedado que se intentó una unión de las iglesias cristianas, pero atisbamos un relevo o compra de sabiduría "al peso". El séquito de sabios liderados por Pletón, "hizo entrega" al oligarca sufragador del convite, de toda la obra completa en griego de Platón, también la de Plotino (ya estamos todos) y la del resto de autores neoplatónicos. De las conferencias del sabio bizantino en Florencia le surgió la idea de montar en un futuro, al florentino, una Academia de Platón para su uso y disfrute. Para eso deberían pasar dos décadas, la caída de Constantinopla (1453) a manos del Imperio Otomano "mientras discutían del sexo de los ángeles" y la muerte del sabio griego. En tanto, escogió al hijo de su médico personal de bien pequeño, para instruirlo en todo tipo de artes y ciencias. Ese fue Marsilio Ficino, que luego sería el "encargado" de la Academia, de la que no se tienen registros oficiales, por cierto. Más bien fue un lugar de reuniones esporádicas y esotéricas, más simbólico que material. También se construyó lo que se conoce hoy como el Palacio Medici-Riccardi, acabado en 1457. Ahí vamos, pues.

Traspaso de "conocimiento" de Oriente a Occidente,
 en cortejo por los Reyes Magiis.

Es en la capilla-cripta de ese palacio, donde el patriarca de Florencia, encarga plasmar el traspaso de conocimiento que se produjo dos décadas antes (fecha donde pide el permiso al papa Eugenio IV para la construcción de una capilla privada), en las paredes de la misma a modo de frescos pintados. "La Capella dei Magi" (la Capilla de los Magos) de Benozzo Gozzoli. Los Reyes Magos de Oriente, en epifanía o revelación, intercediendo ante el poder celestial para sacralizar el poder terrenal. Una obra inspirada en otra, "Adoración al Niño" del artista Gentile da Fabriano, de 1423. Esa corte de reyes a caballo y su séquito estaba protagonizada por las efigies de los protagonistas de aquel evento y los contemporáneos a la pintura. Un vínculo entre lo visible y lo invisible. Un ritual de arte mágico, que actúa como mediador entre este mundo y el otro. Cosme, el Viejo, aparece a lomos de una mula. Alegoría a Cristo en su entrada a Jerusalén por Pascua allá por el año 33 (año arriba, año abajo), supuestamente. No se andaba con menudeces el tipo. A su lado aparece su hijo, Pedro, el Gotoso, en imponente caballo. El Papa del momento, Pío II, aparece en las filas de atrás del cortejo, justo detrás de aquel viejo sabio de Pletón. Un pontífice recién llegado al trono vaticano que acababa de publicar una obra histórico-geográfica, "Cosmographia", donde entre otras descripciones, comenta la venida de "indios" a Europa durante el siglo XII desde el Atlántico. Las malas lenguas historiográficas emparientan al futuro pontífice, Eneas PicCOLOMini, como posible tío del más famoso de los navegantes genoveses y aderezado de mentiras olorosas y finas verdades que dejaron un indescifrable "constructo histórico". Es en esta pared orientada al Este donde se caracteriza al rey joven "Gaspar" con un idealizado chico de 10 o 11 años, de rasgos andróginos (quizá para "atraer al otro mundo"), con el nieto de Cosme, el futuro Lorenzo, el Magnífico, con esa planta de laurus nobilis justo detrás. Padre y abuelo siguen al elegido, su descendiente. Y a estos, el Duque Sforza de Milán y el Señor de Rímini, Malatesta. Porta su comitiva la ofrenda que pudiera ser la mirra. Para embalsamar, quizá, al Príncipe Universal y reconocer de paso su condición humana, que es mortal de necesidad. El blanco es el dominador en esta parte del muro. Un buen reflectante de luminosidad.


El sabio Melchor, el maestro-iniciado Baltasar y
el joven aprendiz-iniciado Gaspar-Laurentius. 

Sí, todo apunta a ritual de iniciación de "El Elegido", que comienza por donde despunta el Sol, al salir de Jerusalén y moviéndose el relato-conjuro pintado como las agujas del reloj. Prosigue la procesión-cabalgata en la pared Sur, con el mago Baltasar, en la figura del Emperador bizantino Juan VIII Paleólogo, con mirada perdida y visionaria hacia el fatal destino de su ya pequeño Imperio. Portador del oro, símbolo real, y representación de la madurez y vigor del hombre, ya iniciado. Con el verde como color dominante, de la regeneración y la armonización de los opuestos. En la pared Oeste, la del crepúsculo y fin de ciclo, tenemos al rey sabio anciano, Melchor, de la que su rostro es atribuido normalmente al Patriarca de Constantinopla, José II, líder de la Iglesia cristiana ortodoxa, que también viene en mula, como el mayor de la familia anfitriona. Su comitiva lleva consigo el incienso, aparente ofrenda y útil en los rituales iniciáticos. Los colores rojizos dominan en esta pared, que denota tonalidades propias del ocaso del día, alegoría de final de proceso. Una casualidad histórico-curiosa, ¿se acuerdan de quién hablamos en una peregrinación a Montserrat con una mula?.

Cosimo, muestra su "afición" al cabalismo.

Esta representación parece tener como objetivo identificarse como los vasallos del Emperador de los Cielos, en apariencia, y a la aspiración dinástica al principado universal en la tierra, la parte Occidental y la parte Oriental, en posesión otomana ya en esa fecha. De ahí la procesión hacia la Jerusalén Celestial y como guiño, un cedro, árbol simbólico de eternidad, que conecta la familia Medici a la colina que arriba a los cielos. El rey sabio es el reflejo de Cosimo, el Viejo; el rey maduro la imagen idealizada de Pedro, el hijo gotoso. ¿Y el joven Lorenzo, el nieto? Las posiciones y gestos de las manos de la mayoría de los participantes en el ritual escenificado, así como sus rostros, necesitan de un análisis profundo esotérico para el que no estamos capacitados, de momento. Eso no quiere decir que no veamos cosas extrañas aquí. 

Lorenzo, el niño.
El autor-mago Gozzoli autorretratado
en este mundo y el otro.

Duplicidades de personajes que reflejan un dominio para sugerir otro mundo, como así lo advierten los dos autorretratos del autor Gozzoli. Uno en la pared este, la del inicio y que muestra su firma, y el otro en la opuesta, la del oeste y el final de la iniciación, con una mano justo al lado de su rostro, que parece venida del más allá. Una suerte de espejo de unión. El joven Lorenzo aparece con su fisionomía real debajo de Gozzoli y cerca de su maestro, Ficino. Una muestra de caracterizar, en apariencia, un "ángel bueno" y un "ángel malo" ¿pero cuál sería el malo?¿el real o el idealizado? Como los ángeles y querubines que parecen cantar y gesticular diversos mudras mágicos, que simulan ritualizar la custodia del altar.


Las "luces" de la oscuridad vistas en penumbra.

Y decimos en apariencia con toda la intención, porque la de los autores (arquitectos, pintores, mecenas) de la "Capella Dei Magi" no simulaban tener intenciones demasiado católicas. Originalmente es una cripta de planta regular sin iluminación exterior. Tan sólo dos óculos, uno encima del altar y otro en la parte superior de la entrada, permitían pasar alguna luz de las habitaciones contiguas. Todo un poco en la penumbra. Pero quizá fuese esa la intención. Observar las escenas de las paredes con poca luz. Sí, no es una locura. A tenor de las pinturas brillantes utilizadas, lacas y mezclas con otros materiales luminiscentes, deducen que en esa cripta-capilla se deberían dibujar otras, digamos, "figuras", en la intimidad de la semioscuridad. ¿Para qué y con qué motivos? Si tú tienes la llave de un cuarto oscuro, sólo sabes tú lo que puedes ver en esa habitación de las tinieblas.


Los 7 candelabros y los 7 sellos que "hermetizan"
la entrada a la "Capella dei Magi".

Mal lugar para una herramienta.

Sólo habría que fijar la vista en el cuadro de bienvenida colocado sobre la puerta de acceso a la cripta y pensar que hay tras ella. Se puede ver un altar con el cuerpo del Cordero custodiado por los 7 candelabros y los 7 sellos del Apocalipsis. Una advertencia al visitante de que está totalmente sellado para los espíritus profanos, seguido por la visión, al fondo, del altar con la réplica de "la Adoración del niño en el bosque" de Filippo Lippi, con una inquietante hacha clavada en una madera a la altura del cuerpo del pequeño Jesús. Los juegos de luces y fuegos iluminadores y ensombrecedores, a la vez, que se llegarían a producir en ese espacio hacen pensar en unas costumbres (extrañas, como poco) ya arraigadas en el seno de esos mecenas de arte y cultura. Cabe añadir que el culto a la epifanía de los Reyes Magos se celebraba, a modo de extraño desfile, en Florencia, donde participaba el pueblo con sus más altas personalidades al frente, desde finales del siglo anterior a esa fecha. Su origen fue una espontáneo cortejo de gente partiendo desde la Iglesia de San Marcos hasta el Baptisterio de San Juan, donde se le ofrecieron "presentes" a Jesús ante la pila bautismal y después se escenificó "la matanza de los inocentes" con niños falsos (faltaría más, ya eran otros tiempos ¿no?), suceso que se podría relacionar con una antigua ofrenda a dioses pretéritos "hambrientos de carne muy joven". El cortejo se escenificaba cada 3 años, en la fiesta de la Epifanía (invierno) y por San Juan (verano). Una celebración impulsada por los Medici; una revelación-epifanía del Hijo de Dios, por los impulsores de las revelaciones de Hermes, el dios del conocimiento oculto. Todo entre cortinillas, eso sí.

Juegos de manos cabalistas de
Cosimo.

Entonces, ¿podríamos deducir qué todos estos saberes esotéricos fueron traspasados por los sabios griegos y bizantinos de golpe? No, no parece que fuera de "un sólo pago", pinta más la adquisición por fascículos. Los textos herméticos, depositarios de misterios mágicos, de los que tanto hablaron Gemisto Pletón y el obispo Bessarión durante aquellas reuniones del Concilio de Florencia allá por 1439, al patriarca de la ciudad, no estaban ni debían estar en unas únicas manos. Recordemos aquello de "no todas las lecturas son para todos los oídos". Había, pues, que buscarlas. Cuenta la leyenda que el viejo Cosimo tenía informantes hasta debajo de las piedras de todo el Mediterráneo, que se venía produciendo una venta de documentos, la mayoría falsos, que hacían pasar por escritos mágicos del mismísimo Hermes. Comienza entonces una empresa en secreto de la búsqueda de esos manuscritos, durante quince años, a cargo de una persona de máxima confianza. Un personaje de esos que oculta la historia tan difíciles de rastrear y que se solapan con otros nombres semejantes de su tiempo. Este pareció ser un monje llamado Leonardo da Pistoia, de la familia Candia de ese lugar de la Toscana. Filólogo experto en latín y griego, sabía como moverse por los círculos culturales y esotéricos de la decadente Bizancio. Sus largas estancias de investigación en aquellas tierras se alternaban con otras siendo huésped de los Medici en Florencia, donde venía a depositar el material de interés. Con los otomanos asediando Constantinopla, en 1453, logró hacerse con unos documentos en griego que recopilaban 14 libros atribuidos a Hermes Trismegisto, pertenecientes a los herederos del historiador y filósofo (neoplatónico, también) bizantino del siglo XI, Michel Psellos (1018-1096), y hasta donde sabemos los recopiló entre Atenas, Alejandría y Constantinopla. 

Marsilio Ficino visto por
 Leonardo da Vinci.

La figura de este filósofo, Psellos, suele presentarse opuesta a todo tipo de ocultismo, pero sus tratados sobre alquimia, adivinación y sabiduría caldea nos dicen lo contrario. Leonardo da Pistoia, apodado también, el Macedonio. aprovechó la emergencia económica de sus dueños y tras un riguroso análisis procedió al pago y mantuvo la adquisición en Tesalónica hasta 1459, fecha donde se lo llevó a su cliente. Al parecer, el erudito bizantino los ordenó y, digamos, limpió de elementos espurios a la tradición hermética. Cuentan que Cosimo mandó a Ficino parar las traducciones que tenía pendientes de los neoplatónicos y se centrara en aquel tomo de título "Hermetica". No tuvo lista la traducción al latín hasta abril de 1463. Tan sólo un año antes que el máximo interesado en poseer su conocimiento, el viejo Cosme, abandonara la vida terrenal. Y dos después, por tanto, de la finalización de la cripta-capilla que hemos descrito. De bien seguro, este filántropo, se fue con su alma en paz por haber regalado al mundo los secretos bien guardados de una especie de magia divina ancestral beneficiosa para, bla, bla, bla...¿Pero de verdad alguien puede creer que este personaje y sus adláteres, que actuaban a golpe de espada, usura y cualquier engaño a su alcance para conseguir el máximo poder y riquezas, iban a poner a disposición pública unos conocimientos mágico-esotéricos que bien podían utilizar, en exclusiva, para su único beneficio?

Los 14 tratados que correspondían a los textos redescubiertos que todos daban al Gran Hermes como autor material se publicaron en 1471. A la obra de Platón traducida por Ficino le llegó el truno de la imprenta en 1483, "Divini Platonis opera omnia". El hermetismo y el platonismo fueron casi de la mano a partir de ahí. La cultura hermética en el plano de la magia se convierte en un éxito entre esa minoría de privilegiados en Florencia y el resto de cortes y ricos comerciantes y banqueros del resto de Europa. La práctica de rituales teúrgicos se pone de moda entre los más afortunados, pero... ¿estaban seguros estas pudientes personalidades que estas celebraciones, ritos y adivinaciones eran todo lo "eficaces" que creían, no eran más que una tomadura de pelo o también eran víctimas de esta casta de magos negros? Miremos, pues.

 

Monumento-tumba en agradecimiento
por los servicios prestados a Isaac Casubon
en la Abadía de Westminster. 

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La copia en griego que llegó a manos de Ficino no puede ser anterior al siglo XI. En teoría, pues no se conoce manuscrito fechado con anterioridad. Aquel erudito, Casaubon, que dató los escritos herméticos en los primeros siglos del cristianismo observó ciertas peculiaridades y semejanzas en las temáticas. Ni en los diálogos de Platón, ni en las obras de Aristóteles y demás de sus contemporáneos, aparecían alusión alguna a esos documentos atribuidos a Hermes. Este autor ginebrés, piensa que la creación de estos textos tuvieron bastante que ver con la aceptabilidad del cristianismo para los nuevos adeptos de la fe de Cristo. No contienen doctrinas del antiguo Egipto, según Casaubon, que los tacha de supercherías con buena intención, pero que deben ser considerados falsos, en cuanto a la autoría del tal Hermes Trismegisto. Las considera un compendio de obras platónicas y los textos cristianos sagrados. Así, el "Poimander" (la primera parte de esa recopilación) resuena bastante al "Timeo" de Platón, al "libro del Génesis" y del Evangelio de Juan; los "poderes"  del Tratado XIII del Corpus Hermeticum es un recordatorio del capítulo 13, también (curioso), de la Carta a los Romanos del "hacedor" de la Iglesia, San Pablo, otrora conocido como Saulo, el de Tarso; himnos de liturgias antiguas, como de los Salmos y de Juan Damasceno (del siglo VIII este); los tratados sobre la "regeneración" se asemejan mucho a los de, entre otros autores, Pablo, Justino, Cirilo y Gregorio Nacianceno. Y completa la argumentación con razones de orden léxico y estilístico. Decir, en su contra, que fue bibliotecario real en Francia y en sus últimos años asistente intelectual en la corte inglesa. No podemos fiarnos de aquellos que son pagados por quienes escriben la historia oficial; pero lo que se produjo en la traducción de Ficino al latín y la copia griega de la cuál se realizó no deja de ser un "pastiche" de muchos otros textos contemporáneos a los años de formación del cristianismo y posteriores. Hagamos memoria: "Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controlará el futuro".

Se advierte la herencia de aquellos intelectuales cercanos a la élite que fueron los Fedeli d'Amor y su esoterismo cabalista como nexo de unión a las evidentes costumbres de la familia Médici. Personajes como su trabajador a tiempo completo, Marsilio Ficino, fueron los encargados de "simular" fidelidad a la Iglesia en sus escritos. El "lloro", el "llorar", las "lágrimas", en jerga de iniciados en ese movimiento esotérico, según cuenta el autor Luigi Valli, en "Los secretos de Dante y los Fedeli d'Amore", de 1928, son unos ejemplos. El amor platónico es la "Santa Sabiduría", según este investigador, esotérica y herética. Esa sabiduría extraordinaria estaría subvencionada por aquellos mecenas filántropos que conectan con los fuegos del más allá, aquellos que piden desde tiempos inmemoriales a estas castas sacerdotales cuerpos, almas y toda la energía posible que "les es demandada" para Dios sabe qué. 

Crismón con 8 extremidades
Hombre "aspado"

Son aquellos que pretenden arrojar todo tipo de oscuridad sobre todo lo antiguo. Alterar la visión histórica del receptor. Un ejemplo es la Edad Media, tildada de falta de intelecto, tinieblas, crueldad, falta de humanidad, corrupta y de todos los improperios tenebrosos posibles, que estos iniciados en la Santa Sabiduría nos quieren hacer ver. Sólo por este motivo nos tendrían que sonar las alarmas conspirativas de todo adepto al velo, y sospechar que nos la están dando con queso, parmesano, en este caso (excelente para gratinar historias). Se apoderan de los símbolos ya existentes e introducir de una forma sibilina sus mensajes, para transformarlos más tarde o acabar con ellos cuando la idea o concepto a transmitir haya hecho su función. El filósofo romántico alemán Friedrich Schlegel escribió sobre esta oscuridad temporal: "Admitamos la noche del Medievo; pero es una noche resplandeciente de estrellas".

El centro del cielo y la tierra,

Ejemplo "elucubrador" de una transformación de símbolos y sus conceptos sería el paso del crismón, que significa "monograma de Cristo", que ya analizamos en la segunda parte de este trabajo, y que evolucionó a un círculo que englobaba múltiples mensajes, siendo el principal que Padre, Hijo y Espíritu Santo eran el principio y el fin de todo (Α  y  ω). Este símbolo lo relacionamos con el medievo. Fijemos la vista en el dibujo más famoso del Renacimiento, el "Hombre de Vitrubio", de Leonardo da Vinci. Un hombre con las extremidades convertidas en aspas, que delimitan en movimientos superpuestos las dos figuras geométricas representadas alrededor de la humana. El círculo en representación del cielo, con brazos y piernas, abiertos y estirados, recuerdan un potro de tortura. El cuadrado, en cambio, asienta los pies firmes en el suelo, representando a la tierra, con los brazos aquí en posición horizontal, simulan un alfa y omega, donde el hombre pasa a ser el centro de todo. El Renacimiento lo convierte en el "ombligo/ónfalos" del mundo terrenal y el celestial, el "nuevo dios"; pero... ¿Quiénes promocionan ese concepto y para qué? Cambio de paradigma  que vino para quedarse y evolucionar.

La "estrella fugaz" de las 900 tesis.

La idea del neoplatonismo donde el hombre se situaba en la mitad de la cadena del ser o jerarquía de los seres, que comienza con Dios, bajando por los ángeles, los planetas, los hombres, el resto de formas de vida hasta llegar a los demonios y seres del inframundo, aún seguía vigente. Es aquí donde nos encontramos al "niño mimado" del movimiento renacentista, Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494). Un joven noble que se le supone sabedor de árabe, griego, hebreo, caldeo (suerte que China le quedó lejos) para poder comprender de primera mano la cábala, el Corán, los diálogos platónicos y los oráculos caldeos. Impulsor de la idea de la unificación de las tradiciones culturales creía que el cristianismo era el eje donde podrían converger todas las religiones. Parecido a una idea bastante actual y muy "milenarista", el ecumenismo. Se le considera fundador de la cábala cristiana. Punto de inflexión fue su obra conocida como "Las 900 tesis" (nueve), una especie de recopilación de todos los saberes que había aprendido para extraer aquello que tuvieran de verdad. Compuesta a finales de 1486 pretendía defender su obra en un gran debate delante del Papa Inocencio VIII y toda su corte de obispos y teólogos. El supuesto "gran debate" de aquel joven pretencioso no se llegó a celebrar por haber sido declaradas 13, de aquellas tesis, heréticas o sospechosas de serlo para el Vaticano. Sea como fuere, el comienzo de aquella obra, el llamado "Discurso sobre la dignidad del hombre", fue el fuego que prendió el ideario del Renacimiento citando a Hermes Trismegisto en su inicio: "Gran milagro es el hombre, ¡oh, Asclepio!". Este alumno y gran influenciado por Marsilio Ficino propuso que el hombre podía tener la posibilidad de ascender o descender en cualquiera de esas clasificaciones de los seres, incluida la posibilidad de contemplar al mismo Dios a su altura. Antropocentrismo de luz y de color, frente al oscuro teocentrismo del medievo. El final del joven Pico, junto a otro erudito y posible amante, Poliziano, envenenados con arsénico y ambos del entorno de la Academia de los Medici, nos haría recordar el libro de Aristóteles, aparecido en la obra de Umberto Eco antes mencionada, que mataba a todo aquel que tuviera acceso a un determinado conocimiento y  fuera eliminado por peligro a ser divulgado.


A principios del siglo XX, una serie de eruditos y filólogos trataron de contextualizar los escritos herméticos para deducir sus fuentes. Richard Reitzenstein los situó en el entorno egipcio de la teología de Ptah (señor de la magia) en la mitología egipcia y otras influencias orientales. En referencia al Corpus Hermeticum, decía que probaba la existencia de una comunidad egipcia que utilizaba esos tratados como culto religioso. Thaddeus Zielinski resituó los "Hermetica" en el contacto de las filosofías griega peripatéticas (referentes a Aristóteles), platonizantes y panteístas. Bausset exploró las fuentes orientales del gnosticismo y estableció como elemento clave la llegada a la cultura helena de la influencia irania. Reintzenstein cambió su postura sobre el Hermes egipcio y sostuvo que Irán era la cuna del Hermetismo. En esas puso "paz oficial" un dominico, Festugière, con el objetivo de demostrar que no había nada de orientalismo ni de origen egipcio, para fijar la postura filo-helenista. 

Biblioteca de Alejandría antes de los "fuegos purificadores".


De manera oficial, las reescrituras llevadas a cabo por la Biblioteca de Alejandría de las religiones más influyentes o practicadas en el Egipto Ptolemaico de ese interesante siglo III antes de la era oficial; ya fueron la ley judía, que la compilaron en la famosa Septuginta, en griego koiné, así como la reinterpretación del pensamiento egipcio religioso adaptado a la forma de pensar griega, se realizaron para dejar constancia del pensamiento del Reino. En modo elucubrador y profano, propondremos una influencia común de los sacerdotes que poseían los saberes ocultistas, "disfrazados" del "mago Hermes", que también se esconden en aquellos sacerdotes levitas, en los magiis medas, o en esos modernos administradores del poder-conocimiento-religión de la inefable Compañía de Jesús, entre otros, pero siempre bien "achuchaditos", característica común de todos estos grupos, con los gobiernos territoriales. Por cierto, una lástima lo de los incendios de esta gran hemeroteca del saber antiguo, ¿verdad?

En los vastos confines orientales
del azul palidecen los planetas,
el alquimista piensa en las secretas
leyes que unen planetas y metales.

                                                           "El Alquimista". Jorge Luis Borges  

Para poner los pies sobre la tierra, el viento, el agua y el fuego de unos determinados conocimientos alquímicos sobre los que vamos a especular, veamos una pequeña clasificación de un sabedor de estas ciencias ocultas, aunque él siempre lo ocultara y arrojara esputos de ironía sobre ellas. Umberto Eco, divide en dos esta ciencia: alquimia operativa y alquimia simbólica. 

La alquimia simbólica, en la cima de su sueño místico, expresó el deseo materialista de unidad, una idea de nacimiento espiritual, en solidaridad con el nacimiento, muerte y renacimiento de la naturaleza.

La alquimia operativa representó un modo, ingenio y precientífico, de integrar a la naturaleza, verla como cosa viva, lugar de posibles transformaciones, teniendo con la magia un proyecto de integración y dominio de la naturaleza.




Unos ejemplos para que entendamos mejor estas dos variantes de la alquimia nos los proporciona este autor en su ensayo, "Los límites de la interpretación": "Un operador práctico no podía olvidar que el hornillo en que se cuece la materia era una metáfora del vientre de un útero y de cualquier proceso generador de vida, así como el operador simbólico, volvía al clasicismo y a la doctrina cristiana para demostrar que todos los mitos de generación y transformación, y la misma imagen del vientre de María, eran metáforas que aludían a la práctica de la alquimia." 


No entraremos a fondo en lo que era o representaba la alquimia, entonces. Sólo cogeremos esas pequeñas alusiones, legendarias o no, pero documentadas, que nos ayuden a vislumbrar el camino que estaba tomando el hombre con la ayuda de esos supuestos saberes "herméticos y ancestrales" que lo llevarían a la "fabricación" de vida humana, ponerse a la altura del mismo Dios. 

Paracelsus, intentando salir del encuadre del Universo.

En estas vicisitudes encontramos a un archiconocido Paracelso (1493-1541), médico suizo que utilizó la alquimia en la primera mitad del siglo XVI para lograr numerosos avances reconocidos desde esa época, como el descubrimiento y uso de la toxicología. Pero ya sea por megalomanía, por sus numerosas ansias de experimentar, o quizá, por encargo, intentó crear vida humana desde una perspectiva platónica de la perfección del ser. Con todas las cualidades humanas, pero sin las impurezas de la materia. Lo que denominó "homúnculo", en su "Liber Paragranum", a través de unas pruebas realizadas para conseguir grados de pureza en la putrefacción de esperma humano, inseminado a su vez en un huevo que ha de dejarse también llegar a la descomposición pura, ayudado con excremento de yegua preñada...y a esperar 40 días. Todo muy limpio y puro. Y 40 días más alimentándose de sangre humana. Algo escabroso, sí; pero en realidad lo que se deja ver en estos tratados es la creación de vida humana sin la aportación femenina. Este detalle habría que tenerlo en cuenta para un futuro no demasiado lejano de nuestros días, donde se trata de conseguir el desarrollo de humanos fuera de la matriz materna; pero a Theophrastus Von Hohenheim, alias "más que Celso", esto lo aprovecharán para acusarlo de misoginia. Carecerán de alma estas criaturas, entonces. Serán de pequeño tamaño, unos 30 centímetros, y podrán realizar diversos trabajos para su creador. Tenían un problema: su capacidad para rebelarse, tal como Adán y Eva. Dejémoslo en que sólo eran metáforas filosóficas para experimentar con la naturaleza y su ciclo de vida y muerte. A resaltar la importancia que le daba este peculiar "matasanos" a los cuatro elementos principales, simbólicamente regidos y representados por criaturas mitológicas clásicas: Ondinas, para el agua; gnomos, para la tierra; sílfides, para el aire; y salamandras, para el fuego. Una gran figura de la medicina, pero la mayor parte de su obra "extraña" fue publicada muchos años después de su muerte. Ojo a ese dato.


Criaturas de barro al servicio del hombre-dios.


De seguido, nos vamos a la Praga del siglo XVI para abordar la más famosa leyenda de creación de humanoides artificiales, o en este caso, el famoso Golem de la mitología judía. El Rabbí Judah Loew (1512?-1609), más conocido como el "Maharal" de Praga, fue rabino protector de la comunidad hebrea de esa ciudad, que como en la mayoría de lugares donde estuvieron asentados eran atacados por los recelos que produjeron a lo largo de la historia, antes y después de sus famosas "diásporas". Sea como fuere, el gran Rabbí, decidió "fabricar" una enorme criatura según los ritos estudiados por él a través de la interpretación de la cábala y los escritos talmúdicos. Mediante "barro que no debía haber sido pisado por el hombre", (al igual que Adán, el primero de todos) procedente de la orilla del río Moldava amasará una gran figura semejante a un hombre. Según el cabalista Eleazar de Worms, la fórmula para el desarrollo del golem consiste en realizar 23 columnas en folio, con el conocimiento de los alfabetos de las 221 puertas aplicadas a cada uno de los órganos de la criatura. Se introducía el "inefable nombre de Dios" con un papelito en un orificio y grabar en la frente del "ser" la palabra hebrea "emet" (verdad). Dicha criatura sirvió, según las leyendas registradas de la época, para amedrentar a los posibles atacantes de su comunidad y realizar trabajos varios de gran fortaleza, aunque de pocas entendederas. Por un descuido del Rabbí en la preparación del Sabbat, se le olvidó sellar la boca de la criatura. Salió esta como una bestia enfurecida provocando el terror en las calles de la judería. El rabino logró darle alcance y borrar la letra inicial grabada de su frente, dejando escrito "met", muerte en hebreo. Acto seguido el "golem" cayó al suelo y volvió a su amorfa masa de barro. La leyenda dice que fue guardado en la habitación más alta de la sinagoga vieja de Praga y que cada 33 años vuelve a la vida para recorrer esas calles. No deja de ser curioso como la verdad esté a tan sólo una letra (o sonido) de distancia de la muerte para esta cultura.


"En la hora de angustia y de luz vaga
en su "Golem" los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino de Praga?"
                                                
                                       El Golem. Borges. 1958


Fuego para acabar con el Nuevo Prometeo.


Estos serían hechos documentados, basados en leyendas y posibles experimentos; pero... ¿de dónde viene introducida la idea de crear humanoides y máquinas con vida propia? Exacto, de la literatura. Personajes como "Frankenstein, el nuevo Prometeo" (¿met?), escrito por Mary Shelley en pleno fervor romántico de principios del XIX, un ser creado de trozos de cadáveres por un estudiante de medicina de Ingolstadt, la Universidad donde fue catedrático unos años antes a la publicación de la novela un tal Adam Weishaupt, el de los Iluminados de Baviera (cosas de la imaginación de una joven señorita inglesa, nada más). Se alude en la obra a la influencia de alquimistas o presuntos, como Cornelio Agripa, Alberto Magno y, sin presunto, Paracelso. No se explicita el uso de la electricidad para la creación de vida, de hecho no lo escribe y guarda el secreto. Fue en las adaptaciones cinematográficas donde se expone visualmente este hecho. La energía eléctrica como creadora de vida y necesaria para el funcionamiento del mundo. Y manejada por las grandes corporaciones, eso sí.


"¡Miénteme, Pinocho!"

Ni que decir tiene que los más jóvenes también han sido las presas de estos artistas-iluminados. Un vistazo al inocente "Pin
ocho" y sus aventuras. Su autor, Carlo Collodi (1826-1890), un florentino cuya familia trabajaba para los condes de Garzoni, acaudalada familia desde los primeros tiempos de los Medici. La condesa fue su madrina y a causa de esto el joven Carlo pudo tener la oportunidad de acceder a la biblioteca del conde, donde encontró valiosas y esotéricas lecturas. Masón reconocido, Collodi se mueve de joven en el entorno político de Giuseppe Mazzini, entre los movimientos carbonarios y masónicos. El inocente muñeco de madera construido mediante un leño mágico que tiene el don de hablar y sentir recuerda a la creación de homúnculos. El cuento original es bastante más macabro que sus adaptaciones posteriores en novela y cine. El relato tiene una constante de nacer, morir y renacer, con un traumático viaje iniciático del muñeco-golem de madera, que desea ser un niño de carne y hueso. Está a punto de morir quemado, ahorcado y herido por cuchillos. De nuevo podemos ver una alusión a la triple muerte, aquí. Estas lindezas aparecieron por capítulos en la publicación infantil "Il giornale per i Bambini" en 1881.

Máquina de recolección del alma humana
 para la construcción de robots-golems.

Introducir imágenes a fuego lento en la memoria colectiva de los hombres para que vayan procesando su futuro. Sustitución de los hombres por máquinas antropomorfas y de corte andrógino. Primero como un suceso escabroso, monstruoso y de película de terror o fantástica, pero a la larga y gracias a todos estos "artistas", pequeños magos negros al servicio del poder, que desde aquellos filántropos y mecenas del Renacimiento vienen mostrando el arte como medio de introducción masivo en la memoria de todos nosotros. ¿Creen qué es una exageración? Y no sólo los artistas. Recuerdan los filósofos a lo largo de la historia. Miremos pues a la nueva filosofía científica.


Marvin Minsky, Kaminsky o el "Golum"
para gobernarlos a todos.

La búsqueda por colocar un cerebro creado a estos seres metálicos o máquinas inteligentes, que vayan sustituyendo al, cada vez más subversivo ser humano, tiene una inquietante anécdota protagonizada por varios de los "creadores de mentes" que hemos rescatado de las telarañas de la información. Mitchell P. Marcus, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad de Pennsylvania, cuenta que cuando era graduado en los laboratorios de la Universidad de Massachusetts los profesores que allí colaboraban, Moses, Sussman y el más conocido Marvin Minsky, todos de ascendencia judía, contaron la anécdota de las "confesiones de familia" por parte de sus respectivos abuelos en sus celebraciones del "bar mitzvah".  A cada uno de ellos les confesaron ser descendientes del Maharal de Praga antes mencionado, y les pasaron al oído (como deben pasarse los secretos) la información de que el "golem" no había sido destruido, y les dieron las palabras clave para poder devolverlo a la vida. Los dos primeros científicos las anotaron  por separado y resultaron coincidentes. Minsky, se burló del suceso y confesó que a él también le hicieron lo mismo, pero que no recordaba las palabras en cuestión ni le dio importancia. Pues bien, Marvin Minsky, fue el más brillante e inventó la interacción del proceso de pensamiento, reproducción de los mecanismos de nuestro cerebro. Lo que vendría a ser, "dar vida a una inteligencia artificial". 

H.A.L. 9000 (¿nueve, nove, neo?)

A partir de aquí podríamos hablar de "cibercabalismo" y/o "cibercabalistas". La modernidad es lo que tiene, y esta disciplina esotérica o su evolución aprovechando las nuevas tecnologías, parece que es utilizada desde finales del siglo XX. Sigamos con la A.I. (Artificial Intelligence) y el miembro histórico del M.I.T. (Instituto de Tecnología de Masssachusetts), Minsky,  que nació en una familia de tradición judía, pero fue ateo confeso a lo largo de su vida. Como Stanley Kubrick, director de "2001. Una Odisea en el Espacio" (1968), película de la que este profesor de inteligencia artificial fue asesor científico y aconsejó, quizá, a Kubrick, de origen judío, pero ateo, también, cambiar la fecha del "nacimiento" del superordenador que dirigía la nave Discovery en su extraña misión. En la novela de Arthur C. Clark, la máquina es creada el 12 de enero de 1997, mientras que en la película, el director del Bronx, retrasa esa fecha hasta el 12 de enero de 1992. ¿Por qué? La desconexión de esa malévola mente artificial se produciría en 2001. H.A.L. 9000 (nueve-nove-nuevo), por tanto contaría con 9 años, buena cifra para morir y renacer. Uno de los tres tripulantes silenciosos y sometidos a hibernación de la nave (posible alusión simbólica a las triadas religiosas) lo llaman tanto en la película como en la novela Kaminsky, referencia al profesor del M.I.T. 




Podríamos aplicar el término "inteligencia artificial" a máquinas que tratan de imitar las funciones cognitivas propias del ser humano: capacidad de resolver problemas, de pensar, reflexionar, decidir, aprender... Y con una suerte de legislación surgida de la literatura, como no, llamada Leyes de la Robótica, según el autor de ciencia-ficción Isaac Asimov, ateo, también, y de ascendencia judeo-rusa.
Primera Ley
Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
Segunda Ley
Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
Tercera Ley
Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.




Pero, ¡Qué diablos! Resultaría mucho más barato convertir a la gran mayoría de la humanidad en robots. Golems con muy pocas luces que asintieran sin ningún atisbo de rebeldía a las órdenes de sus dioses-amos. Y mucho más satánico o luciferino, o como quieran llamar a las intenciones que llevan camino de producirse en breve tiempo. Eso sí, siempre con nuestro consentimiento, que a parte de parecer un modus operandi necesario en las actuaciones de estos enemigos de lo humano, es un ahorro en recursos inestimable para ellos. Veamos como tienen planeado hacerlo y ritualizarlo. Supuestamente, claro, que para eso estamos "elucubrando".







Arribamos al momento cumbre simbólico de esta investigación. El cambio de milenio. Un pretendido cambio de la Humanidad que había que incentivar para darle un giro de 180 grados al mundo. Aprovechar la incipiente "conexión virtual" entre personas; lo que el filósofo y teórico de la comunicación, Marshall McLuhan, acuñó y profetizó como la "Aldea Global" (Global Village), allá por la década de los 60 del siglo XX, y que en su pensamiento más profundo quería probar que esas "extensiones de la conciencia humana se proyectaban hacia el medio de todo el mundo a través de la electrónica, empujando a la humanidad hacia un futuro robótico"; lo que vendría a ser una canalización de una nueva naturaleza del hombre en sistemas de información, que anularía los secretos y tendría como consecuencia un aumento de la sensibilidad global a todos los niveles. Craso error. 

Efecto 2000 o pánico milenario



Y como no podía ser de otra manera, el cambio de milenio debía de llevar su momento de operación psicológica apocalíptica, que aprovecharan los magos negros esos que dilucidan tramas para beneficio de las élites psicopatocráticas. Se llamó  "El Efecto 2000", aquí. También conocido como "Efecto Y2K". Un caos en la tecnología a nivel mundial iba a producirse por un error lamentable de falta de previsión. Las mentes humanas no son capaces de ver a largo plazo (o esa idea nos quieren dar) y allá por los sesenta del siglo pasado, la falta de espacio de memoria informática en sus comienzos hizo que se normalizara el uso de dos dígitos para las fechas anuales. ¿Qué pasaría cuando llegara el momento de cambiar el "99"(nove-nuevo) al "00"?¡Qué sería de la humanidad, ya acostumbrada a que las máquinas programadas por hombres regularan la energía, el suministro de agua, las cuentas bancarias, los datos fiscales...! Creado el miedo, se invirtieron unas suculentas sumas de dinero público para tratar de mermar estos posibles daños del "fin del milenio". Salvo alguna anécdota, no pasó nada, el día 1 de enero del 2000, y como siempre hubo unos beneficiarios. A todos los niveles, creemos. Siempre se nos ha inculcado que hubo un terror en el anterior cambio de milenio, el año 1000, en el que esperaban los temerosos cristianos el juicio final. ¿Y si fue todo una invención de siglos posteriores? Todo apunta a que sí. Por cierto, ¿se han fijado en el parecido de ese acrónimo de "Y2K" al de ese dios bíblico "YHV"? Noooo, sería demasiado.

Con tanta imagen robótica proyectada sobre nuestras mentes, idealizando un futuro tecnológico en el que los humanos pasaríamos a ser semidioses y las máquinas nuestros esclavos sin alma. Los "golems" electrónicos serían nuestros simpáticos sirvientes en un viaje egocéntrico donde pagaremos (o hemos pagado ya, irremediablemente), con ese alma de la que carecen esos inteligentes aparatos, cuya dirección de diseño está realizada por una renovada casta sacerdotal, renovada en cuanto a la imagen con la que se muestran hacia sus feligreses modernos. Ya no son los tenebrosos viejos con túnica, barbas largas y cetros retorcidos. Ahora visten de marca, cuidan su imagen pública, se manejan a través de esa red de redes a la perfección, la cual utilizan para atrapar a sus "followers-feligreses", acepción más actualizada.

El viaje iniciático de Jasón y los argonautas.


Se configura un proyecto ritualístico local, pero global a la vez. La construcción por parte de muchas opiniones (para nada influidas, que va) de los valores y rasgos que habría de tener el "nuevo hombre del milenio" que ya, nos decían, se estaba transformando, o mejor aún, "evolucionando espiritualmente" (oh, que bonito) hacia una comunión con la madre Tierra o Gaia o la Era de Acuario con lacitos rosa, donde todos seríamos iguales y el mundo estaría mejor repartido. Todo bien promocionadito por los "pensadores" a sueldo de las grandes corporaciones. A través de una gran entidad de comunicaciones, se promociona el evento y se encarga a los mejores productores de performances del momento: la Fura dels Baus, que se hicieron mundialmente conocidos tras la exitosa inauguración de los juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.



Hércules dando paso al mundo desconocido


Esta compañía de teatro catalana fundada en 1979, "la Fura", que definen su trabajo como "atípico, que busca espacios escénicos distintos", derrochan imaginación con morbo en sus espectaculares performances, movidas en un contexto dramático-imaginativo de "creación colectiva" (¿de qué me suena?). Esa gran performance que fue la inauguración de las olimpiadas de Barcelona, a los que se encargó el acto central de esta. Una suerte de recreación del viaje iniciático del mito de Jasón y los argonautas, con el semi-dios Hércules, abriendo las columnas del mar que llevan su nombre y que dejan paso a las aguas del mundo desconocido. Alegoría de un encuentro entre pueblos, religiones y razas diferentes...o quizá, la apertura ritual de un escenario nuevo en el mundo, al ser un acto visualizado de manera global y masiva. 
  












El ambicioso proyecto se llamó "El Hombre del Milenio" (L'Home del Mil.leni, en catalán), y como vamos contando, se trataba de plasmar las opiniones y sensaciones de la gente sobre la idea de como deberían ser las características del nuevo hombre que había de "renacer"; parece ser que algunos decidieron que debía morir el anterior (oscuro, genocida, ególatra, contaminador, y lo peorcito de todo, heteropatriarcal). El escenario sería en el corazón de Barcelona, ciudad cosmopolita desde las olimpiadas del COBI. Esas "cualidades" serían el resultado de la macro-encuesta-digital...¿o no? "El asunto busca la participación ciudadana, a través de Internet, para establecer como será el hombre -la persona: el gigante será andrógino en aras de lo políticamente correcto- del próximo milenio(ojo a lo que soltó este pollastre hace dos décadas). Como podemos ver en las declaraciones del entonces alcalde de la ciudad condal, (me ahorro el nombre, no merece la pena su vacuo recuerdo) el resultado de la "consulta colectiva ya estaba decidido de antemano. 




Según las fuentes de la organización, el gigante de 14,25 metros, se iría construyendo en base a los resultados dominantes de los deseos transmitidos en esa página web realizada ex profeso. De estructura metálica, iría tomando forma con las ideas del colectivo, lo que hoy denominados "las tendencias". Paremos un momento. Volvamos la vista atrás y visualicemos al Maharal de Praga moldeando el barro con forma humana de su "golem". Sigamos. La idea final quedó en una mezcla andrógina. Véase ni macho ni hembra, caderas anchas, casi femeninas, sexo no definido, espaldas entre fuerte y flojas,... Una suerte de aquel viejo C3PO de Star Wars, pero sin gracia. Eso sí, con las ideas de la tolerancia, la sostenibilidad sostenible ecológica renovable limpia y reluciente, como la nueva mente del ser humano, que psicológicamente debía de ser femenina. Atentos a la explicación de Carlus Padrissa, uno de los directores de la Fura, y responsable del ritual... perdón, de la actuación. 





¿"Cabezas pensantes"?


"La idea de una escultura hecha de carne humana, inspirada en los "castellers". Todos hacen uno. Todos unidos hacen fuerza. Con esta torre humana emergiendo de la tierra mirando hacia el agua, que es el origen de la vida e imitan la naturaleza. La criatura viene desde el aire sobre las fuentes. Entonces, los "castellers", suben por la estructura metálica y ocupan todo el interior menos la cabeza y el corazón; porque mientras no tenga corazón no puede funcionar. Se llena el corazón y lo ayudan a latir con las luces de los teléfonos móviles. "¡PAM- pam!, ¡PAM-pam! Suben a la cabeza, ocupada por gente muy joven, personas inocentes. Su mente, la del nuevo ser, es inocente. Comienza a tomar vida y abre los brazos. Gira 360º, convertir la "idea global" de todo el mundo. Luego vienen las 12 campanadas muy poco a poco, porque quien va lentamente llega más lejos". (Y fuegos de artificio).

Fin de 1999...9, 9, 9.























El escenario elegido fue la céntrica Plaza de Cataluña de Barcelona. Nexo de unión entre la ciudad antigua y la moderna, aquella que se empezó a construir en la segunda mitad del siglo XIX con el famoso ensanche de Cerdà. Lo anterior y viejo con lo nuevo bueno. Ese último día del año 1999 (festival de nueves-noves-nuevos) era el ideal para acabar con el antiguo hombre y que renaciera otro. Sacrificarlo de manera metafórica, ritualizar el evento, que fuera visible por el mayor número de personas y en un lugar especial. Pero volviendo a esta explicación del aparente ritual del nuevo hombre milenario, ¿no recuerda un poco o "un mucho" a un ritual que hemos descrito al comienzo de esta investigación? ¿Les suenan aquellos celtas brutotes que describía Julio César y que introducían a unos 
congéneres en un gran muñeco de estructura de madera y forrado con mimbre? Sí, el ritual del hombre de mimbre wickerman dedicado a su dios Taranis del cielo y del rayo.


Taranis y su rueda "cósmica" listo para el ritual del milenio.




Dios que representaban con una "rueda cósmica", como aspada, justo como el pavimento central de la Plaza de Cataluña, aquí tomando la forma de una rosa de los vientos, que no coincide con los puntos cardinales, por cierto. Su ofrenda más preciada era un muñeco o maniquí realizado de maderos de grandes proporciones con capacidad para varias personas en su interior, que eran quemadas con la ayuda de abundante mimbre. Se cree que se realizaba como ritual de fertilización en primavera. Que mejor fecha para renovar "el ambiente mundial" que el cambio de milenio, ¿no?. Aunque parece que en esta ocasión se ha utilizado un sincretismo de varios rituales de muerte y vida... siempre metafórica y simbólicamente (claro, claro), que son tiempos de humanidad evolucionada, nada más faltaría pensar otra cosa. 


Gigante de carne humana

Nuevo Renacimiento Andrógino


Como hemos visto en la descripción del director del evento, Padrissa, se utilizan los cuatro elementos principales en la celebración. La tierra, con la torre humana de personas emergiendo como un ser vivo con fuerza colectiva, una humanidad conjunta. El agua, con el dominio de este elemento en las fuentes adyacentes. El aire, transportando la gran figura metálica que parece venida de los cielos, manejada hábilmente por los magos del espectáculo; como el fuego, aquí a modo de pirotecnia. Hasta aquí resultaría normal. Pero ese relleno de "carne humana" empieza a chirriar y las comparaciones con el wickerman son visibles. Y otros ritos, como el del "golem", que hemos venido observando. Proporcionar esas ideas de cualidades a conseguir en la nueva criatura, como aquel rabbí recitaba ciertos sonidos desde combinaciones de la cábala que daban vida a los órganos del humano artificial. Más de 30.000 sugerencias intervinieron en la idea colectiva por la red de redes (¿cibercabalismo?). Aquí sucede con vidas humanas que van fluyendo por el cuerpo del gigante, como si de torrente sanguíneo se tratara. Ahora incluso tienen relación los elementos en este experimento de alquimia simbólica, como aquel homúnculo de reminiscencias "paracelsianas". El corazón, relleno ya de humanos, ritualiza su puesta en marcha mediante el "fuego" de la energía eléctrica de los aparatos de comunicación de los asistentes, "luz colectiva". La cabeza sería la parte última de las 100 personas introducidas en el "wickerman de metal"; número redondo, proporcional de 10, número de perfección divina. Pero había que saltárselo, como buenos magos que eran. La cantidad de jóvenes destinados a la cabeza sería de 11 y su peso total de 900 kilos. Paso del 9 al 11 (saltarse a Dios). Y por supuesto la inocencia de la juventud para poder manejar a la "nueva criatura" milenaria según las órdenes de sus creadores. De hecho, los cables que lo sujetan nos recuerdan que este "Pinocho" gigante nos es mostrado sin opción de rebelión.  



El torrente humano fluyendo para la nueva criatura.








¡Ya pueden sonar las 12 campanadas! El Ser del Milenio abrirá sus brazos para cuadrarse bien a la tierra y dar un círculo completo sobre sí mismo. Ya está completado el ritual de unión con cielo y tierra. Falta sacrificar a la humanidad. Simbólicamente. Los fuegos artificiales destruirán a la antigua humanidad para empezar a crear de manera muy rápida al "Andrógino Colectivo". Pero no todo quedó ahí...

Nueva ubicación del ritual.


El gigante andrógino fue guardado a buen recaudo en una localidad cercana y en un parque con nombre de "Milenio". Su ubicación, proporciones y construcciones mágicas relacionadas son dignas de un estudio en profundidad (en un futuro próximo, quizá). En el transcurso del decimotercer (13) aniversario del ritual del "Andrógino Colectivo" se decidió volver a celebrarlo. Cambiar el lugar de la performance de la Fura dels Baus a uno más idóneo donde se pueden añadir ciertos suplementos para acabar de aunar piezas que complementarán el ritual de sacrificio, muerte y renacer de este nuevo ser del milenario. Y esto sucedió con el fin del año 13, después del ritual, al  14. De nuevo las 13 partes del cuerpo de Osiris para completar, con el falo simbolizando el catorceavo (14) trozo que unió Isis para engendrar al hijo de ambos, Horus, que parece simbolizar aquí una nueva humanidad andrógina.

Árbol sefirótico diseñado a partir de la construcción
del ensanche de Barcelona en la segunda mitad del siglo XIX.



Las fuentes de Montjuïc fueron las escogidas como escenario para magnificar la simbogía de los cuatro elementos principales. Bien custodiadas por las dos torres venecianas de la limítrofe Plaza de España, que en anteriores investigaciones pudimos observar que está situada en el lugar destinado al sefirot Kéter, de un más que hipotético, árbol de la cábala diseñado para la ampliación de la ciudad condal un siglo y medio atrás. 

Fuegos para encender a la criatura.






El fuego tuvo más protagonismo en esta nueva versión del ritual, portando a modo de antorchas con formas de elementos alquímicos en procesión para darle la vida al gigante-golem-andrógino que ha de volver a vivir. El año siguiente, la nochevieja del 2014, fue la última en que se ritualizó al "Ser". Desde entonces duerme en su parque milenario... hasta nuevos ritos.

Hombre del milenio, corazón andrógino.



Como 
decía un autor, de 
cuyo nombre no quiere acordarse ni ser recordado,  al comienzo de una obra suya: "
El núcleo de la transhumanización es, precisamente, el género. Pues de lo que se trata es de demoler, de manera controlada, la familia tradicional y la fertilidad heterosexual natural, sustituyéndolas por una masa social atomizada 
de individuos andróginos, infértiles, equiparables a mercancías y a ganado cibernético." Deseamos que su trabajo no quede como una antigua piedra olvidada en un estante perdido. Según este auto-olvidado autor, la androginización de la humanidad  derivada actual, es producto de esa gigantesca propaganda que ha superado a sus homólogos de las grandes religiones de masas y los regímenes totalitarios clásicos del siglo XX. 

Ciberser del Nuevo milenio Normalizado.



Pero se atisba una conspiración velada desde estas castas sacerdotales, tan dadas a dominar a los hombres mediante su esoterismo. Hacer creer al mundo profano que sus primeros semejantes eran andróginos. Desde el platonismo y el gnosticismo, desde la cabalística y la alquimia, y ahora desde el cibercabalismo, de una manera más rápida y sin apenas resistencia. Un transhumanismo que derivará en un Sacrificio de la Humanidad 2.0.  




Unos cambios que derivan hacia el encierro del humano por miedo a un "enemigo invisible", que no se ve, pero que nos lo enseñan constantemente. No se ve, pero es ritualizado delante de nosotros. No se ve, pero no podemos decirlo por llevar la boca tapada. Es la Nueva Normalidad; la nueve-nueva vida; la "Vita Nuova", de nuevo; la de los "fieles" de ese "Amor" platónico, humanista, ilustrado, romántico u ocultista. La que no podemos aceptar de ninguna de las maneras para ser quemados en el muñeco de mimbre.








*Bibliografía y referencias (*algunas): 

--El rito de la ‘triple muerte’ en la Hispania céltica De Lucano al Libro de Buen Amor.-- Martín Almagro-Gorbea. Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones Vol. 17 (2012) 
--La Vida Nueva.--Dante Alighieri. (1293)
--Don Quijote liberado. Relato del Peregrino o Autobiografía.
‎--El lenguaje secreto de Dante y los "fieles del amor."--Luiggi Vaggi (1928)‎
--La humildad científica.--Umberto Eco. (1983)
--Del sentido al síntoma del sinsentido en Umberto Eco.--José Luis López Calle
--El Nombre de la Rosa--Umberto Eco (1980)
--Umberto Eco e l'abate Vallet, un'avventura di libri e di idee. Contra Tempi. 21-2-2016
--Lilith o Luna Negra. (4-5-2015) María Sánchez-Villacañas. Metamorfosis y Vida. Wordpress
--Siete crímenes y una biblioteca en llamas.--Annunciata Rossi. Instituto de Investigaciones Filológicas. 2018
--Comentario de memorial a Teodoro de Jorge Gemisto Pletón. Luis Pérez Sánchez.
--La esencia de la Kábala. Brian L. Lancaster. Edit. Edaf 2007
-- El hermetismo. Ensayo bibliográfico por Antonio González Blanco. (1976)
--Sant Igansi a Montserrat--Anselm Maria Albareda.(1935)
--Historia de Montserrat--Anselm Maria Albareda-Ed. Abadia de Montserrat 1972
--"La Guerra de las Galias" Caius Julius Caesar (s. I a. C)
--Defendámonos de los dioses- Salvador Freixedo. (1984)
--La gran manipulación cósmica"- Juan García Atienza.(1981)
--https://lapiedradesisifo.com/2017/07/19/la-formula-matematica-que-mide-el-amor-de-laura-por-petrarca/
--http://atenas-diariodeabordo.blogspot.com/2018/06/giovanni-boccaccio-diez-relatos-para.html
--https://www.svida.com/coran/el-sagrado-coran-y-su-interpretacion-comentada/686-sura-17-al-isra-el-viaje-nocturno
--http://eljineteinsomne2.blogspot.com/2009/01/una-minuta-sobre-la-alquimia-y-su.html
--http://ibarrafernandez.blogspot.com/2018/07/borges-en-el-laberinto-de-cnosos.html
--http://terradesomnis.blogspot.com/2016/01/ammonio-saccas-la-filosofia-y-extasis.html
--http://anthivs.blogspot.com/2007/04/el-nombre-de-la-rosa-umberto-eco.html
--https://elpoderdelarte1.blogspot.com/2018/01/la-adoracion-de-los-reyes-magos-obra-de.html
--https://www.aparences.net/es/arte-y-mecenazgo/florencia-y-los-medicis/cosme-el-viejo/
--http://elespejogotico.blogspot.com/2016/05/paracelso-y-un-manual-para-crear.html
--https://elpoderdelarte1.blogspot.com/2018/01/la-adoracion-de-los-reyes-magos-obra-de.html
--"Androginización versus Heteroarcado. Ocultismo y programación mental mediante trauma en la agenda género-transhumanista". Pedro Bustamante (2018)
Una antigua piedra olvidada en un estante.

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